Karina desvela el verdadero motivo por el que ha entrado en ‘Gran Hermano Vip’ en una emotiva curva de la vida

Y recibe una sorpresa que consigue hacerla llorar

Karina se emociona con su curva de la vida en 'Gran Hermano Vip 8'. / Mediaset

La curva de la vida ha llegado a Gran Hermano Vip 8 y la primera en trazar la suya ha sido Karina la que se ha convertido en la concursante más entrañable de esta edición y favorita para muchos. Se ha concentrado para trazar los altibajos de su vida.

Comenzó con su nacimiento en Jaén y recordaba una infancia feliz estudiando con las Teresianas. Pero tuvo que mudarse a Madrid donde no tenía claro si entendería a la gente de la capital. Ahí se da cuenta de que no meten en la maleta el uniforme del cole y se entera de que no podrá ir a una escuela y tiene que trabajar en unos grandes almacenes.

Las primeras lágrimas llegaban al ver de fondo fotos de su familia. Recordaba a su madre y a sus hermanos Paco y Salvador que ya no está con nosotros.

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Una carrera profesional de altos y bajos

Su siguiente recuerdo era el Festival de Benidorm que acabó ganando. Como premio podía elegir entre un viaje a Benidorm o dinero en metálico y eligió el viaje. “Le dije a mi madre que se comprara un bañador porque no tenía la mujer”, recordaba. Después le ofrecieron grabar un jingle publicitario que acaba en manos del directivo de una discográfica que le ofrece un contrato discográfico con 15 años.

“Grabo canciones maravillosas y soy número uno en España y en América. Era muy joven. Fueron años preciosos, fueron muy bonitos. Pero no supe bien gestionar la vida artística, es muy difícil hacerlo cuando una persona es tan joven”, reconocía.

En 1978, cuando le tocaba renovar, le dijeron que “Hispavox no renovaba horteritas. Me dicen que me vaya y hasta luego Lucas”. Entonces hace una obra de teatro donde conoce a Carlos Díaz y se casan. Nace su hija Azahara, “tan bonita, era más guapa. Bueno, es muy guapa, quiero decir que era muy guapa de bebé, era un primor”.

La sorpresa

Cuando llegó al punto de su hija, Marta Flich la paró para darle una sorpresa. Había un mensaje grabado de su hija en el que explicaba que estaban todos enganchados al programa. “Eres muy graciosa, eres muy buena, eres muy bonita, voy como un palomo por la vida del orgullo que tengo de mi madre y solo le pido a Dios todos los días, mamá, que me parezca a ti un poquito”.

Ahí Karina ya no pudo contener más la emoción y las lágrimas caían por sus mejillas como torrentes. Su ex marido, en el plató, tampoco podía evitar emocionarse.

Tenía que continuar con la curva de su vida que llegó a un bajón cuando se separa de su marido y fallece su padre. “Estos años fueron muy tristes y muy amargos”, confesaba.

Y esa etapa de bajón se alargó con su operación de tiroides, el fallecimiento de su madre. La cosa remonta cuando su hija Rocío le da su primer nieto. Luego llega la segunda, Ana, que desvela que está un poquito malita.

El motivo de su concurso

Fue en ese momento cuando desveló el verdadero motivo por el que ha entrado al programa: “Pido todas las noches a Dios que se ponga buena y por este motivo estoy ahí, para ayudar a mi hija a que pueda buscar… hay muy buenos médicos, pero si hay alguien mejor, pues mejor para la chiquilla”.

Una revelación que ha conmovido a la audiencia a la que se ha metido en el bolsillo. Cada vez son más los que quieren verla ganar el concurso.

Terminó hablando de su tercera nieta, que solo tiene cinco meses. “Me van a esperar a que salga, que no sé cuándo será, para el bautizo. Ya invitaré a los compañeros”, aseguraba.

Y acababa su curva en alto porque “ya estoy aquí, me queréis mucho y os lo agradezco mucho”.

¿Se puede ser más tierna?

Cristina Zavala

Periodista enamorada de todo el entretenimiento....