Especial
Mick Jagger: caballero del Imperio Británico, a pesar de Isabel II… y de Keith Richards
Jagger respondió a las críticas de Richards: "Es como cuando un niño berrea porque no ha conseguido un helado”
Dicen que para Isabel II, el cantante de los Rolling Stones no merecía ser nombrado Caballero de su Imperio. Que no "tuvo estómago" para otorgarle esa distinción personalmente y agendó una operación de rodilla para ese día. Deliberadamente. Entre otras muchas razones, por el supuesto 'affair' que Jagger había mantenido con su hermana, la princesa Margarita. Tampoco a Keith Richards le gustó la decisión y consideró "ridículo aceptar uno de esos honores del 'establishment'”. En Diciembre de 2003, a pesar de todas las voces críticas y de su pasado anti-monárquico, Mick Jagger se convirtió en Sir.
“No me lo esperaba… pero me siento muy feliz”
El 14 de Junio de 2002, se anunció oficialmente y a Mick Jagger le pareció divertido recibir el título de caballero. Se quedó “muy sorprendido” cuando recibió la carta que lo anunciaba y a la primera persona que se lo dijo fue a su padre. Después a su ex mujer, Jerry Hall. "Pensaron que era algo muy divertido, les costó un par de días acostumbrarse”, declaró en BBC. “No me lo esperaba”, añadió, “pero me siento muy feliz de conseguirlo. Si me lo merezco o no, no me corresponde a mí decidirlo. Creo que, esto de los honores, es algo que nunca deberías pedir y tampoco deberías esperar. Pero creo que deberías aceptarlo si te lo dan".
Jagger se unía así a otras estrellas del pop, como Paul McCartney, Elton John o Cliff Richard. Pero, a diferencia de sus compañeros de profesión, a quienes la propia reina les había puesto sus medallas honoríficas, con él no tuvo esa deferencia.
18 meses después…
La ceremonia se retrasó 18 meses. "He estado de gira” declaró el líder de los Stones a los medios. “Elegí la fecha conveniente para mí y el palacio ha sido muy comprensivo”. El 12 de Diciembre de 2003, Mick Jagger aparecía en el Palacio de Buckingham. Sonriente y feliz. Con abrigo de cuero negro, larga bufanda roja y zapatillas deportivas (lejos del habitual frac de estas ocasiones). Junto a él, su orgulloso padre, Joe, de 92 años (fallecería 3 años después), y sus hijas, Elizabeth y Karis.
A sus 60 años, el cantante se convertía en Sir Michael Philip Jagger después de arrodillarse ante el actual Rey Carlos III (entonces Príncipe de Gales) y ser nombrado Caballero del Imperio Británico por sus 40 años de servicios a la música.
“No tiene estómago para hacerlo”
No todo el mundo acogió con satisfacción la distinción que recibía el músico inglés. Muchos pensaban que el otrora anti-establisment no se merecía semejante honor. Según publicaba ABC News: “Mientras McCartney o Elton o Bob Geldof, además de a la música, se habían dedicado a obras benéficas, Jagger había trasladado su dinero a Francia para evitar los impuestos en su país”. "Su causa favorita siempre ha sido él mismo", remataba el rotativo. Y reprobaba que ”Jagger fuera padre de siete hijos de cuatro mujeres diferentes”. El Telegraph aseguró que Mick había proclamado en una ocasión: "la anarquía es el único pequeño rayo de esperanza”.
Tony Blair, entonces Primer Ministro, había propuesto durante años otorgar a Jagger el honor de ser nombrado caballero. Pero siempre la reina replicaba con dos palabras: "no adecuado". Por eso, no sorprendió su ausencia en la ceremonia de 2003. Cuenta Christopher Andersen en la biografía no autorizada de 2012, ‘Mick: the Wild Life and Mad Genius of Jagger’, que cuando “La reina vio el nombre de Mick Jagger en esa lista, no existía absolutamente nada en el mundo que le hiciera formar parte de eso. Así que, simplemente, lo arregló para estar en otra parte”.
Oficialmente, la explicación que se dio fue que, ese día, tenía una operación de rodilla. Y era cierto. Pero los rumores afirmaban que Isabel II, deliberadamente, había programado la intervención haciéndola coincidir con el día del nombramiento de Sir Mick Jagger. Supuestamente, Carlos le contó al mayordomo jefe que su madre no otorgaría la distinción en persona porque “no tiene estómago para hacerlo”.
El ‘affair” con la Princesa Margarita
La reina de Inglaterra tenía un montón de razones por las que pensaba que el candidato elegido por Blair era inapropiado para el título. Se había declarado abiertamente contra la monarquía, e incluso la había llamado “Jefa de las brujas”. Pero había algo más que ocasionaba el rechazo de la soberana hacia el músico. Su relación con su hermana, la princesa Margarita (fallecida en febrero de 2002). Según diversas fuentes, el cantante formaba parte de su grupo de amigos. Se les había visto juntos en la isla caribeña de Mustique y siempre circularon rumores de que Margaret y Mick mantuvieron un affaire.
A la reina le desagradada enormemente esa relación. Pensaba que él la estuvo utilizando, ya que era “emocionalmente frágil”, en su propio beneficio y era una “influencia corrupta” para su hermana.
"No quiero salir al escenario con alguien que lleva una jodida corona”
A todas estas voces críticas, se sumó la de su compañero de banda y amigo de infancia, Keith Richards. El guitarrista menospreció la decisión de Mick de doblar la rodilla ante la corona: "No quiero salir al escenario con alguien que lleva una jodida corona y luce el viejo armiño”. En una entrevista con Uncut, declaró enfáticamente: “Pienso que es ridículo aceptar uno de esos honores del ‘establishment’ cuando en una ocasión hicieron todo lo posible para meternos en la cárcel y asesinarnos”, dijo en referencia a los numerosos arrestos por drogas a los que la banda fue sometida.
Jagger pensaba que lo que a Richards le pasaba es que sentía envidia hacia él. Y así le respondió, según AFP, cuando compareció ante los medios tras la ceremonia: “Probablemente, a él le gustaría recibir el mismo honor… Es como cuando a los niños les dan un helado, el que le dan a uno es justo el que quieren todos los demás. No es nada nuevo. A Keith le gusta montar el escándalo”. Y siguiendo con el símil del niño y el helado, remató: “Creo que es un poco como cuando un niño berrea porque no ha conseguido un helado”.
No hubo nada ni nadie que enturbiara ese gran momento para él y para su padre: “Ha sido maravilloso. Es muy agradable recibir este honor teniendo en cuenta que no es algo que te tomes demasiado en serio. Es algo que deberías llevar sin alardear y sin dejarte llevar por tu propia prepotencia”.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop