Especial
El día que Paul McCartney, enfurecido, tiró un anillo por el balcón: “¡No quiero casarme contigo!”
12 libras le costó a Paul el anillo para Linda. Y 400.0000, el que le regaló a su tercera mujer, 42 años después
Eran las 3 de la madrugada. En una suite de la quinta planta de un tranquilo resort, una pareja discutía acaloradamente. Se escuchó, “¡No quiero casarme contigo!. No habrá boda”. A continuación, en el balcón, apareció un furioso Paul McCartney. Lanzó el anillo y volvió adentro. Acababa de tirar 23.000 euros. Una joya de zafiro y diamante, que él mismo había comprado en la India, con la que había pedido matrimonio a Heather Mills. Pocos días después, a pesar de la trifulca, hubo boda.
Un anillo de 12 libras para Linda
Paul McCartney y Linda Eastman se casaron el 12 de Marzo de 1969 en registro civil de Marylebone, en el barrio londinense de Westminster. Lo habían decidido el día anterior. Un impulso que les llevó a organizar todo precipitadamente. Por eso, el día de la boda, Paul llevaba en el bolsillo de su chaqueta un modesto anillo que había comprado la noche anterior “justo antes de que las tiendas cerraran". Le había costado 12 libras. Aun en 1969, era una cantidad más bien pequeña. Aunque pretendían hacerlo en secreto, la gente y los medios se enteraron y se congregaron a las afueras del edificio municipal. La ceremonia religiosa fue en iglesia parroquial de St. John's Wood.
Casi 30 años juntos. Hasta que Linda falleció de cáncer en 1998. Solo tenía 56 años.
Zafiro y diamante de la India para Heather
A mediados de 1999, conoció a Heather Mills en una gala benéfica de su propia fundación, The Heather Mills Trust, que recaudaba fondos para víctimas de minas antipersona. El propio Paul confesó que se había enamorado de ella al instante. Vamos, un flechazo en toda regla. En Julio de 2001, le propuso matrimonio durante un viaje al Distrito de los Lagos (Patrimonio de la Humanidad de la Unesco), en el noroeste de Inglaterra.
Esta vez, Paul lo había planeado todo concienzudamente. A principios de año, había comprado en la India el anillo de compromiso: una alianza de zafiro y diamante valorada en 23.000 euros.
Mills, ex modelo de bañadores, cuya pierna izquierda había sido amputada por debajo de la rodilla después de ser atropellada por una motocicleta, se convirtió en la compañera inseparable de Paul. Fijaron la fecha de la boda para el 11 de Junio de 2002.
La primera gira de Paul en casi una década
Pocos meses antes, en Abril de 2002, Paul McCartney arrancó en Oakland, California, su gira Driving World Tour. Era su primera gira en casi una década, desde New World Tour de 1993. También era su regreso a los escenarios tras el fallecimiento de Linda. Promocionaba su álbum Driving rain (2001).
Entre el 15 y el 18 de Mayo tocaba en Florida (un concierto en Tampa y dos en Sunrise). Era su última parada antes de hacer un paréntesis de cuatro meses. Se había tomado ese tiempo para la boda, la luna de miel… Retomaría la gira en Septiembre.
“¡No quiero casarme contigo!”
Le acompañaba su novia, Heather Mills. Se habían instalado en Turnberry Isle, uno de los resorts más celebras y exclusivos de Miami. Justo después de su concierto del 18 de Mayo en el National Car Rental Center, en Sunrise, se escuchó una acalorada discusión en la suite que ocupaba la pareja en la quinta planta. Eran las 3 a.m. cuando se produjo una escena que ni en las mejores comedias románticas Hollywood.
Paul gritaba, “¡No quiero casarme contigo!. No habrá boda. La cancelaremos”, contó el personal del hotel a News of the World. A continuación, un furioso Paul McCartney “apareció en el balcón, lanzó el anillo y volvió adentro. Hubo más gritos y después, todo quedó en silencio”. El director adjunto del establecimiento, Rudolph Gimmi, corroboró al periódico sensacionalista británico: “Sí, eso ocurrió, pero no nos permiten hablar de ello. Se produjo una pelea y el anillo salió volando por la ventana”.
Una búsqueda con linternas… y detector de metales
Una vez que Paul se calmó, pidió al personal de seguridad que buscaran la alianza de diamante y zafiro. Se inició una exploración por los jardines, con la ayuda linternas y detector de metales. Finalmente, un guarda de seguridad lo encontró y el aliviado McCartney le dio una propina de unos 1.500 €. Pero Paul no se quedó tranquilo.
Rápidamente, le compró a Gimmi (subdirector del hotel) un billete de avión de primera clase para que llevara el anillo, personalmente, a Londres, y lo pusiera a buen recaudo. "La gente de Mr McCartney nos pidió que lo buscáramos y eso hicimos. Fue encontrado y yo lo devolví a la gente de Mr McCartney en Londres al día siguiente”, declaró.
La relaciones públicas del resort, Carmen Ackerman, en un intento de quitar hierro al asunto, declaró: "Hubo un incidente que provocó que el anillo de Heather cayera del balcón. Ella y Paul estaban muy disgustados por eso”.
Uno de los mayores errores de su vida
El incidente, aunque se había producido el 18 de mayo, salió a la luz el 2 de Junio en News of the World. El 11 de Junio de 2002, Paul y Heather se casaron en los jardines de un remoto castillo irlandés (Castle Leslie). Una fastuosa celebración que costó un millón y medio de libras, con 100 personas de seguridad, 300 invitados y espectaculares fuegos artificiales.
Como es sabido, el matrimonio acabó como el rosario de la aurora y con Paul admitiendo en la revista Q, que casarse con la exmodelo había sido uno de los mayores errores de su vida. El divorcio en 2008, tras una enconada batalla legal, le costó la friolera de 26’7 millones de euros.
Completando el círculo
En 2011 volvieron a sonar campanas de boda. McCartney, enamorado de nuevo, compró otro anillo de compromiso. Esta vez para Nancy Shevell. Valorado en 400.0000 libras. La enorme piedra de 5 quilates, un diamante redondo sobre una alianza de platino, era una joya vintage creada por Cartier en 1925.
La tercera boda de Paul McCartney, en Octubre de 2011, fue en el registro civil Marylebone, en el barrio londinense de Westminster, el mismo en el que se había casado en 1969 con su primera mujer, Linda. Completando el círculo.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop