No es calima: es el humo de los incendios de Canadá

En un fenómeno insólito, el cielo de buena parte de la geografía española se ha tornado blanquecino debido a los fuegos que siguen arrasando la provincia canadiense de Quebec.

Los incendios en Canadá ya han quemado más de 7 millones de hectáreas en lo que va de año. / James_Gabbert

De Quebec a Madrid hay algo más de 5.300 kilómetros. Y entre medias, un gigantesco océano. Sin embargo, toda esa distancia no es problema para el humo que emiten los devastadores incendios que está sufriendo la provincia canadiense desde hace varias semanas.

Muchos ciudadanos en distintos puntos de España se preguntan estos días si el cielo blanquecino y plomizo que tenemos sobre nuestras cabezas es fruto de la calima, un fenómeno muy habitual en nuestro país debido a la cercanía del desierto del Sáhara, cuyo polvo es arrastrado por el viento hacia la península con cierta frecuencia. Pero no: se trata, efectivamente, de humo procedente del otro extremo del Atlántico.

El humo entró inicialmente por Galicia. Lo hizo en forma de pequeñas partículas en suspensión que han recorrido toda esa distancia en las capas altas de la atmósfera. De hecho, ha sido en esa comunidad autónoma donde esta singular nube de polvo ha sido claramente más visible, aunque su presencia también se ha apreciado en otras latitudes.

Aunque se trata de un fenómeno insólito, en principio no hay motivos para la alarma. La fina nube de humo en el cielo sólo provoca una ligera reducción de la visibilidad, y no afecta de manera reseñable a la calidad del aire. Se trata, además, de un episodio temporal que apenas durará unas horas: a lo largo de este jueves está prevista la entrada de un frente que contribuirá a limpiar el cielo.

De Nueva York a Vigo

Los principales meteorólogos españoles se han hecho eco del curioso episodio. En Twitter, Rubén del Campo de AEMET escribía: “Extraño amanecer el de este martes en Madrid, con el sol anaranjado y velado por el humo procedente de los incendios de Canadá”. Del mismo modo, muchos ciudadanos también recogían las imágenes más llamativas con sus teléfonos móviles y las compartían en sus redes sociales.

Los incendios de Canadá dieron la vuelta al mundo especialmente por el impacto que tuvo el humo en ciudades como Nueva York, que durante varios días se tornó de un apocalíptico color anaranjado. Aunque el cambio en la dirección del viento resolvió el problema, algunos expertos aseguran que podría volver a repetirse. Al contrario que en España, la situación en la ciudad de los rascacielos sí supuso un problema de salud pública, dado que la calidad del aire disminuyó de forma drástica y convirtió a la urbe estadounidense en uno de los lugares más contaminados del planeta.

Actualmente hay 113 incendios activos sólo en la provincia de Quebec. De ellos, 29 están fuera de control y las llamas han obligado a la evacuación de miles de residentes. En total, en lo que va de año han ardido más de 7 millones de hectáreas en el país norteamericano, 24 veces más que todo lo que ardió en España el año pasado. De todo ese terreno, 1,4 millones de hectáreas se han carbonizado en los últimos siete días.