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Científicos y activistas piden una “revolución alimentaria” protagonizada por la proteína vegetal
En una carta abierta, varias personalidades entre las que se encuentran tres Premio Nobel apuestan por un cambio radical en nuestra manera de alimentarnos para mitigar el cambio climático.
La ganadería y el cambio climático van de la mano. Según datos de la FAO, la industria ganadera es la responsable de al menos el 26% de las emisiones de CO2, más que el sector del transporte, y del 50% de las de metano a nivel global. Al mismo tiempo, la huella hídrica de la carne es inmensa: para producir un kilo de ternera son necesarios 15.400 litros de agua.
Todo ello, unido al hecho de que cada vez son más las personas preocupadas por los derechos de los animales, ha provocado que en los últimos años haya crecido de manera exponencial las personas que han decidido reducir su consumo de carne o eliminarla por completo de su dieta. Según el informe The Green Revolution, más de cinco millones de españoles, el 13%, mantienen una dieta principalmente vegetal.
Pero no es suficiente: hace falta un cambio mucho mayor para hacer frente a la emergencia climática. Así lo creen las decenas de científicos, incluyendo a tres premios Nobel, políticos y activistas que han enviado una carta abierta a la Comisión Europea en la que piden invertir en innovación en proteínas vegetales como herramienta para luchar contra el cambio climático. Entre otras áreas, ponen el foco en la innovación en carne cultivada, la fermentación de precisión y los alimentos de origen vegetal.
La petición es ambiciosa. El documento propone al organismo europeo que, hasta 2030, destine 25.000 millones de euros –el 5% del plan de inversión del Green Deal– en impulsar la producción de estos alimentos vegetales para liderar la próxima “revolución alimentaria” que ya está en marcha.
Más pastos que bosques
“La agricultura y la ganadería son la mayor causa de pérdida de biodiversidad y culpables de hasta un tercio de la emisión total de gases de efecto invernadero, más que todos nuestros coches, aviones y barcos juntos”, señala el documento. “La mayor parte del daño está causado por la ganadería. Solo ella ocupa actualmente el 26% de la superficie de la Tierra, más que todos los bosques del mundo juntos”, apuntan los firmantes.
Según explican los autores de la carta, los beneficios medioambientales y socioeconómicos de la “transición proteica” son enormes: “El cambio hacia las proteínas sostenibles podría reducir hasta en un 92% los efectos de la carne en el clima. Y las inversiones en esta industria ofrecen el mayor potencial de descarbonización por dólar invertido, por encima incluso que las inversiones directas en energía limpia”.