¿Vuelve el cassette? La nostalgia revive el formato ochentero por excelencia
La venta de las clásicas cintas se ha disparado en los últimos años. Lo vintage pega fuerte y sigue teniendo su público.
Una cinta de cassette, un boli Bic y una frase: “Nuestros hijos nunca sabrán la relación entre estos dos objetos”. Es uno de esos memes que circulan por las redes sociales, y que tienen como destinatario a aquellos que crecieron en los años 70 y 80. Los boomers, los miembros de la generación Z y los primeros milenios entienden la broma al momento. En aquellos años, era muy habitual hacer uso de un boli Bic para rebobinar las cintas a mano y así ahorrar pilas del Walkman. Pedestre, pero efectivo.
Hoy, más allá de la nostalgia, nadie echa de menos aquella manera de buscar tu canción preferida o escuchar el comienzo de un disco. Las cintas de cassette, que convivieron con los discos de vinilo, dieron paso al CD. Con la llegada de Internet, primero, y de las plataformas de streaming después, todo ello pareció quedar relegado a un rincón de la historia. ¿O quizá no tanto?
En 2022, la British Phonographic Industry (BPI, por sus siglas en inglés) confirmó lo que ya era un secreto a voces: la venta de casetes creció por décimo año consecutivo. El año pasado se vendieron 195 mil cintas de cassette en Reino Unido, lo que representa un aumento del 94.7% en comparación con 2019 y unas ventas anuales récord que no se habían visto desde 2003. En los últimos siete años, la cifra ha aumentado un 443%. Y aunque el número es ridículo comparado con las millonarias cifras que se veían hasta bien entrados los 90, la tendencia parece significativa. ¿Quién está fabricando cintas? ¿Quién las compra por qué?
Santiago Talavera, artista plástico y músico, ha utilizado los cassettes en más de una ocasión. “He hecho alguna pieza de arte sonoro interviniendo un Walkman noventero como si fuera un artefacto retrofuturista extraño”, cuenta a LOS40. “También he usado Walkmans y una grabadora de mano para regrabar melodías, y dar textura a elementos de alguna canción”.
En esta vuelta al ritual físico de escuchar música, el vinilo siempre gana
Con eso y con todo, y más allá del valor estético o virtudes concretas, Talavera no cree que el formato tenga un encanto especial para escuchar música. “En esta vuelta al ritual físico de escuchar música, el vinilo siempre gana”, opina. “Sin embargo, es una herramienta artística muy interesante y disfruto mucho viendo a artistas creando instalaciones sonoras, jugando con la cinta magnética y llevando el formato a sitios insospechados”.
Original y barato
Prueba de ese auge es la existencia de negocios como Suburban Attack Merchandising, entre cuyos productos estrella orientados a las bandas destacan, precisamente, las cintas de cassette. “Es el formato que más estamos fabricando, más que vinilos y CD” reconocen sus dueños en conversación con El Eco de LOS40. “Los vinilos tienen unos costes muy altos, por lo que algunos amantes de lo analógico optan por lanzar su trabajo en cassette, que es un formato diferenciador que pueden hacer por mucho menos dinero. ¿Sus principales clientes? “Sobre todo, bandas de estilos underground como el punk, el grindcore o el metal”, explican los dueños de Suburban Attack.
A día de hoy algo que consumen únicamente nostálgicos o coleccionistas
Hay quien ha llevado ese impulso más allá e incluso ha montado un local físico dedicada únicamente a este formato. Es el caso de La Cassetería, que abrió sus puertas en 2020 en el madrileño barrio de Malasaña. "Somos una fábrica artesanal de cassettes", explican sus responsables a El Eco de LOS40. "Durante dos años estuvimos buscando las máquinas para fabricarlos, y finalmente conseguimos dar con ellas en Inglaterra. Aprovechamos la pandemia para traernos las máquinas y poner todo a punto", recuerdan.
Hoy, el negocio sigue en pie... aunque no es sencillo. "Estamos en momentos muy complicados y a veces hay que hacer muchos malabares", reconocen los dueños de La Cassetería. "La subida de las materias primas todas las semanas, la luz, los tipos de interés, la pandemia, el coste de la gasolina..." Los obstáculos son innumerables. Y pese a todo, parece claro que existe un nicho de mercado, por pequeño que sea.
"Todo formato físico o digital tiene su sitio: son formas diferentes de escuchar música", opinan los responsables de La Cassetería. "Es cierto que este formato en los últimos años ha tenido un auge, porque ha ido acompañado de series de televisión y películas que lo han convertido en un producto de moda, pero fuera de eso tiene su mercado. Además, también muchos grupos se han unido a este formato. Bajará, pero es un formato que siempre ha tenido su sitio, su nicho y poco a poco se estabilizará de nuevo", vaticinan.
La práctica totalidad de la música contemporánea vive de una u otra manera en un bucle nostálgico
Santiago Talavera tiene una opinión similar. “No es es extraño encontrar sellos discográficos que editan en cassette”, reflexiona. “Quizá sea algo muy minoritario y dure poco. Mi opinión es que la práctica totalidad de la música contemporánea vive de una u otra manera en un bucle nostálgico: retro visuales, efectos tipo VHS, sintetizadores… La vuelta del cassette era inevitable dentro de un panorama en el que ya no hay propuestas de futuro innovadoras, sino fórmulas renovadas de intentar ver el futuro volviendo siempre la mirada atrás”.
Desde Suburban Attack coinciden en el diagnóstico. “Es cierto que en los últimos años ha habido un aumento de la demanda de cassettes, pero también que el formato físico, sea el cassette, el vinilo o el CD, ya es a día de hoy algo que consumen únicamente nostálgicos o coleccionistas”, subrayan. “Ese creo yo que será el mercado de este formato, tanto en el presente como en el futuro más inmediato”.