Especial
Así es vivir con un Phone(2) de Nothing en el bolsillo
Un teléfono casi redondo que te dará una experiencia en la que echarás muy poquito en falta.
La razón por la que este artículo llega a nuestros lectores días después de la salida al mercado del Phone(2) de Nothing, a pesar de que hemos tenido la suerte de poder usarlo como terminal personal algún tiempo antes de su lanzamiento, es porque queríamos asegurarnos de que nuestras impresiones eran definitivas y un nuevo teléfono siempre es algo a lo que uno tiene que acostumbrarse.
Este Phone de Nothing nos ha puesto las cosas muy fáciles. Hasta la fecha, hemos probado muchos teléfonos y pese a que el listón tecnológico está muy alto ya, rara vez he disfrutado tanto con la experiencia de usuario de un teléfono como lo he hecho con la de Phone(2).
Para empezar (por ponérnoslo fácil), la elección del Snapdragon 8+ Gen 1 que hay en su interior, aunque pueda parecer simplemente una forma de recortar presupuesto en circuitería, parece que puede tener un propósito superior. El Snapdragon 8+ Gen 1 fue una revisión del ‘8 Gen 1’, un chip potente pero debutante dentro de una nueva generación y que tuvo serios problemas para controlar y gestionar el rendimiento y el consumo. Ese ‘+’ añadido simplemente dio al chip la estabilidad necesaria para poder funcionar a pleno pulmón sin drenar baterías a pasos acelerados.
Comentamos esto porque cabría pensar que las ‘tripas’ del Phone(2) son “las mismas” que las de un OnePlus 10Pro o las de un Galaxy S22 Ultra, por ejemplo; pero nada más lejos de la realidad. Habiendo usado los mencionados con anterioridad, podemos asegurar que la experiencia de Phone(2) se vale de ese ‘+’ en su chip para perder cualquier aroma residual a 2022 que pudiera quedar. La combinación del Nothing OS 2 y el 8+ Gen 1 consiguen que el teléfono vuele en todos los sentidos. Las animaciones en la navegación son excelentes, la respuesta a los gestos es la mejor que he tenido en un teléfono hasta la fecha y podemos acumular aplicaciones hasta alcanzar el aburrimiento sin que se pierda la ligereza del primer día y todo ello con un aprovechamiento de la batería excelente, que nos ha permitido cargar el teléfono una vez cada dos días con un nuestro uso moderado habitual.
Nothing OS 2 ofrece dos formas diferentes de vivir la experiencia Android. La propuesta más personal de la marca propone el blanco y negro como esquema de color principal y un repositorio de widgets muy especial. En el look tradicional, que también tiene una fuerte esencia ‘Nothing’, destaca el look minimalista pero claro de los widgets del sistema operativo y la facilidad y gran capacidad de personalización de todo el entorno. Todo en el entorno de Nothing OS puede arreglarse ‘al gusto’, hasta el punto de poder crear iconos gigantes para nuestras apps o hacer un widget para casi cualquier cosa que se nos ocurra.
Si pienso en faltas o fallos de lo vivido en los últimos días, os hablaría del motor háptico del teléfono, que parece estar siempre al máximo y llega a molestar si lo tenemos activado para teclear y de la falta de algún gesto para crear capturas de pantalla, que sólo pueden hacerse pulsando las teclas de encendido y bajar volumen y sabe a poco después de haber usado el swipe de 3 dedos de Oneplus o el doble toque de nudillo de Huawei.
También me he peleado con la configuración intentando encontrar una forma más simple de poner el móvil en vibración/silencio, que no pida sacar el volumen con las teclas laterales y ahí cambiar la opción, he echado en falta un botón para cerrar todas las apps a la vez una vez abierto el menú de apps en marcha, o he tratado de quitar la barra inferior que aparece cuando activas los gestos que te permite saltar entre aplicaciones deslizando. Es una barra que yo, personalmente, no querría (acostumbrado a saltar entre apps con el menú emergente tradicional que sale de mantener “swipe up”) y que no he podido quitar.
Al final, la experiencia de un teléfono es muy personal y muchas veces llega condicionada por las cosas que te gustaban de tu terminal anterior. Ninguna de las observaciones arriba descritas corresponde a un fallo que haya conseguido minar mi experiencia con el teléfono, simplemente son apuntes y la mayoría podrían ser implementados a través de futuras actualizaciones, si lo creyeran de interés para el público general. De momento, ahí están.
Rendimiento y potencial a un lado, la experiencia de Nothing en el bolsillo es muy parecida en forma a la de iPhone. Nadie descubre que el diseño del teléfono está fuertemente inspirado en la forma de Apple, sólo que atendiendo a señas de identidad de la marca, como son la transparencia y las luces (que ellos llaman Glyphos).
Con los Glyphos no he “jugado demasiado”. Sabéis que han sido creados para notificar con luces cosas que ocurren en nuestro teléfono sin necesidad de ver la pantalla, aunque sigo prefiriendo recibir el estímulo completo y, quizás, más discreto, al descubrir un pequeño diálogo en pantalla que diga “Mensaje SMS”, por ejemplo.
Es verdad que hay pequeñas interacciones con los Glyphos que resultan interesantes, como el medidor de carga del teléfono iluminado o la función de cuenta atrás, que también se puede dejar a cargo de una luz que desaparece con el tiempo y puede utilizarse para los recorridos de Uber. De momento, pese a ser parte de la identidad y del atractivo de Nothing, siguen quedando como elemento anecdótico.
Por último, nos toca hablar de la cámara. Si consideramos la inclusión de un Snapdragon de 2022 un “recorte” dentro de la propuesta de Nothing (que, insisto, no hace falta más), la cámara sería el otro apartado en el que Nothing aprieta el cinturón para poder crear márgenes y beneficio.
Para los menos exigentes, la doble cámara posterior de Nothing será suficiente. Equipado con un angular estándar y un gran angular, ambos de 50 Megapixeles, ofrece las suficientes distancias focales sin faltar al estándar de calidad que marca su etiqueta de precio.
La cámara principal (23mm) es la mejor, equipa un sensor Sony IMX890 y en sus fotos sólo hemos echado en falta algo más de rango dinámico ocasionalmente. Cuando toda la escena sea luminosa no habrá queja, pero si tenéis una parte más oscura y otra más luminosa, es posible que Nothing tienda a “quemar” antes esos puntos brillantes al exponer la foto.
El ultra-angular (14mm) equipa un sensor con menos prestigio, el Samsung JN1, más pequeño y menos luminoso (f2.2). En condiciones óptimas, no tenemos queja, pero será inevitable que nos topemos con peores fotos cuando pongamos a prueba sus limitaciones en términos de luz.
En cualquier caso, la experiencia de uso de la cámara es especialmente satisfactoria. Algo que he agradecido muchísimo es la posibilidad de desactivar el modo HDR y que el móvil lo mantenga desactivado hasta nueva orden. Por lo general, no me gusta mucho el look del HDR (no de este móvil, en ninguno) y muchos teléfonos tienden a volver a activarlo con cada reinicio o incluso pasado un tiempo. Es algo frustrante y en Nothing no ocurre.
Como ‘pero’ en este apartado diremos que existe un pequeño ‘delay’ entre la toma de una foto y la foto que realmente hemos sacado, cosa que a veces nos la puede jugar. Y la foto a veces no aparece de forma instantánea para chequear y el teléfono sigue ofreciéndonos la anterior que habíamos tomado como ‘última’ en nuestra colección.
El video, que puede ser 1080p o 4k a 30 y 60 frames, también mantiene unos mínimos de calidad que convence, aunque la estabilización digital en ocasiones genera pequeños “temblores” no deseados.
Para resumir la experiencia Nothing con una sola frase creo que diría que “no hace falta más”. Es un terminal potente, eficiente y muy versátil que, además, acentúa la propuesta con luces y transparencias. En este momento tecnológico que vivimos no pediría más procesador, no necesito más resolución en la pantalla y no me hace falta más batería ni cargarla 10 minutos más rápido. Y no lo digo desde el conformismo, es la verdad.
Otra cosa es la cámara. En ese apartado siempre será cuestión de seguir añadiendo azúcar. ¿Agradecería un zoom óptico de calidad? Por supuesto. Pero ahí sí que surge el conformismo y la balanza que pone frente a frente lo que me dan y lo que me quiero gastar. Y, con los 50 MP de la cámara principal, tengo un zoom que cumple.
Este Phone(2) de Nothing es un impresionante segundo teléfono de una compañía que acaba de empezar y que, conociendo a su dirigente, seguirá creciendo y ganando adeptos con el tiempo. Si buscas un teléfono ( o te apetece renovar con gusto) y estás buscando en ese rango de precio que flota entre lo alto de la gama media y lo “barato” de la gama alta, echa un vistazo a este Nothing porque podría ser el eslabón perdido que estabas buscando y, de paso, serás el centro de atención allí a donde vayas.