¿Qué le pasa por la cabeza a un fan para querer golpear a su ídolo?

Pero, ¿qué le está pasando a la gente? ¿Por qué están atacando a los artistas lanzándole cosas directamente a la cara? En las últimas semanas ha habido una oleada de ataques —no tiene otro nombre— a los cantantes en sus conciertos. Harry Styles ha sido la última víctima en ser golpeada con un objeto en la cara durante un concierto. El británico se encontraba actuando en el Ernst Happel de la capital austriaca cuando un pequeño objeto (una moneda o un mechero) ha impactado contra su ojo. El artista ha tenido que abandonar el escenario para recuperarse.

Harry se suma a la larga lista de artistas que están siendo golpeados con objetos durante sus conciertos. Bebe Rexha fue golpeada por un teléfono móvil; Kelsea Ballerini tuvo que parar su show porque recibió un impacto de un mechero en la cara; o Ava Max, que fue abofeteada en mitad de un concierto por un espontáneo.

Otros artistas como Lil Nas X o Pink han estado a punto de ser golpeados también por objetos lanzados. Por suerte, sus asaltantes tenían menos puntería. Es cierto que los fans siempre han lanzado objetos al escenario, pero siempre alejados de los músicos. Banderas, peluches, cartas o flores son solo algunos de los objetos que popularmente se han tirado en los shows. ¿Y qué tienen en común? Que ninguno de ellos puede hacerte daño.

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¿Qué le pasa a un fan por la cabeza para querer golpear a su ídolo?

Es inevitable que nos preguntemos qué se le pasa por la cabeza a alguien para querer agredir con un objeto a un artista en mitad de un concierto. “La palabra fan viene de fanático. Y los fanáticos tienen una obsesión por aquello en lo que creen, por aquello a lo que siguen. Son seguidores desmedidos. Lo hemos visto en el mundo de la religión, en el mundo de la política o en el mundo de las creencias de otro tipo. Hemos podido ver cómo hay fanáticos que han podido hacerse daño a sí mismos o a otros por ese fanatismo”, nos empieza contando la psicóloga Paula Sánchez Alarcón a LOS40.

Y continúa explicando: “En el mundo de la música está pasando esto porque los propios artistas se están convirtiendo también un poco en esas figuras admirables a las que seguir, a las que adular y seguir. Y al final la personalidad de un fanático incluye que tenga una manera de frustrarse muy fácil, han tenido historias muy complicadas y muchas faltas emocionales. Eso hace que tengan una desregulación emocional extrema. Esa desmedida y desregulación de sus emociones los llevan a estos actos delictivos que dañan a otra persona e incluso a personas a las que están admirando”.

Para terminar, Paula explica que cuando ven a esas personas por las que sienten devoción en el escenario, se produce una desregulación de emociones: “Supongo que en ese momento lanzar un objeto es el resultado del exceso de emocionalidad incontrolable en el propio cuerpo, que es una manera de acercarse, de intentar soltar todo lo que sienten”.

¿Cómo pueden estar seguros los artistas cuando salen al escenario?

Teniendo en cuenta que este tipo de práctica se está extendiendo en los escenarios, hemos querido saber qué tipo de precauciones se pueden tomar en los conciertos para que los artistas estén sanos y salvos. Para ello, hemos hablado con Juan Carlos Ruiz, director de seguridad del WiZink Center de Madrid —uno de los recintos con más experiencia en celebrar eventos musicales — y nos ha resuelto algunas dudas.

“En la mayoría de los recintos donde se celebran conciertos, se prohíbe el acceso con objetos contundentes que pudieran ser susceptibles de ser arrojados precisamente, bien entre el público o hacia el escenario”, nos empieza contando.

Cuando, por desgracia ocurre este tipo de ataques a los artistas, el protocolo siempre es el mismo: “En este supuesto y en el caso de que el artista sufra algún daño físico, se detendrá el concierto y será inmediatamente atendido por los servicios sanitarios del recinto, mientras tanto, se emitirían unos mensajes por la megafonía donde se recriminará cualquier conducta violenta y que en todo caso se abstengan de arrojar nada al escenario”.

Además, Juan Carlos nos cuenta que es fácil localizar a la persona que ha lanzado el objeto: “A veces por las personas que le rodean, quienes les terminan recriminando, y en otras ocasiones por la trayectoria del objeto. Es factible que sea identificado”.

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¿Qué se podría hacer si estos casos siguen aumentando?

El propio Juan Carlos nos ha contado que de momento son las mismas normas: “En ocasiones y dependiendo de varios factores, se toman medidas de seguridad más estrictas, como la prohibición de más elementos, carteras con cadenas, cinturones e incluso mecheros”.

Si hubiese que tomar medidas para que este tipo de prácticas no pasase, Juan Carlos nos comenta que la medida “más preventiva” sería la separación del publico al escenario “sumando un refuerzo de personal de seguridad en el front stage”.

Aquellas personas que pueden estar en el front stage, que suelen ser fotógrafos y personal autorizado, suele ir acompañado de seguridad para que no lancen nada en el escenario. Beatriz de la Guardia, directora de comunicación de Planet Events, nos cuenta cómo es el protocolo:

“El responsable de prensa de la promotora (en este caso yo) va acompañado de personal de seguridad del recinto para estar seguro de que cumplen con la normativa: que no saquen fotos con flash, o lo que pida el artista en cuestión. Lo normal es que los fotógrafos estén ubicados en el foso durante este tiempo y los cámaras de TV en el FOH, donde siempre hay personal de seguridad; estos últimos podrán tomar el sonido de la mesa si el artista lo permite, si no tomarán sonido ambiente. En recintos como el WiZink Center de Madrid, tienen que pasar también un control de seguridad (arco) con su equipo al entrar”.

Esperemos que los conciertos sean espacios seguros para todos y todas. Tanto para los artistas como para el público.