La esencia de Beyoncé en un par de ‘jeans’ usados y “30 segundos de magia”
Se cumplen 20 años del álbum debut de Beyoncé, el que lanzó a la artista a la estratosfera

Beyoncé en la Mouche Gallery / Amy Graves
Beyoncé no estaba conforme. Su madre, y entonces también su estilista, había elegido el atuendo que debía ponerse para la sesión de fotos de ‘Dangerously in love’. Especialmente, le desagradaban esas faldas largas que había llevado su progenitora, Tina Knowles-Lawson, para combinar con el top de diamantes. Al fotógrafo, el renombrado Markus Klinko, se le ocurrió una genial idea: “Puedes ponerte mis vaqueros, si te gustan. Estos que llevo puestos”. Y eso es lo que hizo. La pose, con los brazos levantados, se produjo durante “30 segundos de magia que yo atrapé con mi cámara”. El resultado final fue la poderosa e icónica imagen de la primera portada en solitario de Queen Bey. La que refleja su esencia y proyecta, con solo 22 años, a la innegable superestrella en la que se convertiría.
Cuando Beyoncé debutó en solitario, ya había vendido casi 12 millones de álbumes con su grupo, Destiny's Child. Eso no impidió que el 24 de Junio de 2003, el día que Dangerously in love llegó a las tiendas, la artista se sintiera nerviosa ante ese paso adelante sin compañía. "Tengo miedo”, reconocía en la revista Time, “pero es un reto necesario, porque soy adulta". Obviamente, cumplió con las enormes expectativas comerciales que habían puesto sobre ella. Su primer álbum lanzó a la artista al éxito estratosférico del que goza hoy. Vendió 11 millones de copias en todo el mundo, se mantuvo ocho semanas consecutivas en el nº1 de las listas Billboard y sus singles alcanzaron los puestos más altos de las listas internacionales. Tanto Crazy in love (junto a su futuro marido Jay-Z) como Me, myself and I, fueron nº1 en LOS40. Además, consiguió cinco premios Grammy.

Beyoncé en la edición 46 de los Premios Grammy

Beyoncé en la edición 46 de los Premios Grammy
Beyoncé participó en la producción, co-escribió la mayor parte del repertorio, aportó ideas en las mezclas, eligió a los productores… y, por supuesto, se involucró en la hoy icónica portada del álbum. Suya fue la idea de la que partió la memorable imagen. Si bien, la improvisación jugó un papel crucial en el resultado final.
Sabía lo que quería. Le había atraído mucho la imagen de la modelo francesa Laetitia Casta tumbada sobre una telaraña confeccionada con piedras preciosas y con hilo plateado alrededor de su cuerpo desnudo. Era una fotografía realizada por Markus Klinko en el año 2000 para una campaña publicitaria. Beyoncé llamó por teléfono al fotógrafo suizo de fama internacional (tras su objetivo habían posado Lady Gaga, David Bowie, Britney Spears, Mariah Carey o Jennifer Lopez, entre otros muchos) y le contó que deseaba algo parecido a esa famosa foto.

Premiere de la exposición mundial de Markus Klinko & Indrani / Patrick McMullan

Premiere de la exposición mundial de Markus Klinko & Indrani / Patrick McMullan
“Me dijo que le encantaba esa imagen y me preguntó si podía hacer algo como eso, más pequeño, con ella. La verdad es que no sabía cómo interpretar su deseo”, confesó Klinko en Insider “Esa imagen es muy azul, principalmente azul, azul oscuro. Cuando dijo eso, no supe lo que tenía que hacer”.
La solución a su dilema se la proporcionó en bandeja de plata Tina Knowles-Lawson. La madre de Beyoncé, que entonces era su estilista, le llevó un top de diamantes incrustados el día de la sesión de fotos. “En el estilismo, estaba esta pieza hecha con piedras, realmente en muy mal estado – perdió como la mitad de las muchas piedras al final. Y era muy pesado e incómodo. Se lo puso a pesar de todo”, declaró Markus en Proud Galleries.
Sin embargo, Beyoncé no estaba conforme. Además del top, que podía asemejarse a la telaraña sobre la que posa la supermodelo Laetitia Casta, su madre había llevado también algunas faldas para conjuntar con la parte superior de su atuendo. “Me dijo que no le gustaban. No creía que funcionara lo que su madre quería que se pusiera… esas largas faldas”. Beyoncé dijo: “Va a parecer que voy a un baile de graduación o a una alfombra roja… y yo no quiero eso”.
Entonces, de forma imprevista, al fotógrafo se le ocurrió algo. Lo explicaba en el Daily Mail: “No estaba muy contenta porque no tenía nada que le gustara para ponerse en la parte de abajo. Yo le propuse, ‘Bien, ponte un vaquero, eso funcionará’”. Lo malo es que solo habían traído faldas. No tenían jeans.
La sesión de fotos transcurría con más contratiempos de los esperados. Así que Klinko, amablemente, y de nuevo improvisando sobre la marcha, le ofreció su pantalón Dolce & Gabbana. “Le dije, ‘Puedes ponerte mis vaqueros, si te gustan. Estos que llevo puestos. Podrías ajustártelos’. Ella respondió, 'OK, vamos a probar’. Y eso es lo que hicimos", relató en Insider

Beyoncé, una de las piezas imprescindibles de la Mouche Gallery / Amy Graves

Beyoncé, una de las piezas imprescindibles de la Mouche Gallery / Amy Graves
La decisión espontánea funcionó de maravilla, así como su pose, también improvisada. “Cuando se puso ese vaquero y el top de diamantes, se emocionó tanto que levantó los brazos. Yo no le dije que lo hiciera. No fue idea mía. Yo, simplemente, la capturé. Probablemente, hubo 30 segundos de magia que yo atrapé con mi cámara. Recogí el movimiento exacto… fue idea suya, fue su instinto”. Le dije, ‘Ahora tengo la portada del álbum’. Seguimos allí durante algunas horas más, pero los dos sabíamos que ya lo habíamos conseguido”.
‘La potente imagen proyecta a la artista en la que se iba a convertir”, afirma Markus. Un glamour casual y sofisticado al mismo tiempo, que se completó con brillo de labios nude, melena “al viento”, largos pendientes de diamante a juego con el top… sobre un fondo azul hielo. Y los retoques digitales finales que, por ejemplo, ocultaron el pecho ce la cantante.
Markus siguió trabajando con Beyoncé a lo largo de los años. Cada vez que se ven, rememoran el momento ‘jeans’. Ella se los quedó durante algún tiempo, pero un día decidió devolvérselos a su dueño y los envió por correo con esta esta nota: “Muchísimas gracias y, por favor, no los vendas por eBay!”.