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¿Por qué se pegan las canciones? Así es la fórmula perfecta
En LOS40 somos especialistas en canciones pegadizas. Pero, ¿sabes cuál es el mecanismo cerebral que provoca que no nos las podamos sacar de la cabeza? ¿Y cómo hacer que desaparezcan? Te lo contamos todo.
A todos nos ocurre alguna vez. A muchos, incluso a diario. Escuchamos un pequeño fragmento de una canción y, durante horas, lo tenemos sonando en la cabeza de manera incesante. A veces ni siquiera es necesario que la canción suene en ninguna parte: basta un recuerdo, una frase o un estímulo concreto, el que sea, para que la melodía y la letra se apoderen de nosotros. Y ya no hay manera de que desaparezca.
En ocasiones, puede llegar a ser incluso molesto. Según estudios como el que publicó en su día la Universidad British Columbia de Canadá, en un 15% de los casos puede resultar especialmente intrusivo, e incluso puede llegar a alcanzar la categoría de obsesión y convertirse en un problema.
Más allá de casos extremos, lo cierto es que la historia de la música, y más concretamente de la música popular, se ha caracterizado por la búsqueda constante de melodías que sean lo más pegadizas posibles. Pero, ¿cuál es el mecanismo que hace que se nos pegue una canción? ¿Por qué unas se adhieren a nuestro cerebro como un chicle a un zapato y otras no?
Como si de un virus se tratase, las notas musicales nos van infectando poco a poco
La respuesta hay que buscarla en lo que los expertos denominan imaginería musical involuntaria (INMI) o “gusanos auditivos”, un término surgido de la traducción literal del vocablo alemán 'ohrwurm', y que no puede ser más gráfico: como si de un virus se tratase, las notas musicales nos van infectando poco a poco. Al tratarse de fragmentos de canciones que hemos escuchado antes, nuestro cerebro tiende a completar la secuencia completa. Si, además, se da la circunstancia de que no te sabes toda la letra, la melodía se quedará en bucle en la parte que mejor recuerdes.
La fórmula perfecta
Pero, ¿cuáles son las canciones que tienen más probabilidad de permear en nuestro cerebro? Según una investigación publicada en la revista académica 'Psychology of Aesthetics, Creativity and the Art', la más ambiciosa realizada hasta la fecha en este campo, las más pegadizas suelen ser aquellas que cuentan con melodías genéricas y muy fáciles de recordar, pero que al mismo tiempo tienen intervalos, saltos o repeticiones que las hacen diferentes a las demás. Es decir: sencillas, pero originales.
En esa misma investigación, que contó con la participación de más de 3.000 voluntarios, también se llegó a la conclusión de que hay varios factores que influyen de manera decisiva para que se nos pegue una canción. Son aquellos relacionados con el estado emocional en el que nos encontremos, nuestra capacidad de memoria o la actividad que estemos realizando en ese momento. Según el estudio, al 90% de las personas se le pega una canción al menos una vez a la semana y es algo que sucede, sobre todo, cuando el cerebro tiene una actividad baja. Momentos como la ducha, un paseo relajado o las tareas del hogar pueden ser idóneos para que se produzca este fenómeno.
Aunque parezca paradójico, escuchar una canción es una de las maneras de que desaparezca de nuestra cabeza
¿Y si queremos que desaparezca? También existen técnicas para conseguirlo. Otro estudio previo, en su caso publicado en la revista PLoS One, ofrece tres consejos para librarse de esa canción que no te deja pensar. El primero, aunque pueda parecer contraproducente, es escuchar esa misma canción. De esta forma, el cerebro se relaja y no siente la necesidad de tener que estar recordándola constantemente. El segundo es escuchar otra canción distinta que ocupe el lugar de la primera. Ya se sabe: un clavo saca a otro clavo. El tercero es, quizá, el más sencillo de todos: dejarlo estar. Antes o después, acabará yéndose por sí sola.