Muere Lolita, la orca que se convirtió en un símbolo contra la cautividad

El animal llevaba 50 años viviendo en un minúsculo tanque del acuario de Miami, en Florida. Era la única orca capturada en aguas de EEUU que se encontraba aún en cautiverio.

Cavan Images

24 metros de largo, 11 de ancho y 6 de profundidad. Eran las dimensiones de la piscina en la que vivía Lolita, una orca de 2.267 kilos que fue vendida en 1970 al Miami Seaquarium, y que desde entonces se había convertido en todo un símbolo: a lo largo de cinco décadas, los activistas por los derechos de los animales habían luchado incansablemente por su liberación. No ha podido ser: en las últimas semanas, la salud del animal ha empeorado súbitamente y ha acabado falleciendo a causa de una infección renal.

Toki, como se referían a ella cariñosamente los activistas, “fue una inspiración para todos los que tuvieron la fortuna de escuchar su historia, y especialmente para la nación Lummi que la consideraba su familia”, ha explicado en un comunicado la asociación Amigos de Toki, que ha sido la encargada de dar a conocer la noticia de su muerte. "Los que han tenido el privilegio de pasar tiempo con ella recordarán para siempre su hermoso espíritu".

La liberación del animal estaba prevista para los próximos meses

Se da la circunstancia de que la liberación de Toki estaba prevista para los próximos meses. El acuario contaba desde hace relativamente poco con un nuevo propietario, la empresa The Dolphin Company, que se había comprometido a poner en marcha todos los trámites para devolver a la orca a su hábitat natural: las aguas del noroeste del Pacífico, en una iniciativa que, pese a su elevado coste, contaba con el respaldo financiero del propietario del equipo de fútbol americano de los Indianapolis Colts, Jim Irsay.

Dwi Kusnanto / 500px

El animal tenía un especial valor emocional para la Nación Lummi, tribu nativa americana del estado de Washington, al noroeste del país, que se refiere a las orcas como "qwe 'lhol mechen", que significa "nuestras relaciones bajo las olas". Es por ello que sus miembros llevaban años trabajando para conseguir la liberación de Lolita de cara a que volviese a sus aguas natales.

“Ni un minuto de libertad”

El trabajo de los activistas y el apoyo de la opinión pública habían llevado a los propietarios del parque a mejorar sensiblemente sus condiciones de vida. La pasada primavera, Lolita dejó de actuar para el público y de ser exhibida públicamente. En los últimos meses se habían implementado ciertas mejoras en el sistema de filtros de la piscina, así como para regular de manera más eficiente la temperatura del agua. Nada de ello sirvió para revertir una situación que venía de lejos: según los informes, Lolita ya estaba enferma desde el pasado 2022.

Durante años habíamos rogado al Miami Seaquarium que terminara con la vida infernal de Lolita

El desenlace ha indignado a los colectivos en defensa de los derechos de los animales. La organización PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) ha sido una de las primeras en pronunciarse: "Los planes para trasladarla llegaron demasiado tarde, y a Lolita se le negó incluso un minuto de libertad en sus 53 años de cautiverio", ha lamentado en un comunicado la presidenta de PETA, Ingrid Newkirk. “Durante años habíamos rogado al Miami Seaquarium que terminara con la vida infernal de Lolita y la liberaran en un santuario costero", donde podría haberse reunido con la orca que se cree es su madre.

Pese a la muerte de Lolita, la lucha de los activistas no termina aquí. La presidenta de PETA ha pedido al Seaquarium de Miami que "continúe con los planes para enviar al delfín que fue compañero de tanque de Lolita a un santuario marino, junto con todos los demás delfines, antes de que aumente el número de muertos". Y concluyó el comunicado con una petición: "¡Que todos los animales salvajes sean libres!”.