Esta es la historia real tras 'OPPENHEIMER', la nueva película de Nolan sobre la controvertida vida del inventor de la bomba atómica
El aclamado director presenta un biopic J. Robert Oppenheimer, el científico arrepentido de haber hecho el mayor hallazgo del siglo XX
Una de las líneas más recordadas de El Caballero Oscuro (2008) es "mueres como un héroe, o vives lo suficiente como para convertirte en el villano". Con esta oración —entre otras—, Christopher Nolan consiguió llevar la figura de Batman a otro nivel dentro de la cultura pop, además de dejar claro que su cine era capaz de llevar al dogma moralista una película que muchos fueron a ver con el prejuicio del cine de superhéroes. Ahora, 15 años después, ha conseguido llevar este argumento a un biopic que ya lo traía de serie: la historia de J. Robert Oppenheimer.
Puede que OPPENHEIMER lleve en el debate público por coincidir con la Barbie de Greta Gerwig —sobre todo por chocar de manera tan drástico en cuanto a estilo cinematográfico se refiere—, aunque muchos de los seguidores del director mantienen su interés en la películas gracias a, por ejemplo, la expectación por saber cómo consiguió rodar una explosión atómica sin necesidad de efectos especiales. Aun así, el detalle que se le escapa a muchos otros cinéfilos es que Nolan ha querido contar la historia del físico por las luces y sombras que rodearon su carrera.
A priori, es sencillo identificar la problemática y, por ende, del personaje: es el padre de la bomba atómica, un hallazgo que muchos califican de próspero y devastador a la vez. El porqué pasa por saber que devastó las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, matando a más de cien mil personas; aunque provocó la rendición de Japón en la Guerra del Pacífico y, por tanto, acabando con la Segunda Guerra Mundial. Pero la historia que cuenta Nolan va mucho más allá de ese episodio histórico, por muy determinante que fuera.
OPPENHEIMER, ¿realidad o ficción?
Pero, ¿cuánto de real hay detrás de la película de Nolan? Muchos biopics toman una base de realidad para luego jugar en pos de la ficción a través de su metraje y que así sea más entretenida para su público, como Bohemian Rhapsody. En la película que narra gran parte de la trayectoria del grupo Queen, se tomaron licencias para enaltecer el componente dramático del guion —prueba de ello es que, entre otras escenas, Freddie Mercury nunca le comunicó al resto de la banda su enfermedad en los ensayos para el Live Aid, sino que se enteró tiempo después del concierto—; así como otros títulos más recientes como Blonde toman elementos totalmente ficticios de la novela de Joyce Carol Oates.
Sin embargo, y siguiendo la estela de las adaptaciones literarias, OPPENHEIMER se escribe a partir del libro Prometeo americano: El triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer, de Kai Bird y Martin J. Sherwin, ganador del Premio Pulitzer en 2006. La intención de Nolan, por tanto, era ser fiel a la historia, sobre todo teniendo en cuenta sus declaraciones para Universal Pictures: "Mi intención era transportar al público a la mente y la experiencia de una persona que ocupó el centro absoluto del mundo durante el momento de cambio de mayor envergadura de la historia. Nos guste o no, J. Robert Oppenheimer es la persona más importante que jamás haya vivido. Convirtió el mundo en el que vivimos en lo que es ahora, para bien o para mal. Y su historia hay que verla para creerla".
Por ello, el director se ciñó al libro como si de una biblia se tratara, utilizándolo de guía para la escritura del guion. Eso sí, la peculiar manera en que Nolan narra sus historias influyó en potenciar el espíritu crítico de la historia, sobre todo para poner en el foco la historia vital del físico. En esta en concreto, utiliza dos perspectivas: una en color para la primera persona del personaje y otra en blanco y negro para ver cómo fueron realmente los sucesos más importantes que marcaron su vida.
Aun así, lo que quería contar no era solo cómo se convirtió en el descubridor de uno de los hallazgos más controvertidos del siglo pasado. "Está plagada de paradojas y dilemas éticos, y esa es la clase de material que siempre me ha interesado. Mientras la película trata de ayudar al público a entender por qué la gente ha hecho cosas del modo que las ha hecho, al mismo tiempo plantea la pregunta de si esa gente debería haberse comportado así. Y el cine, como medio narrativo, es la herramienta perfecta para sumergir al público en una experiencia subjetiva, dejando que sean los espectadores quienes juzguen las cosas del mismo modo que lo hacen los personajes, intentando al mismo tiempo mirar a estos personajes con un poco más de objetividad. En diferentes momentos, tratamos de meternos en la psique de Oppenheimer y de embarcar al espectador en su viaje emocional", comenta el director. Además, concreta cuál fue el mayor reto del filme: "contar la historia de una persona que estaba involucrada en lo que acabó siendo una secuencia de eventos destructiva extraordinaria, pero llevada a cabo por las razones correctas, y contarla desde su punto de vista".
¿Qué le pasó a Oppenheimer?
Y es que, por increíble que parezca, inventar una de las armas mortales definitivas no es en lo que se centra la trama de Oppenheimer. Está claro que es uno de los pilares de su historia, aunque la trama política que sigue a la glorificación de su carrera —además de cómo asumió "tener las manos manchadas de sangre" tras lo sucedido con las bombas— es de lo más jugosa en cuanto a jugar con los conceptos de límites de la moral que tanto le gustan al director.
Tras el que fue el gran triunfo de su vida, por mucho que la sombra de la muerte de tanta gente le impidiera disfrutar, terminó por ser la víctima protagonista dentro de una trama que perseguía su figura. El motivo fue, principalmente, su ocupación como consejero político en asuntos nucleares, donde terminó por reunir a mucha gente poderosa en su contra que investigó parte de su pasado relacionado con el comunismo: fue considerado un 'profesor radical' por su actitud sindical y apoyar esos vínculos como, por ejemplo, el bando republicano en la Guerra Civil Española.
Esto, sumado a su perfil bajo para evitar acusaciones con respecto a la tragedia de Nagasaki e Hiroshima, fue uno de los broches más oscuros de una vida dedicada a la ciencia y a la guerra. La película, por supuesto, no deja fuera ninguno de estos planos y los explota de una manera que tantas veces se ha visto en la filmografía de Nolan.
¿Qué dijo Oppenheimer?
La vida del físico es interesante, y pese a llegar a ganarse su puesto en la historia gracias a sus creaciones, también es conocido por una acertada frase que resume bastante bien su trayectoria. Hay que apuntar que no es un extracto suyo, sino que lo cogería de uno de los textos hindúes más importantes de dicha religión, el Bhagavad-gītā, considerado como uno de los escritos religiosos más importantes del mundo.
La frase en cuestión es: "Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos", una máxima que responde a la mayor de sus creaciones, pero también a sus consecuencias más fatídicas. Oppenheimer no se quedó en el final de la guerra, sino que vaticinó que tal horror podría ser utilizado para guerras venideras, que podrían significar la destrucción total del planeta si la ciencia que emplearon se utiliza con la agresividad del poder.
Oppenheimer se estrena el 20 de julio en cines.
Javier Rodrigo Saavedra
Cine y música. Música y cine. Y más, claro. Me encontrarás en todo tipo de saraos cubriendo todo, desde...