Amy Winehouse, la chica blanca de la música negra
Se cumplen 6 años desde que nos dejó
Era la chica blanca de la música negra y la reina británica del soul. A la voz de Amy Winehouse se le atribuye un don: el de filtrarse en la piel y erizárnosla.
"Escribo canciones porque estoy mal de la cabeza y tengo que plasmarlo en el papel para sacar algo bueno a partir de algo malo", decía.
Debutó en 2003 con Frank y tres años después volvió a sacudirnos con Back to Black, el álbum que lo cambió todo. Con él llegaron la fama, el dinero y los premios. Tenía 22 años.
Vendió 12 millones de copias en una semana, una cifra al alcance de muy pocos, y se convirtió en la primera mujer británica en ganar cinco grammy en una sola noche.
No tuvo tiempo de digerir el éxito y, como cantaba en Rehab, llegaron los excesos.
Las adicciones la perseguían dentro y fuera del escenario, pero se negaba a ir a rehabilitación. El éxito, la presión y su fugaz matrimonio la sumieron en el bucle de las drogas y el alcohol.
Y, como Kurt Cobain, Jimi Hendrix o Janis Joplin, acabó en el club de los 27. Amy Winehouse se marchó en la cima de su carrera, con dos discos.
La voz que iluminaba
Año 2002. Amy buscaba productor. "Era la primera vez que nos veíamos y le pedí que cogiese la guitarra y tocase algo. Cuando su voz empezó a sonar, sentí como si se iluminara toda la habitación". Versionó un clásico, The girl from Ipanema, y así fue como Salaam Remi le dijo que sí y le produjo sus dos discos.
La voz de Amy siguió cantando desde la tumba. Un año después de su muerte, se publicó Lioness: Hidden Treasures, un disco de descartes que la cantante grabó entre Frank y Back To Black. La séptima pista es The girl from Ipanema, la canción con la que empezó a escribirse la leyenda.