Manu Ríos: “Pensar que tenemos que tener los mismos derechos los animales y los humanos me parece excesivo”
El guionista de series como ‘Médico de familia’ o ‘Compañeros’ nos trae varias reflexiones en ‘El olor del miedo’
Manuel Ríos San Martín es uno de los guionistas destacados de nuestro país que ha trabajado en series como Médico de familia, Compañeros o Rescatando a Sara, en las que también ha hecho labores de dirección o producción ejecutiva. Lleva muchos años creando historias audiovisuales, y también literarias.
El olor del miedo es su nueva novela en la que nos cuenta la investigación del asesinato de una elefanta albina en el Bioparc de Valencia. Nos desvela quién se encarga de este tipo de sucesos y nos sumerge en una trepidante historia de acción en la que Elena, la veterinaria que la cuidaba, se convierte en protagonista al llevar su propio proceso para dar con el asesino.
Más allá de la acción, plantea una serie de reflexiones sobre la relación que estamos adoptando con los animales, también sobre las relaciones humanas y las obsesiones, entre ellas, la de tener descendencia. Y lo hace con ese ritmo audiovisual que nos ayuda a ponerle imágenes a la historia. Chicote ya se ha dejado conquistar por ella.
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Más de 500 páginas, no me extraña que hayas tardado dos años en escribirla… con lo rápido que se lee luego.
Intento escribirlas más cortas, pero no lo consigo. Como me pasó con las anteriores, me pasé por los más vendidos de El corte inglés y vi que todos tenían más de 500 páginas y eso me tranquilizó mucho. Todos los best sellers tienen más de 500 páginas, en general, es curioso.
Por cierto, que las dos anteriores las sacaste en verano y para esta has esperado a la vuelta, ¿no se te han quejado los lectores?
Sí que me han escrito muchos. Pero son decisiones, en este caso, de Planta, que deciden.
Qué importante fue Félix Rodríguez de la Fuente en la infancia de tantos, ¿no? Ahora no hay esos programas sobre animales que llegan al gran público.
Una pena, la verdad. No solo los programas, mi madre me leía los libros de Fauna, unas enciclopedias, en lugar de leerme cuentos infantiles me leía esas enciclopedias. Te contaban los leones, tigres… y desde entonces tengo fascinación por el comportamiento animal, no tanto por las mascotas, aunque también me interesan mucho los perros. El comportamiento animal, en general, me llama mucho la atención. Por qué hacen las cosas. Me parece interesante.
Equiparar animales y humanos, ¿has debatido mucho sobre esta cuestión?
Yo creo que hay que poner un poco de racionalidad en estos debates. Estoy absolutamente convencido de que hay que intentar conservar los animales que tenemos. Se extinguió el tigre de Tasmania, y hay fotos de los años 20 donde estaba el último, a mí esas cosas me ponen muy tristes. Pero de eso a pensar que tenemos que tener los mismos derechos los animales y los humanos, eso me parece excesivo.
Vamos un poco en esa dirección.
Vamos en ese camino totalmente. El otro día puse una encuesta en redes sociales en la que preguntaba si somos iguales los humanos que los animales y el 51% dijo que los humanos éramos más importantes y el 49%... no era una respuesta tan clara porque era: Iguales, más importantes los animales y, no sé qué contestar… pero, el 50% de la gente no tiene claro si los humanos somos más importantes, aunque sea para nosotros mismos que somos los que hacemos la encuesta. Es en redes sociales, no creo que en la sociedad sea así, las redes siempre son más intensas.
“No hay animal más peligros que el ser humano”, leemos en la portada… ¿eso lo escribe alguien que no ha estado delante de un león con hambre o una estampida de elefantes, ¿no?
Jajajaja, bien dicho. El ser humano es el más inteligente y es verdad que hoy en día los leones en la sabana no atacan a los humanos, es muy raro que algún animal salvaje ataque a un humano porque sabe que es peligroso. Ahora, el peligro viene por la falta de equilibrio. Los animales en su hábitat viven equilibrados los unos con los otros, con los depredadores y las presas y nosotros hemos perdido esos equilibrios. No tenemos ninguna especie que nos equilibre, entonces tenemos que ser nosotros mismos los que nos pongamos normas y eso es difícil. Creo que tenemos méritos. La gente habla muchas veces mal del ser humano, pero yo creo que tenemos mérito porque nos ponemos normas, intentamos conservar la naturaleza, lo que pasa es que es difícil cumplir las normas, todos lo sabemos, pero lo intentamos.
Si miras el conjunto, yo creo que los zoos modernos, con buenas instalaciones, hacen bastante por la conservación.
Zoos sí o no, es otro de los debates que cada vez genera más polémica. A ti el Bioparc de Valencia te ha conquistado, ¿no?
Estos debates, en redes sociales, son muy difíciles de hacer porque todo es sí o no y las cosas son más matizadas que todo eso. Yo creo que hay zoos que están muy mal, pero hay zoos como el de Valencia, que están muy bien. Son zoos que cuidan mucho a los animales. Hay que tener en cuenta varias cosas. Son animales que no han sido capturados para el zoo, son animales que vienen de circos, de gente loca que ha traficado con ellos. No han vivido en libertad, ya no se les puede devolver a la naturaleza porque no sobrevivirían. Una vez ocurre eso y hay animales así, vamos a crear un buen entorno, vamos a crear programas educativos para los niños. Hacen una labor sorprendente y muy buena, divulgativa, para los niños. Los que van a ver a los animales en ese ambiente van a querer que se conserven los animales. Y, además, hacen programas en origen. Bioparc, que es donde ambiente yo la novela, tienen una especie de chimpancés que están en peligro de extinción y tienen un programa en origen con la fundación Goodall, en Senegal, que implica ayuda a mujeres, al bosque, a los chimpancés, un turismo responsable y son programas complejos que funcionan muy bien. Y dices, si pongo en la balanza todo esto, entiendo que haya gente que diga no y no, pero yo tengo dudas. Si miras el conjunto, yo creo que los zoos modernos, con buenas instalaciones, hacen bastante por la conservación.
Está claro que te han conquistado después de pasar unos días con ellos.
A mí me gustan mucho los animales. Yo iba a la Casa de Fieras del Retiro en Madrid que era una locura lo mal que estaba. Cuando Félix Rodríguez de la Fuente hablaba de un elefante y yo podía ir a ver un elefante, para mí fue importante y era un desastre. Las cosas las vemos siempre bajo nuestra mirada. Te voy a contar una anécdota. Las jirafas son muy miedosas, en la naturaleza duermen de pie porque saben que los leones atacan más de noche. En el parque, tienen un espacio que es como un campo de fútbol y en el momento que baja el sol, ellas solas van solas a la puerta del cobijo donde duermen y duermen tumbadas. Es un espacio libre de miedos. Todo es más complejo. Entiendo las dos posturas, pero en conjunto, un zoológico moderno puede hacer bastante por el amor a la naturaleza.
Tu novela arranca con el asesinato de una elefanta y su investigación, ¿con tantos casos sobre humanos sin resolver, es lícito centrar tantos recursos en un caso sobre un animal?
Yo pregunté a la policía. Dije, voy a escribir esta novela con lo que me diga la policía. Antes de ponerme a escribir yo pensaba que me iban a decir que se encargaba el Seprona que es de la Guardia Civil, especializado en animales. Y me contestó la Policía Nacional que no, que lo investigarían ellos al ser de una gran ciudad y que por la casuística de ser un elefante y cometerse el crimen delante de la gente, lo investigarían igual que si fuese el caso de un ser humano. Y así empecé. Por eso pongo un policía que es un poco descreído y que se pregunta que hace ahí y una jueza que también piensa que es excesivo. Pero así empecé la novela y así está.
Un triángulo amoroso. Elena tiene novia y amante… esas cosas cuando eras guionista de Médico de familia eran impensables.
En Médico de familia, que tenemos una imagen de cómo terminó, hay que recordar que el final de la primera temporada y el principio de la segunda planteamos una trama de maltrato a Lydia Bosch muy dura. No era una comedia cuando empezó. Me acuerdo de la secuencia, yo estaba en el rodaje y a Lydia le entró una llorera con la secuencia porque era muy intensa. Jaime Blanch estaba muy bien. Ya había temas polémicos. Luego había una violación de gente joven. Médico de familia empezó siendo una serie que tenía un elemento de denuncia que luego perdió con los años y se convirtió en una comedia. Pero es verdad que la novela policíaca es otra cosa. Elena, que es la veterinaria en el parque e inicia su propia investigación porque no está de acuerdo con la policía y tiene sus sospechosos, tiene una trama de amor que está muy bien metida. Tiene un porqué. Ella tiene una pareja, Cristina, que es mayor que ella y es como su parte racional, le ayuda en la investigación hackeando un móvil. Y luego tiene un chaval senegalés, que es inmigrante, es un tío joven y representa su parte salvaje, no solo por el sexo, sino porque la investigación que hace con él es impulsiva, vehemente, se mete en peligro. Juega para definir muy bien las dos caras que tiene Elena.
Tienes una protagonista bisexual, un amante negro… algunos dirían que has cubierto la cuota de diversidad.
Es verdad, lo que pasa es que no lo hecho por cubrirla sino porque necesito hablar de determinados temas. Este chico senegalés es lo que nos entronca con África, con los elefantes libres, con los chimpancés. Viene de ese pueblo donde está ese programa de ayuda a mujeres y a chimpancés, su madre es la que lleva ese programa en origen y necesito hilar todos los elementos de la novela y el tener ese chico que viene de allí me permite hablar de ese programa de una manera natural y me permite meter un soplo de algo más ancestral y una cultura no tan urbanita como la nuestra. Hay un momento en el que Elena le dice a Cristina que ella y el chico son muy parecidos porque les gusta la naturaleza y le dice, ‘pero adónde vas, la vida que ha tenido este tío que ha llegado en patera… no te pareces, tú eres una burguesita de Valencia, no te pareces’.
Hablando de personajes, el policía rockero es muy entrañable. ¿Cuántas camisetas de grupos clásicos tienes en tu armario?
No tengo tantas. A mí me gustan mucho las camisetas, pero no tanto de grupos de rock como de frases ingeniosas, de series, tengo un armario que no me caben más camisetas, eso sí es verdad.
Y los gustos rockeros de tu personaje, ¿son tuyos?
No son exactamente los míos. Él habla mucho de los Rolling y de heavy metal y a mí me gustan ambos, pero no son mis grupos favoritos. Yo creí que a él le pegaban más estos grupos que los que a mí me gustan.
Después de un trabajo bien hecho le regalas un concierto en Londres de los Rolling Stones, ¿una fantasía tuya?
Lo que cuento es verdad, lo miré, de estas cosas casuales. En la fecha que transcurre la novela, los Rolling tenían una fecha en Londres y se puso malo con covid Mick Jagger un poco antes. Lo que cuenta la novela pasó en la realidad. A mí me gustan mucho estos guiños que no va a pillar nadie, pero si alguien teclea, en esas fechas estaba con covid y se pensó suspender el concierto.
Hablas de Ramones como animales salvajes.
Tampoco es uno de mis grupos. Me gustan más los Rolling o AC/DC o Metallica, pero me parecía que como chiste funcionaba muy bien en un momento determinado de la novela y el otro día, fui a hacer una entrevista y el periodista me vino con una camiseta de los Ramones, qué bonito homenaje. Me parecía que funcionaba bien.
Y comparas a un león con Jon Bon Jovi… hay melenas que no se olvidan.
Es que la melena de Jon Bon Jovi es tal cual, además, se la cuida tanto que es el típico león. El león que tienen en el Bioparc, parece que le peinan, tiene una melena perfecta, me recordaba a la de Jon Bon Jovi, total.
¿Escribes con música?
Últimamente, no. Ha habido épocas de mi vida que sí he escrito con música, pero llevo tiempo que no. Y cuando escribía así, solía poner una canción y la repetía en bucle.
Volviendo a JP, le pones a una novata para ayudarle… el intercambio intergeneracional siempre da mucho juego, ¿no?
Esto parte de que un día hablando con la policía, me dicen que hay un montón de chicas jóvenes estudiando criminología. El 90% de los que estudian criminología son chicas jóvenes y me produjo una reflexión. Luego te encuentras con la realidad. La criminología es como más etérea, hemos visto todos series de televisión, pero luego hay un cadáver. Quería poner a una chica que empieza de una manera idealista a estudiar criminología y se enfrenta con la realidad. Me gusta la evolución del personaje que comienza muy tímido, muy cortado, no se atreve a opinar y, según avanza la novela, gana mucho.
Hay varios personajes que tienen una gran evolución a lo largo de la novela.
A veces las novelas negras juegan más con arquetipos de personajes y yo sí que he intentado que entremos en la vida íntima de estos personajes, que los conozcamos más en profundidad que lo que es habitual en una novela.
Somos la única especie, en tres mil ochocientos millones de años, que podemos decidir hacer lo que queramos, podemos intentar transmitir los genes o podemos decir que no, que no me interesa.
Otro de los temas de la novela es esa obsesión que a veces tenemos por la descendencia… ¿ese es un instinto muy animal?
Yo creo que lo hemos perdido en gran medida. La vida debió surgir en la tierra, dicen, hace tres mil ochocientos millones de años y siempre los animales lo único que han hecho es traspasar los genes, no tenían otras inquietudes vitales más que esa. Y de repente llegamos nosotros ahora e inventamos los métodos anticonceptivos y podemos decidir y nos encontramos con que somos la única especie, en tres mil ochocientos millones de años, que podemos decidir hacer lo que queramos, podemos intentar transmitir los genes o podemos decir que no, que no me interesa. Las dos posturas están bien, lo bonito es que podamos ser libres para que cada uno decida. Por lo menos en el primer mundo, a lo mejor en el tercer mundo es más complicado. Hemos pasado de la evolución natural biológica de todas las especies a una evolución cultural.
Eso ha provocado una desconexión muy fuerte con la naturaleza.
Yo creo que no nos vendría mal volver un poco a la naturaleza, pero la cultura lo ha invadido todo. Conocer ese origen está bien.
Tener tu grupo de amigos, familia, gente, donde te sientes bien. Esa manada me parece muy interesante.
¿Por qué elegiste una elefanta?
Dudé entre distintas especies. Los elefantes tienen una vida familiar y unas relaciones muy complejas que se pueden parecer a las humanas y, por otro lado, porque es un animal muy grande y me parecía que iba a impresionar mucho. El que muera un elefante y caiga me parece que era muy impactante. Y es un animal que me gusta especialmente, además.
Abogas por la manada como algo necesario para animales y humanos… claro que ahora ese término tiene una connotación muy desagradable.
Y me da mucha pena. Hoy en día hablas de manada y te vas a lo que todos sabemos y, sin embargo, el concepto de manada biológicamente es un grupo familiar que se protege, que se ayuda, que avanza juntos. Me parece que ese grupo humano o animal donde puedes ser tú mismo y te ayuda, es el concepto que yo reivindico en la novela. Tener tu grupo de amigos, familia, gente, donde te sientes bien. Esa manada me parece muy interesante.
Tú que vienes del mundo audiovisual, ¿ves serie o película?
Jaja, pues, se puede hacer todo, es cuestión de sentarse. Quizás por lo larga que es la novela, podría ser más fácil verla como serie, pero es complicado. El otro día hacía cuentas con amigos escritores y decíamos, es que al año se publican como 30.000 novelas, es una locura y cuántas se llevan a la pantalla, cinco, cuatro, Juan Gómez-Jurado, Blue Jeans… la gente que vende millones.
Últimamente hay mucho guionista audiovisual metido en literatura.
Hay dos motivos para mí. Uno, me lo dijo una vez un editor y es que, cumplimos las fechas, por eso nos quieren. Estamos tan acostumbrados a trabajar bajo presión en la tele que cuando te dan una fecha para novela, la tienes. Y luego, por otro lado, es que la novela te permite contar historias más personales que la tele que es un sitio más de equipo donde opina mucha gente. Todos tenemos historias que nos apetecía contar y la novela es un sitio donde te respetan mucho y cuentas realmente lo que quieres contar. Hemos encontrado un camino en el que nos está yendo bien y a mí compatibilizar esos dos mundos, me gusta.
Y tú que estás tan acostumbrado a trabajar con actores, ¿eres capaz de escribir sin poner las caras de algunos en tus personajes?
Normalmente no les pongo cara, pero lo que sí que hago es que cuando creo personajes para novelas y series, sí que pienso que luego eso lo dice un actor. El actor es exigente y te obliga a dos cosas: una, que los diálogos estén bien y sean naturales que no sean de garrafón y, dos, si tu quisieses ofrecer, por ejemplo, el personaje de JP a un actor, imagínate a Banderas o Coronado, si le gusta la historia, pero le pone pegas a su personaje, es algo en lo que yo pienso cuando escribo. Cuando escribo novela, me pregunto, ¿este personaje lo querría interpretar un gran actor? Y si digo que no, sigo trabajándolo.
Chicote presentando tu novela en Madrid, ¿qué conexión hay ahí?
Me gusta explicarlo porque la gente no lo sabe, pero Chicote es un gran lector y un experto en novela negra. El otro día que estuve tomando algo con él en su restaurante me dijo que llevaba más de 40 novelas este año, entre las cuales, están las cuatro mías que se las ha metido entre pecho y espalda en tres o cuatro semanas, es un lector ávido. Tiene una aplicación donde va metiendo todo lo que lee y va haciendo una pequeña reseña para acordarse. Lo conoció en un Premio Planeta hablando de novela y a partir de ahí nos hemos encontrado varias veces en la vida. Le gustan también mucho los animales, ha estado en el parque de Yellowstone, que yo hablo también un poco en el libro y me enseñó unas fotos muy bonitas y a raíz de ahí surgió de una manera natural que yo le propusiese que la presentase.
¿Tienes animales en casa?
No, mi mujer nos echaría a todos. Mis hijos están deseando, a mí me gustan, pero vivimos amenazados con un yugo opresivo de ellos o yo.
Y ya para acabar, ¿a qué huele el miedo?
Tengo un olfato pésimo y no huelo nada y no te puedo contestar en primera persona. Para los animales el olfato es fundamental. Los perros cuando pasean van oliendo todas las esquinas y saben quiénes han estado ahí. Puede que no se hayan visto antes dos perros y se conocen por los olores que se van dejando. Todo ese mundo de los olores y los miedos me parece muy interesante.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento....