Especial
Carlos Herrera confiesa la venganza pendiente que tenía con el novio de su hija Rocío Crusset
Le hizo pasar a su hija un momento de tensión
Carlos Herrera ha sido el último invitado de Bertín Osborne en Mi casa es la tuya y han hablado de política, del rey emérito, de radio y de muchas otras cosas. Aunque los momentos con los que al público le habrá resultado más fácil identificarse son aquellos en los que hablaba de sus hijos.
Su hija Rocío Crusset vive en Nueva York y él va a visitarla una vez al año. Allí comparte su vida con Maggio Cipriani. “Es un tipo extraordinario”, aseguraba el suegro antes de contar una anécdota sobre cómo se conocieron.
Contaba como en una ocasión que tenía que coger un avión de regreso a España a las cinco de la tarde, y estando en el west Broadway, decidió parar a comer algo rápido en un restaurante que vio llamado Cipriani.
Nada más acercarse a la puerta le pararon para preguntarle qué quería. Y cuando dijo que no tenía reserva pero que había decidido comer ahí porque lo había visto vacío. “Si lo tiene usted vacío y voy a tardar 20 minutos”, explicó, pero le dijeron que no podía quedarse a comer sin reserva y le invitaron a irse.
“Yo me voy a acordar de los muertos de Cipriani el resto de tu p**** vida”, dijo en aquel momento. Lo que no se podía imaginar es que unos meses después, cuando volvió a casa de su hija, se encontró con un enorme ramo de flores.
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“Cuando iba por la rosa 80 le dije, ‘esto, ¿quién te lo ha enviado?’”, su hija le dio largas, pero él se empeñó en saber quién le mandaba 90 rosas rojas a su hija en Nueva York. Después de mucho insistir, supo que aquel muchacho era Maggio Cipriani.
“Ya le puedes decir a ese muchacho que vamos a ir ahora mismo tú y yo ahí a cenar, que tengo una venganza histórica pendiente”, le dijo a su hija que no quería saber nada del tema, pero acabó cediendo.
“Cuando llegamos a donde ‘el notas’ aquel me dijo ‘¿dónde vas moreno?’, salen dos a recibirla que ríete tú de los japoneses que te saludan. Señorina Rocío, le decían”, contaba sobre aquel encuentro.
Ante las atenciones con las que recibían a su hija en el restaurante no pudo más que decirle: “Escúchame, este de la rosa, quiere algo”.
Cenaron y reconoce que Cipriani es un restaurante muy agradable. Cuando pidió la cuenta, le dijeron que la señorita estaba invitada, que ella no tenía que pagar. Finalmente conoció al tal muchacho y “forma parte de la familia ya”, reconocía el periodista.
Una situación con la que muchos padres se habrán sentido identificados.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...