La razón por la que Blas Cantó también terminó sin camiseta su concierto

La noticia del fin de semana, del mes y casi (casi) del año ha sido la revolución de Eva Amaral sobre el escenario del Sonorama Ribera que ha convertido a la banda de Zaragoza en tendencia en toda España. Pero la casualidad ha querido que no sea la única artista que ha terminado sin camiseta su directo. Y Blas Cantó ha explicado por qué él también cantó a pecho descubierto.

"Un poco de ayer. 🫶 Gracias Benalmádena (Málaga) por abrazarme tanto. Lo de la camisa fue porque bajé a saludar al público en “Él no soy yo” y una señora me agarró tan fuerte que no podía soltarme, y por más que se lo pedía no me dejaba ir. En el último momento decidí “escapar” quitándomela. Jajaja! Quedó en una anécdota y perdí mi camisa para siempre 😆 What’s next? 👋🏻" ha posteado el solista murciano a través de sus redes sociales.

Como explica el propio intérprete, la idea de bajarse del escenario para mezclarse con su público no terminó de ser todo lo buena que habría imaginado. Porque el hecho de querer mantener el contacto con su público algunx se lo tomó demasiado al pie de la letra.

La situación acabó solucionándose de manera natural. Blas Cantó finalizó su concierto y nadie convirtió en tema de debate nacional el hecho de que el artista estuviera con el pecho descubierto. Fundamentalmente porque se trata de un artista masculino y esa es exactamente la desigualdad y la misoginia que quería denunciar Amaral desde el festival de Aranda de Duero.

La situación no es idéntica pero siempre resulta llamativo el hecho de que en un mismo fin de semana una imagen se convierta en viral y sea comentada por millones de personas, criticada y denunciada hasta el infinito por los haters; y la otra pase simplemente desapercibida y quede como una anécdota.

Lo que Amaral ha denunciado (y antes Rocío Sáiz, Rigoberta Bandini, Zahara, Bebe...) sigue aún muy vigente y más intérpretes masculinos deberían seguir los pasos del cantante de Sidonie y unirse a la lucha de sus compañeras. Aunque visto lo visto ellas se valen por sí mismas.