La Pequeña Forastera: Siúil a Rún
Un Manga de esos que no se suelen ver
“La Pequeña Forastera” es una de las mejores experiencias que he tenido con un ‘manga’ en las manos. El autor, “Nagabe”, un chico de 24 años del que poco se puede averiguar, se presenta al mercado con una de las obras más impactantes que hemos leído en mucho tiempo, no sólo por tener una narrativa excepcional y un dibujo exquisito, sino por conseguir transmitir una sensibilidad que pocos libros alcanzan a manejar. Habrá que seguir la pista de este joven muy de cerca.
En alguna parte del mundo no conocido, las tierras han sido divididas según sus habitantes. En el “interior” se refugian y viven en paz los humanos que quedan, en el “exterior” habitan unos seres oscuros y malditos que pueden contagiar su condición.
“La Pequeña Forastera” cuenta la historia de una niña, Shiva, que vive en una casa perdida en un bosque con un ser al que ella llama “Doctor”. Este ser, que cuida de la niña como si fuera suya, tiene la particularidad de pertenecer a ese segundo grupo de “infectados”.
Sin precedente o contexto alguno, arranca la historia de esta pareja, que parece vivir en paz dentro de su extraña situación.
El primer tomo (de 4) simplemente sirve para ponernos en situación y dejar entrever, con un impactante final, cual será el camino de la historia. Siendo cuatro tomos, hablar más de la historia sería jugar a nuestros lectores un flaco favor, así que vamos a dejar la información aquí.
Eso sí, dejaremos claro desde el principio, para que no quepa lugar a dudas, que esta historia es especial como pocas vais a leer y que, sabiendo que son sólo 4 tomos, la compra pasa de recomendable a “obligatoria”.
Como deciamos, “La Pequeña Forastera” desborda sensibilidad en todas sus páginas y se convierte en una de esas fábulas que podrían contarse sin alterar a través de las generaciones.
Tomad esta reseña como "cebo" y hacedme caso; contar más de esta obra es boicotear la experiencia.
"La pequeña Forastera" llega a España de la mano de ECC Ediciones en 4 tomos tratados con mucho cariño.
