Especial
Miguel Bosé comparte su vida en ‘El Hormiguero’: Infancia dura, adicciones, muertes inventadas... y la audiencia dictamina
La audiencia aplaude tanta sinceridad y se conmueve con su relato
Después de un plantón a última hora hace unos días, Miguel Bosé, aparecía en El Hormiguero para hablar de una manera sincera y directa de su vida. Tras dejar claro que su ausencia anterior se debía a lo que le había afectado el robo en su casa de México que le había dejado muy mal cuerpo, pasó a hablar de su vida, la que también cuenta en Bosé Renacido, la docuserie que ha estrenado en Movistar+.
Ha hablado largo y tendido sobre su vida sin dejarse, como era de esperar, a su padre. “Franco le llamaba ‘mi niño’ y le concedía todas sus peticiones. En las fotografías donde están juntos, se ve que a Franco se le caía la baba. Era el español que, internacionalmente, daba una imagen de España que era todo lo que el Régimen quería: muy macho, conquistador, torero, elegante, simpático, don de gentes, cazador, le concedían todo”, relataba.
Era un hombre que creía que su hijo era maricón porque leía mucho. Tampoco comprendía que su hijo tuviera terrarios con reptiles y no le gustase cazar. “Eso era la maravillosa bestia de mi padre, arrasaba con el mundo”, expresaba.
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También recordaba cuando le llevó a un safari que casi le cuesta la vida porque no quiso darle la pastilla de la malaria porque eso era una mariconada. Bosé cayó enfermo y a su vuelta a Madrid, con apenas 14 kilos de peso, el médico de la familia fue muy duro con él: “Te voy a matar. Le dijo, ‘yo seguiré admirándote como torero, pero como persona eres una mierda’”.
La madre y la Tata
En cuanto a su madre, Lucía Bosé, reconoce que es la mujer que su padre se merecía porque “era una puñetera, tal para cual, eran dos egos inmensos, dos personalidades narcisistas, muy poderosos, con mucha personalidad. Cada mañana, cuando te despertabas, era, ‘a ver cómo sobrevivo yo a estos dos’”.
En ese contexto reconoce que la única que tenía cabeza en esa familia era la Tata, “la única que se hacía respetar por mi padre y por mi madre”. De hecho, contó una anécdota sobre aquel día, tras separarse de su marido, que hizo cambiar de ropa a Lucía que quería ir deslumbrante a un cóctel y ella le dijo que no era apropiado estando recién separada. Y se cambió.
Los bulos
De la noche a la mañana, Miguelito pasó a ser Miguel Bosé. Se convirtió en una estrella y pasó por momentos muy buenos y otros no tanto. Hubo una época en la que dijeron que se estaba muriendo de sida. Lo atribuyó a unas fotos tomadas en un rodaje y unas palabras de Encarna Sánchez asegurando que tenía la enfermedad de moda.
“Las ganas de llamarme drogadicto, maricón, eran inmensas. La tirria que se me tenía era inmensa porque yo no compartía mi vida con determinado tipo de prensa, la vida pública, sí. Y me la guardaron”, expresaba.
Recordó como se anunció su muerte con el Requiem de Mozart de fondo en la Radio Continental. “Se me mató y ahí es cuando me llama Mercedes Milá y me dice, esto no puede quedar así, vente al programa que arranco”.
Adicciones
También habló de drogas y, como ya había hecho en otras ocasiones, confesó que había consumido mucho y de todo tipo de sustancias, pero que, cuando pasó de ser un consumo de fiesta a un consumo diario, dijo basta.
“Estaban mis hijos por llegar y dije, ‘hasta aquí’, pero tuve una época muy larga y muy dura de consumo de alcohol, tabaco, sexo, de todo menos heroína porque las agujas me dan miedo, me dan grima, y menos mal, porque me salvó”, reconocía. Y señaló el alcohol como la peor de las drogas y la que más cuesta dejar.
La paternidad
La paternidad le cambió. Nada más verles supo cómo se llamaban y apareció “el jardín del amor verdadero. Estamos aquí, en esta tierra, contrariamente a lo que muchos piensan, para saber lo que es el amor y con el amor progresar, hacernos mejores y redimirnos de muchas cosas. El amor, que tiene muchas formas, no es tan fuerte como el que se tiene por y para los hijos. Cuando te das cuenta, pasas de decir, ‘yo mataría por’ a ‘moriría por’”, admitía.
A diferencia de lo que ocurre en muchas ocasiones con las entrevistas en El Hormiguero, en esta ocasión, los aplausos han sido generalizados.
Parece que Bosé, que últimamente ha generado una corriente en contra por sus posturas negacionistas durante la pandemia, podría empezar a redimirse.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...