Especial
El artista, ¿nace o se hace?
Hablamos con músicos y expertos sobre una discusión clásica en el mundo del arte: ¿cuánto hay de don y cuánto de trabajo en la genialidad de un músico?
Es algo que parece consustancial a nuestra especie: desde el principio de los tiempos, el ser humano ha mostrado interés por la música. El ritmo y las melodías nos han acompañado a lo largo de la historia, dando lugar a una lista casi interminable de géneros y estilos. Pero ya desde el primer momento en que alguien mostró interés por hacer música, algo quedó muy claro: no a todos se les da igual de bien.
Una cosa parece clara: todo el mundo puede cantar, o al menos tararear. Cualquiera puede dar palmas, e incluso aprender a tocar un instrumento. Pero cada uno tiene una capacidad distinta a la hora de hacerlo. Y a la hora de aprender, lo hace a una velocidad distinta. ¿Cuánto hay de genética y cuánto de trabajo?
Según John Sloboda, todos poseemos una capacidad para la música similar a nuestra capacidad para el lenguaje.
Antiguamente se creía que la creatividad artística, también en lo musical, era algo parecido a un don divino. Una habilidad con la que nacías: o la tienes de serie, o no la tienes. Las teorías más modernas apuntan en otra dirección. Uno de los teóricos que más ha investigado al respecto es el escritor, músico y psicólogo británico John Sloboda, autor del libro ‘La mente musical: La psicología cognitiva de la música’. En él, explicó que todas las personas poseemos una capacidad para la competencia musical similar a nuestra capacidad para el lenguaje. Es decir: al igual que las habilidades lingüísticas se desarrollan naturalmente en todos los seres humanos, hacer música está al alcance de cualquiera que le ponga un poco de dedicación.
Esfuerzo y perseverancia
Manuel Fuentes es músico y profesor. Dirige la Academia Élite, ubicada en Guadalajara, y lleva más de 40 años enseñando a grandes y pequeños. “Tengo alumnos de 1 a 99 años Literalmente, porque tengo un señor que toca la guitarra con esa edad. ¡Y lo hace muy bien!”, cuenta a LOS40”.
Fuentes cree que todo es posible a base de esfuerzo y dedicación. Pero si algo ha aprendido de sus años de docencia, es que hay quien tiene un don. “Son pocos, pero existen. Es gente que escucha una canción y sabe tocarla, sin necesidad de partitura. Pero incluso ellos necesitan trabajar para convertirse en músicos de élite. Es algo que requiere de trabajo diario y mucho esfuerzo”.
Con esfuerzo y con trabajo, se consigue llegar prácticamente a donde se quiera
En el lado contrario de la balanza, están los que parecen ser absolutamente negados para la música. “Esos también son muy pocos”, asegura Manuel. “Con esfuerzo y con trabajo, se consigue llegar prácticamente a donde se quiera. He tenido gente incapaz de entonar una nota y que ha hecho la carrera musical tocando un instrumento, por ejemplo”.
Disfrutar del aprendizaje
Eso sí: a la hora de potenciar el aprendizaje de música en los más pequeños, es fundamental contar con el interés y no forzar las cosas. “Hay que dejarlo salir”, opina Manuel. “Hay muchos músicos que acaban aborreciendo la música, y es una pena. Muchos profesores no trabajan la parte creativa del alumno y no fomentan que se realice, que juegue con la música. Se centran excesivamente en la metodología, y eso puede acabar siendo contraproducente.
Si en tu familia se ha escuchado música desde que eras niño, es muy probable que desarrolles esta aptitud de una manera natural
Algo así le ocurrió a Nacho, músico aficionado. “De pequeño me apuntaron a clases de piano y solfeo”, cuenta. “No se me daba especialmente bien, pero tenía claro que no me gustaba: eso de tener que ir después del colegio a estudiar, y con una cierta dosis de disciplina, no iba conmigo. Años después me di cuenta de que lo que quería era tocar la guitarra, y me vinieron bien los conocimientos que había adquirido”.
“El entorno en el que crecemos es esencial”, reflexiona Manuel. “Si en tu familia se ha escuchado música desde que eras niño, es muy probable que desarrolles esta aptitud de una manera natural. Y si no es el caso, no pasa nada: afortunadamente, hoy existen infinidad de herramientas para aprender a tocar un instrumento. En Internet tienes un montón de tutoriales que me hubiera encantado tener en mi época”, concluye. Es cuestión de ganas: si quieres, puedes.