Alaina Urquhart, la forense con el podcast de true crime más escuchado del mundo, juzga series como 'Dhamer' o 'Ted Bundy'

Es forense y ha escrito su primera historia sobre un asesino en serie

Alaina Urquhart, la forense con el podcast de true crime más escuchado del mundo. / Foto cedida por Grupo Planeta del archivo personal de la autora

Alaina Urquhart es una estadounidense que trabaja como forense en un hospital, pero, además, es una de las co-fundadoras de Morbid, el podcast de true crime más seguido del mundo. Antecedentes que la hacen la autora perfecta para el género. El carnicero y el pájaro es su primera novela sobre un asesino en serie, Jeremy, que pone en jaque a una forense con la que tiene asignaturas pendientes.

El true crime es un género que cada vez tiene más adeptos. No hay más que ver en Netflix el éxito de cara serie o película que se estrena basada en un crimen basado en hechos reales. Jeffrey Dhamer o Ted Bundy son claros ejemplos.

Hemos hablado con ella para saber si estas series recogen con verosimilitud todo lo que tiene que ver con su trabajo en la morgue y hemos hablado también de su novela, El carnicero y el pájaro, que nos sumerge en la mente de un asesino al que le gusta torturar a sus víctimas y que tiene un plan perverso que cumplir. Ya están trabajando en su adaptación.

Que sintamos fascinación por los crímenes dice mucho de nuestra especie, ¿no crees?

Totalmente de acuerdo, supongo que porque no parece humano.

Tú eres cofundadora del podcast de true crime más escuchado, ¿de dónde sale esa fascinación?

Creo que a todos nos gusta un poco el true crime porque queremos formar parte de este honrar a las víctimas. Todo el mundo quiere asegurarse de que la historia de una persona se cuenta y se comparte con otras personas. También pienso que está bien para enfrentar los propios miedos, los más importantes en la propia vida. Y escuchar estos true crime nos prepara para el mundo porque no todo el mundo es amable por ahí fuera y no todo el mundo piensa en el bien común. Es una cosa que te enseña tácticas y a estar preparado y tener la cabeza bien amueblada y los pies en la tierra.

El carnicero y el pájaro es tu primera novela, ¿cuál ha sido el mayor reto?

Lo más difícil para mí fue escribir el final, es muy difícil saber dónde quieres dejar la historia, si las vas a dejar abierta, quieres que siga o quieres ponerle un punto final. Me costó mucho. Y aunque no se ha acabado, me ha costado decirles adiós durante un tiempo a los personajes.

Yo no sé si los carniceros no van a crear una asociación para defender su profesión, que la literatura ha recorrido mucho a ella para hablar de asesinos sanguinarios.

Es verdad y a mí me encanta un buen carnicero, creo que hacen un trabajo estupendo y me sabe fatal que relacionemos su nombre y su profesión con estas cosas tan horribles.

Jeremy y Wren, ¿al final es un duelo de inteligencia?

Yo creo que sí, es una batalla de ingenios. Jeremy se cree superior intelectualmente a cualquiera que le rodee y eso forma parte de su ser, de su personaje. Si tú no estás a su nivel te considera prescindible perfectamente. Y Wren está al nivel de inteligencia de él, por encima incluso, y eso le irrita sobre manera. Hay el conflicto y duelo de inteligencias.

Vamos, que, conociendo la historia, mejor ser poco inteligente para ahorrarte estos malos tragos, ¿no?

No, no, hay que ser muy inteligente y estar siempre dos pasos por delante.

Eres auxiliar de autopsias, ¿qué te llevó a dedicarte a eso?

A mí siempre me ha fascinado la anatomía, me gustaba leer sobre ello, mis padres de pequeña me compraron un kit donde venía un esqueleto y yo ponía los órganos y venía con un libro de anatomía, que me fascinó. Al ir haciéndome mayor me di cuenta de que quizás me gustaría ser médico porque me gustaba todo eso. Hice cursos de preparación para entrar en medicina y cursos de ciencia. Y al leer true crime, que es una cosa que siempre me ha fascinado, me atraía mucho lo de la autopsia, esa parte del informe forense y una vez me di cuenta de que eso era una profesión, pensé que era perfecto porque casaban las dos cosas que más me gustan de este mundo. Cuando conseguí el trabajo, puedo confirmar que es lo mejor que he hecho en la vida. Cada día es nuevo, no es un trabajo repetitivo ni el que te vayas a aburrir.

Venías de ser una niña con terrores nocturnos, ¿fue una terapia de choque o algo así?

Creo que sí porque sí que es verdad que tenía unos terrores nocturnos increíbles. Todo lo que asusta me lo quedaba dentro. No sé si era instinto de supervivencia, pero lo convertía luego en algo que disfrutaba. Me di cuenta de que cuando leía o veía horror, estaba en un lugar seguro y podía disfrutar de ese miedo sin sentir el peligro porque no era real y eso me llevó a querer consumir más y más de este tipo de contenidos.

Desde tu punto de vista profesional, ¿la ficción supera la realidad o al revés?

La verdad es que diría que la realidad supera a la ficción, cuando hablamos de miedo y cosas que dan miedo, la gente real hace cosas impensables.

¿Crees que ha mejorado el género de thriller el hecho de que profesionales de tu medio se hayan lanzado a escribir?

Espero que sí, que mejore el género. A mí siempre me ha gustado el thriller, he sido un gran fan del género y recuerdo a Patricia Cornwell, que me encanta, y la serie de la detective Scarpetta y siempre te mete. Se iba a Quántico, Virginia, para estar con los del FBI formándose, se metía en la morgue. Estaba experimentando de lo que escribía, eso de la experiencia es importante a la hora de escribir, te da más autoridad hasta cierto punto sobre aquello de lo que estás hablando. Si nunca has estado en un sitio o no has hecho algo, se puede estudiar y escribir con cierta autoridad si has hecho investigación suficiente, pero espero que ayude en mi caso y lo haga como una experiencia más de aprendizaje, también, para el lector.

Como lectora, ¿has localizado muchos fallos forenses en la literatura y el formato audiovisual?

Soy de esas que lo miran y me callo porque tampoco voy a ir chafando a la gente. Pero sobre todo en la tele, en la tele sí que he visto fallos de ese tipo. Cuando sale la morgue en una película de terror y pienso madre mía, esto no se hace así, me pongo mala porque hace ver que la morgue es un lugar con tecnología puntera y todo se soluciona en un segundo y los resultados de una prueba llegan en una hora y no es así, para nada es así la realidad. Hay detalles que me fijo y, bueno, tampoco lo voy diciendo por ahí.

Me fascina cuando más de una persona se une para hacer este tipo de atrocidades.

—  Alaina Urquhart

Las plataformas de stream nos han traído mucho true crime y cada vez que se estrena alguno, triunfa. Tú mencionas alguno en el libro, ¿cuál es el que más te ha sorprendido?

Ha habido varios que me han sorprendido bastantes, pero el que realmente no me podía sacar de encima fue el de Ian Brady y Myra Hindley, estos asesinatos que tenían que ver con el hecho de que mataban niños y de maneras horribles. Una pareja, junta, actuaba, mataban, me fascina cuando más de una persona se une para hacer ese tipo de atrocidades. Un dúo de asesinos en serie. No sé ni cómo se encuentran esas dos personas, me altera mucho y ese caso me sorprendió, me chocó y no me lo pude sacar de encima porque me pareció atroz. Y el caso de Jack el destripador me sigue sorprendiendo aun hoy porque en aquella época lo que conseguían descubrir, 1880, Liverpool, sin la tecnología de hoy y aún no sabemos quién era. Tengo esperanzas todavía, quizás se descubra algún día.

Señalas que True Detective tiene mucho drama, ¿no es así el día a día?

La primera temporada de True Detective es una de mis preferidas. Es una mirada bastante real de lo que ocurre con un caso y me encantó cómo utilizaron Luisiana como personaje y aporta algo más a esa experiencia Luisiana y yo lo tenía que poner también en mi libro.

En tu caso Luisiana y ese paisaje con un pantano como protagonista, ayuda a aumentar el terror, ¿no?

Sí, sí, sí, porque es la textura del pantano de Luisiana, de Nueva Orleans, que se nota, que se oye, que se huele, yo quería que se desencadenaran todos los sentidos porque te da esa sensación de sobre estimulación aparte del miedo, terror, que ya estás sintiendo. Yo creo que te hace estar ahí, que te sientas pegajoso mientras lo lees y que sientas las cigarras mientras lees el libro, que te veas ahí en ese pantano.

Tu historia va a ser adaptada con Jennifer Yale al frente que ya hizo Dexter, ¿qué esperas?

Estoy tan, tan entusiasmado. Jennifer Yale es mi heroína, es increíble y es una persona maravillosa. Son un equipo con mucho talento y muy agradable y estoy entusiasmada porque me están dejando participar mucho del proceso y tengo voz y voto y colaboro y me apoyan mucho y me escuchan. Espero que salga en breve.

En este género no siempre está claro dónde está la línea que te hace caer en lo morboso, ¿dónde pones tú los límites?

A mí no me gusta leer ni vera nada que tenga que ver con niños, no me hace disfrutar, me estresa mucho y no lo paso bien. No disfruto cuando una historia de terror pone a un niño, eso me echa para atrás y esa es una de mis líneas, esa no la cruzaría y tampoco me gusta leer sobre agresiones sexuales con mucho detalle gráfico. Es real y ocurre y hay que explicarlo, pero no me gusta ser explícita porque me hace sentir incómoda y no quiero que el lector se sienta demasiado incómodo, un poquito ahí al límite, pero no tanto como para que cierren el libro y no sigan leyendo.

Tú que estás acostumbrada a estar con cadáveres, ¿cómo te enfrentas a algo que da tanto miedo como la muerte?

Creo que la muerte, sí que da miedo, pero me fascina más que me asusta. El hecho de que nadie sabe lo que ocurre, no ha sobrevivido nadie que haya pasado por la muerte y no sabemos qué es la muerte y qué se siente, ni qué ves después y eso es lo que me fascina. Por lo menos, ver lo que yo puedo sacar y deducir de un cuerpo, lo que cuenta el cuerpo, es lo único que tenemos y una vez que te metes de lleno ves que el cuerpo te cuenta mucho, mucho de lo que ha pasado en esas últimas horas finales y si seguimos indagando, quizás podamos comprender un poco mejor lo que es la muerte y quitar un poquito de ese desconocimiento que la rodea.

No es habitual conocer a alguien que trabaja en una morgue, ¿notas mucha curiosidad entre los que te rodean?

Son muy curiosos, cuando descubren a qué me dedico se para ahí la conversación y venga un montón de preguntas para mí. Mi marido me dice, ‘cuando vuelvas a casa dime lo que me tengas que decir, dos frases, pero en un momento dado para antes de ir a dormir para que no me den las pesadillas, pero cuéntame’. Curiosidad es la palabra.

Con el feedback que recibes de los oyentes de tu podcast supongo que podrías analizar cuáles son las mayores inquietudes que tiene la gente entorno a estos temas.

El true crime ha evolucionado muchísimo, llevamos ya cinco años nosotras y el podcast ha evolucionado y los oyentes también. Hemos ido avanzando en este viaje juntos. En el principio nos centrábamos mucho en el malo y en cómo es ese asesino y cómo es que ha acabado siendo quien es, que es fascinante todavía intentar entender qué pasó para que se volvieran así. Pero ahora nos centramos más en la cuestión humana. Quiero saber de la víctima, quién era antes de ser la víctima. Te das cuenta de que el nombre del asesino se conoce mucho más que el nombre de la víctima e investigas y dices, no quiero plantearlo así, por qué es el nombre de Jeffrey Dhamer y no de las personas a las que mató. Esto ha dado un giro y nos centramos más en la vida de la víctima y lo que podría haber sido esa persona, lo que no llegaron a ser ni conseguir antes de que les arrancara de este mundo una persona horrible.

Mencionas a Jeffrey Dhamer, su historia ha triunfado en Netflix, como la de Ted Bundy, ¿darías un aprobado a las dos series?

Supongo que es porque hablamos tanto de true crime en el podcast que ya no lo consumo, ya no lo veo. Las series que han salido, han ficcionado y no lo he visto. La realidad es mucho más horripilante y no me interesa.

Hablemos de música. Creo que eres muy fan de David Bowie, ¿no?

Sí, tengo un tatuaje de David Bowie en el brazo. Era fan de El laberinto, que es una de mis películas favoritas todavía. Fue mi primer crush y durante años sentí esa conexión. Es un tipo tan extraño, qué raro es, pero su rareza me encantaba. Nunca se disculpó por lo que era. Su música la escuchaba cuando necesitaba consuelo, cuando estaba contenta. Siempre tuve una buena conexión con su voz cuando hablaba o cuando cantaba. Para mí es ser quien eres, no lamentarlo y ser amable, eso es.

El asesino recurre a la música en varias partes de la novela, ahora cuando escuchemos esas canciones, nos van a dar terror.

Por supuesto. La música para mí es como una máquina del tiempo, a mí me transporta a un recuerdo muy concreto. Hay canciones que escucho y me viene un olor, huelo algo de hace veinte años, un perfume, una comida que tomé cuando escuché esa canción por primera vez. Mucha potencia emocional la manera en la que reaccionamos ante la música y quería darle la vuelta y añadir el miedo, esa sensación de lo que te da la música más el miedo que estás sintiendo, me encantaba. Me encanta la música. Siempre escucho música cuando limpio, cuando me ducho, cuando conduzco, cuando cocino, cuando escribo, siempre suena música, así que tengo bastante sobre estimulación, aunque me guste que no esté con el volumen muy alto.

Música que, en la novela, produce terror en las víctimas y paz en el asesino, mucho contraste, ¿no?

Es muy potente, es el poder de la música que siente mucha gente.

Drake no le gusta a asesino, ¿qué mensaje lleva eso?

Era para mostrar la época, era una pista para saber que estábamos cambiando de época, para que supiéramos que no estábamos donde estamos ahora. Y no es una canción que le fuera a gusta a Jeremy, no lo veo como que le fuera a gustar Drake.

Hay una playlist que es bastante clásica: Van Morrison, Nancy Sinatra… ¿la que suena en el depósito en el que trabajas?

Sí, me gusta una playlist clásica en la morgue y cuando escribo. Soy de las del rock clásico. Son mis gustos.

Ya para acabar, una curiosidad. Una persona que escribe historias como las tuyas y que trabaja en una morgue, ¿tiene pesadillas por la noche?

Curiosamente, no. Igual ya lo he sacado todo durante el día y ya lo he visto todo o quizás es que se me da muy bien separar. Ya no miro mucho true crime, ni documentales. Me gusta el terror porque me divierte, es mi zona de confort y cuando escribo o trabajo en ese entorno, salgo de ese espacio para quitarme los pensamientos y voy y abrazo a mi marido o mis hijos y salgo de esa zona.

Cristina Zavala

Periodista enamorada de todo el entretenimiento....