Julio Iglesias recuerda el accidente que le hizo dejar su pasión: "Hace 55 años mi vida cambió para siempre"

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Todos conocemos a Julio Iglesias, uno de los artistas españoles más reconocidos a nivel mundial. Su carrera en la música ha superado cualquier tipo de barrera tanto a nivel nacional como intrernacional. Es el artista latino que más discos ha vendido, el único que ha cantado en catorce idiomas y el español más universal. A lo largo de más de cinco décadas de carrera ha vivido noches apoteósicas como cuando actuó por primera vez en el Madison Square Garden de Nueva York, en las pirámides de Egipto o en el Olympia de París.

Sin embargo, su camino profesional no siempre fue sencillo. Una noche, mientras el artista regresaba a casa, su coche chocó con unos arbustos al norte de Madrid, lo cual tuvo consecuencias trágicas y dejó atrás sus aspiraciones deportivas.

A pesar de haber recibido numerosos premios, reconocimientos y afecto de sus seguidores en todo el mundo, Julio Iglesias siempre ha mantenido una conexión con sus humildes orígenes y los desafíos que enfrentó al comenzar su carrera artística. Ha compartido su inspiradora historia de superación personal en sus inicios artísticos.

"Hace 55 años mi vida cambió para siempre. Estudiaba leyes, jugaba al fútbol en mi equipo del alma con los juveniles y un accidente frustró todas mis ilusiones. Pero ese accidente, como digo siempre, juntó mi alma con mi cabeza y empecé a vivir una aventura que aún no ha terminado".

Hace 55 años mi vida cambió para siempre. Estudiaba leyes, jugaba al fútbol en mi equipo del alma con los juveniles y un accidente frustró todas mis ilusiones.

—  Julio Iglesias

Para acompañar estas palabras, el artista compuso La vida sigue igual, una composición que guarda una estrecha relación con ese punto crucial en su vida, ya que la creó durante su recuperación. El cantante explicó que la escribió basándose en lo que sentía en aquellos momentos después de su operación.

Quién hubiera imaginado que aquel joven, aún en proceso de recuperarse del impacto físico y emocional del accidente, lograría que sus versos traspasaran los límites de su habitación para convertirse en un himno. Esta canción le brindó la oportunidad de participar en el Festival de Benidorm en 1968, un trampolín para su carrera artística, que le permitió que su nombre, Julio Iglesias, fuera conocido en todo el mundo.