El siguiente escalón de Ana Mena: capitalizar un nuevo hit y hacer las Américas

Es martes y lo confieso: todavía no he superado el concierto de Ana Mena en el WiZink Center. Parece que lo de ser ‘bellodramático’ es un estado de ánimo del que cuesta desprenderse. Me gusta, sin embargo, mirar al futuro y, después de lo vivido con la diva doliente la otra noche – a golpe de hit, glitter y un fandom volcado–, el de la chica que canta “desde Málaga pa’l mundo” se ve tan brillante como las lágrimas de purpurina que le caen de las mejillas en el videoclip de Un clásico. Y es que ella, la reina mayor del Bellodrama, está preparada para dar un paso más y llevar su proyecto al siguiente nivel.

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Lo que más urge en estos momentos es capitalizar lo que le está pasando a Ana Mena: esa resaca emocional provocada por el show y el lanzamiento de Madrid City en el horizonte. Le funcionó con Las 12 lo de cantar el tema en los conciertos antes de que saliera en plataformas. Con Madrid City se repite la historia y la ovación que recibió el otro día, con su posterior celebración en redes sociales, solo confirma que la canción, una de corte más electrónico, tiene todas las papeletas para convertirse en el nuevo hit de su discografía.

Esto le reportará un buen puñado de streams para calmar a las fieras que ven con lupa los oyentes mensuales de Spotify, pero sobre todo le dará visibilidad en un mercado que se le resistía hasta la fecha: el todopoderoso LATAM. Ana Mena está preparando a conciencia su vuelta a ese territorio donde centró sus esfuerzos en los comienzos de su carrera con colaboraciones (buenas tardes a Becky G y CNCO) que no eran moco de pavo. Ahora que Belinda le ha allanado el terreno en México con Las 12, y ha dejado hechos los deberes en su otro mercado objetivo, Italia, con Acquamarina y Criminal – completando la trilogía musical con Fred de Palma –, le toca volver a hacer las Américas.

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Lo está haciendo como los pucheritos de las abuelas, a fuego lento y sin hacer mucho ruido. Lleva años en esta industria convulsa y sabe que medir bien los tiempos es fundamental, haciendo destacar lo que permanece en la conversación social, sin dejar de trabajar en las metas menos cortoplacistas. El concierto del WiZink y el lanzamiento de Madrid City son las prioridades de la artista ahora mismo por imagen y por ruido mediático. Es ir a tiro hecho. Latinoamérica, sin embargo, es el siguiente paso y en ello ha estado trabajando “en silencio” estas últimas semanas con feautirings nada desdeñables y de ritmos latinos: uno con Zabdiel (ex de CNCO) y otro con Mario Bautista.

Puede que ninguna de esas dos canciones le den unos números loquisimos, las cosas como son, pero ambos artistas suman millones de seguidores en sus redes sociales y eso es clave para este momento de la carrera de Ana Mena donde quiere darse a conocer antes de expandir su marca bellodramática, una que le da identidad como artista y derecho a un fandom internationally. De eso trata este mundillo, ¿no? De ir subiendo escalones, con cuidado y paso decidido, y a eso no le gana nadie a Ana Mena.