‘Frozen’ ayuda a resolver la pertubadora muerte de nueve estudiantes en los Urales
La película de Disney ha sido clave para explicar por qué esos jóvenes murieron en tan extrañas e inquietantes circunstancias
Resulta inquietante asociar Frozen, cumbre de la magia de Disney, con uno de los sucesos más perturbadores de la historia reciente. Hablamos del caso del Paso Diátlov, un extraño acontecimiento ocurrido el 1 de febrero de 1959 en los Montes Urales, en la Rusia europea.
Nueve estudiantes rusos aparecieron muertos en extrañas circunstancias. Algunos, simplemente congelados. Otros, con signos de violencia y mutilaciones horrendas. ¿Cómo fue posible que todos estuvieran muertos y cada uno con un tipo de herida diferente, y encima al aire libre? El misticismo, lo esotérico y lo extraño del caso dio lugar a múltiples teorías de la conspiración, la mayoría fundadas en el mito y la leyenda. Hay incluso quien hablaba de la maldición de los Urales.
Lo cierto es que todo podría tener una explicación científica, y Disney, de forma indirecta, ha ayudado a dar con ella. Sabemos que la Casa del Ratón lucha siempre por mostrar la mayor veracidad en sus películas. Eso implica que cuando van a rodar una escena en la nieve en Frozen, contactan con científicos y expertos en la materia para que les expliquen cómo debe caer la nieve, con qué incidencia y a qué velocidad.
El doctor Robin George Andrews, periodista y vulcanólogo, ha explicado en un hilo de Twitter cómo la tecnología de Frozen ayudó a un científico, Joham Gaume, a dar con la respuesta. Al parecer Gaume vio la película y quedó absolutamente impactado con el hiperrealismo de las escenas de la película en la nieve. Tanto, que decidió contactar con el equipo de Disney para preguntarles qué animaciones había utilizado.
El objetivo de Gaume era utilizar la tecnología predictiva del movimiento de la nieve para aplicarla a sus estudios sobre el impacto de proyectiles sobre el cuerpo humano. Buscaba saber cómo afectaría, por ejemplo, que nos cayese encima un bloque de hielo a gran velocidad en plena montaña. Y precisamente gracias a estos estudios y análisis inspirados en las animaciones de Frozen han arrojado respuestas de forma indirecta sobre el caso Diátlov. Lo que les pasó a aquellos chavales en los montes Urales fue una combinación de mala suerte y decisiones trágicas.
Una avalancha inesperada
Todo apunta a que no hubo demonios, brujas u hombres de las nieves. Solamente una avalancha que arrastró bloques de hielo gigantescos, algunos convertidos en un auténticas balas, que cayeron sobre las tiendas de campaña de algunos estudiantes durante la noche. Alguno, probablemente, murió al instante, pero la mayoría sobrevivió, aunque con el cuerpo prácticamente destrozado. Eso explicaría las extrañas heridas que tenían los jóvenes cuando fueron encontrados.
¿Qué pasa con los que no tenían ni un rasguño? Probablemente se quedaron para ayudar a sus compañeros moribundos, pero no pudieron superar las bajas temperaturas, entraron en hipotermia y se desmayaron, muriendo congelados a los pocos minutos. Según indica Robin George Andrews, algunos cuerpos "tenían posiciones rígidas y otros no".
El doctor continúa: "Lo que pasó tras la avalancha es un misterio, pero todo parece a que salieron de las tiendas de campaña, arrastraron a sus compañeros heridos lejos y trataron de buscar refugio antes de morir por hipotermia. Los estudiantes que no estaban heridos pudieron haber sobrevivido, pero decidieron salvar a sus amigos".
"La extraña naturaleza del misterio, llamada el incidente del Paso Diátlov [...] hará que nunca sepamos exactamente qué ocurrió, lo que significa que la teoría de la avalancha podría no ser aceptada por algunos. Sin embargo, la robusta evidencia científica podría reconfortar a los familiares de las víctimas".
Y así es como Frozen, indirectamente, inspiró a un científico para establecer un modelo de predicción de proyectiles durante avalanchas que habría resuelto, de manera colateral, un misterio que llevaba acechando 62 años a la población rusa.