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El día que Damon Albarn se declaró en rebeldía y tuvieron que sacarle en volandas del escenario
Las imágenes de lo ocurrido aquel 4 de Julio de 2015 en el Festival danés de Roskilde, dieron la vuelta al mundo
Eran las 4 de la madrugada. Y Damon Albarn, después de un mastodóntico concierto de cinco horas con su colectivo Africa Express, quería seguir cantando. Ya le habían conminado a que se marchara, pero él se rebeló. Alentaba al público a que pidiera más: “¡Vosotros queréis más y nosotros os vamos a dar más!”. Al final, no quedó más remedio. El ‘Gran Dave’ le puso la cazadora sobre los hombros y, como si de un niño pequeño se tratara, le levantó en volandas, cargó con él en brazos y le sacó de allí.
A lo largo de sus más de tres décadas de carrera, el londinense se ha ganado una más que merecida reputación de ‘hombre trabajador’. Hasta el punto en que, en 2014, la revista Time dijo de él que era “El hombre más trabajador del rock”. Desde que en los 90s pusiera en marcha una de las bandas británicas más influyentes del pop, Damon Albarn no se ha estado quieto. Además de liderar Blur o la virtual Gorillaz, ha contribuido a otros notables proyectos que incluyen dos supergrupos, Good, the Bad & the Queen y Rocket Juice & the Moon, o el colectivo Africa Express.
Fue en 2005 cuando Albarn y el periodista Ian Birrell, fundaron el proyecto que se dedica a difundir las creaciones de artistas africanos y a facilitar la colaboración cultural entre músicos de África, Oriente Medio y Occidente. Desde el senegalés Baaba Maal, o el dúo de maliense Amadou & Mariam, hasta Paul McCartney, John Paul Jones, Franz Ferdinand, Bjork o Elvis Costello, entre otros muchos, han participado en el conjunto. Desde su formación, han tocado en prisiones, fábricas, colegios o en grandes festivales como Glastonbury o como la que se convirtió, sin duda, en su actuación más memorable. La que situó a Damon a la altura del título que le puso Time.
Africa Express formó parte del cartel del Festival Roskilde de Dinamarca en 2015. Actuaba el 4 de Julio, justo después de Paul McCartney. Desde luego, el concierto del ex Beatle era más esperado de esa última noche. Pero los allí presentes no sabían que la guinda del pastel aún estaba por llegar. Cuando apareció en escena Damon Albarn (según algunos medios, “completamente ebrio”) y sus músicos de Africa Express. Según todas las fuentes, la respuesta del público fue clamorosa. Hicieron versiones de Randy Newman, de Gorillaz (Clint Eastwood, junto a Shystie ) o de The Clash (Rock the Casbah).
Esa noche, se habían unido a Damon el nigeriano Seye Adelekan, la banda de Mali Songhoy Blues y artistas invitados occidentales como Laura Mvula, Nick Zinner (de Yeah Yeah Yeah) o su compañero de Blur, Graham Coxon.
Y Albarn se estaba divirtiendo tanto, que se le echó la hora encima. A las 04: 00 de la madrugada, habían tocado 32 canciones… y habían pasado cinco horas desde que comenzara el show. Pero él no tenía ninguna prisa en marcharse. Se había quedado solo. Dave Prentice, el veterano director de escena del grupo - conocido como ‘Big Dave’ por su corpulencia – intentaba convencerle de que debía abandonar. Pero el cantante se había metido al público en el bolsillo: “Nunca vais a volver a ver nada igual que esto, nunca más. Así que tenéis que decir ‘queremos más, más, más.”
Los allí presentes, brazos en alto, divertidos por la situación, coreaban: “Más, más, más”. Albarn empezó a cantar Should I stay or should I go, de The Clash. Los minutos pasaban. Y allí nadie se movía. ‘Big Dave’ ya no sabía qué hacer. El cantante se había declarado en rebeldía: “Vosotros queréis más y nosotros os vamos a dar más… tenéis que pedir ‘más, más, más’”. Al final, no quedó más remedio. Dave le colocó la cazadora sobre los hombros, le cogió en brazos y le sacó en volandas del escenario.
Ian Birrell, co-fundador de Africa Express contó en The Guardian que "El público estaba muy entusiasmado a pesar de ser las 04:00 a.m. Todos coreaban en alto que querían 'más y más'. Damon, claramente, estaba disfrutando muchísimo y quería continuar, como también querían todos los músicos". Cuando el show terminó, Albarn y el resto del colectivo, siguieron haciendo música en el backstage. También el público continuó fuera, en las tiendas de campaña, durante casi una hora".
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop