Estas son las 7 hierbas de San Juan con las que la tradición gallega dice que te proteges de las malas energías

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En la tradición pagana popular la Noche de San Juan es sin duda la más mágica del año. Desde hace varios siglos, incluso antes de la la aparición del cristianismo, cada año cuando llega el solsticio de verano al hemisferio norte las playas del Mediterráneo se llenan de hogueras que ahora se consideran purificadoras y que antaño pudieron incluso ser una forma en la que los humanos trataban de aportar más fuerza al sol que a partir de esta época del año brilla cada vez menos horas al día.

El origen de los distintos ritos es algo difuso y varía un poco según la zona y en ellos se suelen entremezclar tradiciones paganas con cristianas. De hecho, en algunos puntos de Galicia como en Santiago de Compostela o A Coruña se cree que en la Noche de San Juan, los espíritus malignos y las meigas son capaces de traspasar la línea que divide su mundo del de los humanos y trasportarse hasta nosotros para embaucarnos con sus hechizos y malas energías. Por eso, desde hace siglos se elabora lo que se conocen como ramos de San Juan o ramos con las siete hierbas de San Juan.

Se trata de unos ramilletes elaborados con flores silvestres que se recogen el mismo día 23 por la tarde, víspera de San Juan, y que deben contener al menos siete hierbas consideradas mágicas:

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1. El romero, una hierba que tradicionalmente se ha utilizado para combatir los problemas gastrointestinales, que ayuda a la artritis, la artrosis, tiene propiedades cicatrizantes y puede contribuir a mejorar la tensión además de tener muchos usos culinarios.
2. La malva, otra hierba medicinal que contribuye a mejorar la salud digestiva y que en muchos países sirve también como alimento.
3. El fiúncho o hinojo, una planta que se suele tomar en infusión y que también ayuda a mejorar la salud intestinal reduciendo la hinchazón, los gases y favoreciendo la emisión de la orina además de tener un olor muy agradable que recuerda al anís.
4. El helecho macho (dryopteris filix-mas), una planta con efectos diuréticos que se ha llegado a usar para combatir enfermedades infecciosas.
5. La hierbaluisa, que también suele tomarse en infusiones por sus propiedades antioxidantes y para ayudar a dormir y a hacer buenas digestiones.
6. La hierba de San Juan o hipérico, una hierba considerada como mágica en la tradición gallega que no es tan fácil de encontrar como las demás de este listado y que tiene propiedades analgésicas, por lo que se consiera que mejora el estrés y la ansiedad, así como efectos favorecedores sobre la digestión y los procesos de cicatrización.
7. La Retama o xesta es la última de las plantas consideradas como "mágicas" e imprescindibles para el ramo de San Juan. Se trata de una especie que resulta tóxica al consumo humano, aunque sí tiene otros usos en la industria.

Se pueden sumar más hierbas o flores

Aunque estas sean las siete hierbas de San Juan imprescindibles, algunas familias hacen su 'cacho' con otras plantas silvestres que encuentran alrededor de sus terrenos o en el monte, así que, si quieres añadirle un poco de colorido a tu ramillete, no te cortes. Los lirios, las margaritas, la menta, la hierbabuena, cualquier cosa se acepta si es un añadido a las del listado principal.

El ritual del ramo de hierbas de San Juan

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Cuando ya se tiene el ramo preparado, al caer la noche, debe sumergirse en un barreño agua y dejarse expuesto a la luz de la luna durante toda la noche que une al día 23 de junio con el 24 para que te proteja de las meigas. De esta manera se dice que, además de mantener cerrado el umbral por el que pueden acceder los seres malignos, las energías del astro y de San Juan penetrarán en él y protegerán a quien a la mañana siguiente se lave la cara con este agua de cualquier mala energía o enfermedad.

El lavado debe hacerse despacio y con cuidado, y para acabar, es imprescindible que el secado sea al sol. No debe utilizarse toalla si no, exponerse a los rayos solares y dejar que sea este quien, acariciando la piel, haga que el agua se evapore.

Para acabar, quienes quieren mantener durante más tiempo sus vidas protegidas de las malas energías, tienen que dejar secar el ramo y guardarlo durante todo el año para luego llevarlo a quemarse en la hoguera la siguiente noche de San Juan.