Derroche de energía por los cuatro costados
Cyndi Lauper sigue siendo esa artista multicolor divertida que llenó de alegría los 80 con muchas de sus canciones. Todavía recuerdo cuando la vi por primera vez, en la pantalla de televisión que aparecía en una escena de la película Los Goonies. Aunque con su último disco, en el que se ha entregado al blues, su carrera ha dado un giro, aún conserva en su actitud la esencia de ese símbolo de la rebeldía juvenil en el que se convirtió, gracias a himnos del pop de los 80 como Girls Just Want To Have Fun, incluido en su debut Shes So Unusual. No, no era una chica corriente Cyn, como la llaman sus amigas, que dicen de ella que es muy divertida. Tuvimos la oportunidad de comprobar como lo demuestra en vivo y en directo exhibiéndose como una mujer desenfadada y graciosa, y muy dicharachera también. La estrella del pop de los 80 no duda en recorrer el escenario de un lado a otro dando brincos, en bajarse de él y meterse entre el público, o incluso en trepar por las gradas. A sus 58 años está en buena forma y derrocha energía por los cuatro costados; otra prueba es que ha actuado cuatro días seguidos en España. Como hasta octubre no reanuda su gira, va a quedarse unos días por aquí descansando. Cyndi conserva también otra de sus señas de identidad: esa estética ochentera desaliñada y atrevida. Ha sido extravagante siempre, desde que era una niña y le pedía a su madre que le hiciera ropa a medida de inspiración vintage. Al final le costaba caro, en el cole pensaban que era un bicho raro. La familia de su madre vivía de la industria textil, Cyndi se crió en una lavandería rodeada de trapos. También le sigue gustando jugar con su pelo, que lució en un atrevido color rojo chillón. Gracias a su aspecto rompedor y provocativo consiguió conectar muy bien con las adolescentes americanas en los 80, en parte porque, a pesar de tener más de 30 años, parecía una adolescente más. Al final, con sus letras positivas que invitaban a la rebeldía se metió a las jóvenes de todo el mundo en el bolsillo. Pero esta artista neoyorquina no ha dejado de reinventarse, se niega a vivir en el pasado. Con su anterior trabajo, publicado en 2008, dio un giro al dance, y el año pasado se volcó en el blues, un estilo que adora y que escucha desde que era pequeña. Ha afirmado también que es el tipo de música que compra. En Memphis Blues, un disco del que ha contado que la lleva de vuelta a sus orígenes y que refleja cómo se está haciendo mayor, su voz áspera y salvaje se encuentra como pez en el agua, suena más poderosa que nunca. Arropada y aconsejada por algunas leyendas del blues como el armonicista Charlie Musselwhite, que la acompaña en los conciertos, ha dado forma, sin perder su estilo, a algunos standards que le han marcado. Lo de cantar las canciones de otros no es algo nuevo para ella, Cyndi empezó en una banda de rockabilly llamada Blue Angel que hacía versiones. Casi se deja la voz en el camino, a finales de los 70 los médicos le advirtieron que, o dejaba el rock n roll y cambiaba de estilo, o tendría que abandonar la música porque sus cuerdas vocales no lo resistirían. El eje de los conciertos de Cyndi Lauper en el presente es el blues, no un repertorio de grandes éxitos de los 80; de hecho, integra con nuevos arreglos algunos clásicos como She Bop. No faltó Girls Just Want To Have Fun, que sonó a ritmo de reggae, ni las archiversionadas Time After Time o True Colors; con esta última suele cerrar sus actuaciones. Enlaces relacionados: Cyndi Lauper vuelve con versiones de blues Cyndi Lauper canta en un aeropuerto para amenizar la espera por los retrasos
