Julen, el tronista tímido de mirada sincera
Entrevistamos a Julen, tronista de Mujeres y Hombres y Viceversa
"Un huevo frito sabría hacerme… y también sé meter las pizzas de Casa Tarradellas al horno". Julén, con sus 19 años recién cumplidos, bromea cuando se le pregunta cómo se desenvuelve en la cocina y si sería capaza de independizarse y vivir solo. Creo que no estoy preparado para irme a vivir solo porque estaría llamando a mi madre cada dos por tres. "Creo que no estoy preparado para irme a vivir solo porque estaría llamando a mi madre cada dos por tres".
Le da tragos a un botellín de cerveza en un bar cerca de Alonso Martínez (Madrid). No está cómodo del todo, pese a que a su lado tiene a Eduardo Peinador -representante al que, además, califica de amigo- y pese a que desde hace unos meses no hay semana en que no pise el plató de Mujeres, Hombres y Viceversa. Allí entró por casualidad… y ahora es uno de los nuevos tronistas. "No era mi intención apuntarme ni nada. Fue un día que un amigo mío de Sevilla me dice que le han cogido para hacer el casting y yo le acompañé. Entonces, salió una chica y me dijo '¿por qué no haces tú el casting?'. Lo hice y me cogieron". Por aquel entonces -y como ya contó en el programa- una desilusión amorosa le llevó a vivir unos meses a Sevilla. Ahora vive en Villaviciosa de Odón con sus padres, donde creció.
- ¿Cómo era aquel Julen de 10 años que iba al cole? ¿Estaba ya enganchado a los videojuegos? ¿Era un ligón?
- ¡Qué va! Ligón, nada. Aquel niño estaba todos los días jugando al fútbol con mis amigos, no me gustaba hacer los deberes, siempre estaba en la calle con mi pelota de fútbol
- Y fuiste creciendo…
- Sí, cuando ya iba al instituto es cuando ya empecé a salir, a conocer a gente, a chicas…
- ¿Qué valoras tú de una persona con la que estar? Sea tu novia, tu amigo…
-Que, sobre todo, sea simpática. Que el rato que esté con esta persona sienta que lo he aprovechado. Y que no sea un falso.
Aunque su equipo favorito es el Real Madrid (también el Betis), ese Julen más joven disfrutaba yendo con su padre a ver de entrenar al Atlético de Madrid. El fútbol siempre fue su gran pasión. Cada vez que en su casa le reprendían por sus malas notas en el instituto, Julen les respondía teniendo muy claro lo que sería de mayor: futbolista. Sonríe cuando lo cuenta.
- ¿Eres bueno jugando al fútbol?
- Tampoco era el mejor, pero ni era el peor. Yo le ponía muchas ganas y mucha ilusión. Jugaba de delantero centro. De cabeza era muy bueno. Tenía buen tono físico y aguantaba un montón.
- Y ahora… ¿qué quieres ser de mayor?
- Pues con todo esto no tengo mucho tiempo para estudiar, pero me gustaría estudiar algo que tuviera que ver con el deporte: preparador físico, entrenador… De hecho, entreno a un equipo de niños pequeños en mi pueblo.
- ¿Y te ven en la tele? ¿Te vacilan?
- Tiene 8 años, pero el último día de este año me llegaron preguntando por Steisy [risas]. Me dicen que sus madres me han estado viendo y, a veces, las madres vienen y se hacen una foto.
Un chico tímido que no sabe lo mucho que vale
Van pasando los minutos de la entrevista y Julen sigue con cierto nerviosismo. No está del todo cómodo, no es un chico que se prodigue mucho al hablar. Sus respuestas son cortas e inseguras, como si tuviera miedo de hacerlo mal… No sabe que lo está haciendo muy bien, que se está mostrando tal cual es. Sobre la mesa, juega con las manos con un par de gominolas. Es una forma de relajarse mientras ve cómo la grabadora va recogiendo la charla que tenemos.
- ¿Qué es lo que te ha enseñado tu aventura en Mujeres y Hombres y Viceversa?
- Nunca me imaginaba que iba a gustar a tanta gente y que iba a ser tan popular, pero… ¡joder! Me valoro un poco más. Algo tendré que me hace especial
- ¿Pero por qué no te valorabas antes? Si eres guapete, eres alto, llegaste de pretendiente y al poco tiempo ya te han ofrecido ser tronista…
- No sé… Es mi forma de ser muchas veces… En cuanto hay un problema, me agobio y desaparezco. No tengo ni idea de por qué soy así.
Lo dice como si me acabara de decepcionar. Julen es tremendamente humilde y posee dos cosas que lo convierten en una de esas personas que todo el mundo tendría que tener a su lado: su sonrisa y su mirada. Son bonitas, agradables y sinceras. La mirada de Julen es limpia y muy noble. Como si le diera pudor, Julen responde a las preguntas mirando hacia abajo pero, de vez en cuando, te mira a los ojos. Es ahí cuando puedes ver lo mucho (y bueno) que este chico mantiene escondido en su interior, protegido por una coraza que él mismo se ha construido para evitar que nuevas personas puedan decepcionarle como, se intuye, lo han hecho otras personas en el pasado en las que él quería y confiaba.
"Con 17 años me rompí el cartílago y estuve 8 meses lesionado", me explica. Esa fue otra de sus grandes decepciones. "Fue un bajón… Tardaron un montón en encontrarme lo que tenía. Cuando por fin me lo encontraron, me operaron y resulta que, cuando me abrieron la rodilla, me dijeron que ya no podría jugar más al fútbol porque de mayor iba a tener artrosis. Pero yo he seguido jugando al fútbol porque… ¿de mayor quién va a jugar al fútbol?". Lo dice con toda la naturalidad del mundo y sonriendo. Julen es un chaval excepcional para estar junto a él y pasar la tarde tomando algo en una cafetería: bromeando, hablando y disfrutando de la compañía. ¿Qué hay mejor que estar con buena gente?
Esa lección ya la tiene aprendida. "Si eres gordo, si eres flaco, más alto o más bajo… te tiene que dar igual. Lo he dicho un montón de veces en el programa: lo primero es ser una buena persona. Luego, si tienes la suerte de ser alto, cachas y guapetón, pues eso que te llevas… Las personas que solo se fijan en el físico… no llega a nada"
La fama y la cabeza bien amueblada
"Mi padre, la verdad, se tomó bastante bien que entrara en MyHyV porque era un momento en el que yo no estaba haciendo nada… ni estudiar, ni nada. Lo que no se toma tan bien es el tema de los bolos, de la noche, del alcohol… Pero bueno, si tienes la cabeza amueblada, no hay problema en que trabajes por la noche", explica Julen. Estando en el programa tuvo un problemilla de comunicación en casa y durante unos días se fue a vivir con un amigo, sin mediar palabra con sus padres, por los que siente un total agradecimiento y amor, se le nota al hablar de ellos. Después, todo se solucionó: "Eso fue un día que estaba agobiado porque pasó algo en el programa. Llegué cabreado a casa, tuve un bolo y ese fin de semana no pasé por casa ni les llamé. Ahí fue cuando mi padre me dijo que se me estaba subiendo a la cabeza… pero no, ¡qué va!".
- ¿Y tú tienes la cabeza amueblada?
- [Piensa] Hombre, a veces soy un poco cabra loca, pero yo creo que sí tengo la cabeza amueblada [sonríe].Alguna copilla o algo de eso cuando estás con los colegas, sí; pero no soy de salir mucho, la fiesta no es lo mío. Los bolos los considero como un trabajo, no como diversión. Nunca he sido un chaval de salir de fiesta ni de que me guste mucho la noche. Mejor un Fifa en casa con los colegas…
- ¿Cómo vives ese primer momento en el que alguien te para por la calle porque te reconoce de ver en televisión?
- Al principio, no me acababa de acostumbrar cuando me decían "Julen, ¡una foto!" [risas]. Ahora, que ya ha pasado el tiempo y he seguido saliendo en la tele, ya estoy más acostumbrado. La mayoría de la gente te viene súper agradable y tú te haces la foto con ellos sin problemas. Yo incluso me pongo a hablar con ellos, con chicas, chicos… Ante todo, hay que ser cercano. Cuando yo iba de pequeño a Valdebebas [lugar de entrenamiento del Real Madrid] a ver si me firmaban una camiseta, los jugadores nunca se paraban. Entonces decía: si algún día yo me hago famoso, yo me pararé con la gente. Y es lo que hago.
- ¿Por qué has congeniado tan bien con Adrián Soler?
- Pues mira, cuando llegué allí el primer día, me encontré que allí todos tenían sus grupos. Yo no me llevaba ni bien ni mal con él. A medida que pasó el tiempo y tuve bolos con él, nos lo pasamos súper bien. Es un tío que tiene el corazón muy grande, que es muy majo conmigo y me cuida un montón. Le tengo un aprecio muy grande.
Otra de las personas que confiesa Julen que le han ayudado mucho dentro de MyHyV ha sido Steisy, la tronista para la que entró de pretendiente. "Me enseñó que ella hace lo que cree conveniente y me ha enseñado que me tengo que valorar un montón, que siempre hay que estar bien; que hay que tratar a las personas como lo que son, personas".
Julen valora mucho los consejos de su familia y de su repre… y sabe que no puede fiarse de todos esos lobos disfrazados con piel de cordero que se le acercan como nuevos amigos: "hay otros que te intentan dar consejos, pero no son consejos, son trampillas".
La impresión que me estoy llevando de este charla con Julen está siendo muy alta, por eso le pido que me diga algo malo de él. Quiero saber qué tiene este chico de negativo, al margen de que le gusta dormir por encima de todas las cosas del mundo: "soy bastante desordenado y, a veces, me enfado con nada. Soy muy cabezón. En cuanto me enfado con algo, estoy todo el rato dándole vueltas a ver cómo lo soluciono. Y lo peor es que no lo soluciono en el momento: me quedo pensándolo y pensándolo…"
Es un gran amante del rap pero, tranquilos, no lo vamos a ver por Villaviciosa haciendo grafitis: "Una vez acompañé a un amigo a que hiciera un grafiti y le pillaron. Estuvo en comisaría y todo eso… y yo dije: esto no es para mí" , cuenta riendo.Le apasionan los karts y aún no tiene carnet de conducir, se lo anota en sus cosas por solucionar.
Con una cerveza y un café llega al final este encuentro. Abandono el bar pensando en la mirada y la sonrisa de Julen. En la gran persona que hay tras ellas. Julen es un tipo extraordinario, aunque quizá él no lo sepa. Y, a sabiendas de que es un gran amante del hip hop, espero que al acabar de leer esta entrevista, escuche uno de los temas que yo he escuchado mientras la redactaba: Try, de Pink. Porque esa es la clave de la vida: intentarlo, siempre.
