El día que respiré el mismo aire que The Rolling Stones: mi experiencia en crónica desde Londres
La banda británica convocó en la capital de Reino Unido a más de 200 medios de todo el mundo. LOS40 Classic estuvo allí
Mare Street (Londres). Hackney Empire Theatre. 14:30 hora local. Son las coordenadas de un evento histórico en la música. Más de doscientos medios acreditados, y otros tantos compañeros y amigos para no perderse lo que está a punto de pasar sobre el escenario. The Rolling Stones van a presentar Hackney Diamonds, su primer disco de estudio en 18 años, y LOS40 Classic estuvo allí.
Recogemos las acreditaciones en The Old Ship Pub, un bar a la vuelta de la esquina donde la tarde anterior estuvieron leyendo el periódico Mick y Jimmy. Durante horas, aquello es un hervidero de gente, de prensa e invitados de Universal Muisc y Polydor Records.
Algunos fans ya se agolpan en las inmediaciones del teatro para poder captar imágenes de sus ídolos y, quizás, llevarse una firma en sus vinilos. Mientras tanto, vemos pasar varios taxis customizados con las nuevas y cristalizadas lenguas de los Stones que, por cierto, invaden la fachada del teatro y debajo se lee “Let’s dream big”. Así es: hoy la mayoría de los que estamos aquí sí estamos soñando a lo grande.
A eso de la una y pico entramos al teatro y, para nuestra sorpresa, conseguimos un sitio increíble. Apenas unos metros nos separan de las estrellas y solo podemos acordarnos de esa estrofa de You Can’t Always Get What You Want, en la que cantan: “No siempre puedes conseguir lo que quieres / Pero si lo intentas algunas veces podrías encontrarte consiguiendo lo que deseas”. La rueda de prensa se retransmite en streaming para todo el mundo y no hay posibilidad de hacer preguntas en directo. "Entonces, ¿por qué vas?" Pues porque estoy aquí, a unos centímetros el grupo de rock más importante de la historia, compartiendo aire con ellos y eso me hace tremendamente feliz.
Presidiendo el escenario hay una gran lengua central y brillante; alrededor de ella se disponen los elegantes sillones recubiertos de terciopelo rojo que ocuparán los protagonistas. La sala se va llenando hasta que no queda ni una butaca libre. La gente masculla, principalmente en inglés. Algunos se saludan, y también están quienes se encaraman a sus teléfonos móviles para chequear el mail o las redes sociales. Los técnicos de la sala también están a lo suyo y empiezan a probar sonido con los acordes de Satisfaction.
La palabra expectación se queda corta para definir el ambiente. Aparece en el escenario Jimmy Fallon, uno de los tótems del entretenimiento mundial y probablemente el presentador más conocido del mundo. Los introduce con una sonrisa en la boca. Se le ve feliz e ilusionado -¡quién no lo estaría si los Stones quieren contar contigo para algo así!-.
Una acalorada ovación los recibe porque, aunque en su mayoría somos periodistas, también somos seguidores de la banda. Enérgicos, sonrientes y saludando aparecen tras las cortinas. Ronnie Wood es el primero y llega muy bailongo, le sigue Mick Jagger algo más comedido y tras él, el alma libre de Keith Richards. Todos rondan los ochenta, pero lo que más fascina es su espíritu, que es el de unos chavales locos por tocar. Así lo confirman a Jimmy Fallon nada más empezar la conversación.
Hackney Diamonds, un disco hecho en tiempo récord
Las primeras preguntas obligadas son sobre el álbum: Hackney Diamonds, que estará en la calle en poco más de un mes: el 20 de octubre. Cuenta con Angry como primer single y explica Ron en la rueda de prensa que hicieron este disco relativamente rápido. "Empezamos a trabajar en él en Navidad del año pasado (2022)". Y Jagger apostilla: "Lo empezamos en diciembre; en enero ya teníamos 23 tracks, seleccionamos 12 y lo mezclamos en febrero". Mientras los escucho, me viene a la cabeza que su carisma escénico no es solo cuestión de los directos. Que es gente magnética contándote una historia muy guay, la de su nuevo proyecto, el disco número 24 de The Rolling Stones. Poca broma.
Sí bromean comparando la promoción que se hizo de su primer disco (apenas un par de reseñas en las revistas NME y Melody Maker) y la de hoy, que tiene a medio mundo pendiente, con una gran liada en el corazón de Hackney (que no deja de ser un barrio residencial de Londres), así como en los alrededores del recinto, donde siguen bajo el sol (a 30 grados) cientos de fans esperando su momento.
Precisamente entre los fans corría el rumor hacía meses de que este disco iría cargado de colaboraciones. Sin embargo, por el momento, la banda solo ha confirmado a Lady Gaga en Sweet Sound of Heaven. Cuanto menos, sorprendente colaboradora para este grupo de rock.
Charlie Watts, muy presente
De las sesiones de grabación en Jamaica destacan un buen rollo increíble: "El estudio es un buen sitio para una banda", dicen los artistas, que durante todo el proceso han tenido muy presente a Charlie Watts, quien por supuesto es parte de Hackney Diamonds. "Es muy diferente desde que (Charlie) no está. Es el cuarto de nosotros. Lo echamos mucho de menos, pero gracias a él también nos hemos mantenido fieles a nosotros mismos. Varias canciones que hemos incluido fueron escritas por él en 2019. Él está presente en el disco".
También hay un gran recuerdo para Watts en Angry, una canción que contiene la esencia pura de la banda, con un riff muy característico y una letra que destila cierta chulería, al más puro estilo Stones. A Watts también lo vemos desfilar (elegante siempre) en el videoclip. Dirigido por Francois Rousselet, el clip tiene como protagonista a la actriz Sydney Sweeney (Euphoria, El Cuento de la Criada), que viaja en un descapotable mientras canta, baila y se desmelena con Angry. En el trayecto, se van sucediendo numerosas vallas publicitarias con mensajes y actuaciones históricas del grupo trabajadas de forma magistral con todo tipo de efectos e Inteligencia Artificial. En definitiva, una carta de presentación a la altura para una banda que ya no necesita seguir sorprendiendo y que, sin embargo, lo hace.
Selene Moral
Periodista y redactora Jefe en LOS40. Escribo mails y a veces artículos.