Camila Cabello lanza un dardo a las redes sociales y su estándar de belleza

Camila Cabello no deja de cosechar éxito tras éxito, de hecho,  acaba de convertirse en la primera artista femenina en superar el billón de reproducciones con una canción en plataformas de streaming. Y aunque mucho tiene que ver su talento, gran parte de esa popularidad se la debe a las redes sociales.

Ha sabido conseguir followers sin parar que le han mostrado su apoyo y han aprendido a conocerla, entenderla y quererla. Pero aun así, le acaba de lanzar un dardo a esas plataformas que la han ayudado tanto.

“Me encanta cuando veo a mi hermanita volver a casa de la escuela con suciedad en las rodillas, el pelo hecho un nudo, las mejillas enrojecidas y la frente sudorosa por jugar. En las redes sociales vemos estándares irreales de belleza todos los días, y parece que el cómo te ves es lo más importante del mundo: selfies, likes y followers y likes y comentarios sobre lo bonita que es cada persona”, escribía en Instagram.

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Pero, hay que ir más allá, porque aunque habla de las apariencias irreales que reflejan las redes sociales y la presión que ejercen sobre los jóvenes, su crítica es más bien a la necesidad de belleza única que parece imperar en ellas. De ahí que haya compartido un texto de Nikita Gill, una de esas instapoetas veinteañera que triunfa con su forma de apostar por las mujeres.

“Me puedo imaginar cuánta presión ejerce sobre las chicas jóvenes especialmente para verse de cierta manera y ser todos iguales debido a un estándar poco realista: está tan sobrevalorado que te puedes sentar con alguien que es hermoso pero no es divertido porque nunca tuvo que desarrollar otras partes de su personalidad”, añadía Camila en su alegato.

Resulta raro en ella que procede de un grupo de chicas, Fifth Harmony, que vendía un concepto de belleza que se asimila a ese que critica en redes. Pero la gente cambia y ella apuesta ahora por la naturalidad.

“La belleza no lo es todo, y realmente no es lo más importante, tengas 11, 21, o 51 años, así que, vamos a volver a casa con suciedad en las rodillas, el pelo en nudos, las mejillas enrojecidas y la frente sudorosa por jugar”, concluía.