Especial
Emocionante, divertido y nostálgico: Amaia baja el telón de su gira 'Cuando no sé quién soy' con un último show en el Wizink Center de Madrid
La pamplonica puso fin a la etapa de su segundo disco rodeada de grandes artistas invitados, emotivas sorpresas y su mayor aliado, el piano
Ayer, el Wizink Center de Madrid acogió por primera vez un nuevo espectáculo que añadir a su agenda: la tragicomedia, en el mejor de los sentidos. Amaia celebró allí el fin de gira Cuando no sé quién soy, un segundo álbum de estudio con el que ha estado viajando por festivales de toda España, y , y convirtió el último concierto de esta etapa musical con una obra llena de fuerza, sensibilidad, naturalidad, emoción y diversión a partes iguales.
Pero empecemos por el principio. Pocos minutos después de las nueve de la noche, las luces del recinto se apagaban para dar paso a un presentador poco común. Las pantallas mostraron a un polluelo azul vestido con pajarita —como si el antiguo logo de Twitter tampoco quisiera perderse lo que allí estaba a punto de suceder—, que introdujo el show: "Buenas noches, Madrid. ¿Tenéis ganas de pasarlo bien? Vais a vivir un espectáculo de lo mas exquisito y a experimentar muchos sentimientos (...) Que comience la función". Y el telón imaginario se alzó ante los gritos ensordecedores del público.
Vestida con un outfit negro semitransparente de dos piezas, con motivos de pedrería incrustados en diferentes tonos, y una sombra de ojos a conjunto, la artista destellaba un arco iris que formaban tanto su look como el juego de luces que se desplegó durante la noche.
Cómo no podía ser de otra manera, Bienvenidos al show fue el número que abrió la velada. La anfitriona apareció radiante para sentarse frente al piano —su inseparable compañero y mayor aliado— y abrirnos su corazón en una fiesta en, la que sin duda, hubo mucho amor.
Tras bailar de un lado para otro del escenario al ritmo de Dilo sin hablar, Amaia consiguió articular su primera reacción: "¡Madre mía, madre mía, madre mía!". "Muchísimas gracias. Estoy flipando. He salido y estaba muy nerviosa. Es mi primer Wizink y me hace muchísima ilusión estar aquí. No lo voy a olvidar nunca. Espero que lo paséis bien", añadió. Y, a continuación, el pie de micro avecinaba que nos dejaría a todos boquiabiertos en el sitio con una (de tantas) de sus canciones favoritas: La vida imposible.
Después volvió al piano para ofrecernos una auténtica masterclass de sensibilidad al teclado. La fuerza de El Relámpago recorrió toda nuestra columna vertebral, dejándonos en trance y preparándonos para uno de los momentos más emotivos de su actuación. Santos que yo te pinte, la versión de Los Planetas que incluye su segundo álbum, provocó una oleada de flashes a lo largo y ancho del palacio de los deportes, que se rindió a los pies de la artista de principio a fin. La persona y Quiero que vengas también emocionaron enormemente.
La voz y el piano: la combinación infalible de Amaia
El segundo acto del espectáculo estuvo protagonizado por un "bloque más tranquilo" en el que la de Pamplona nos deleitó con su virtuosismo al piano. Sonó Nadie podría hacerlo, un tema que nos corroboró que ninguna otra persona sería capaz de mantener, casi sin respiración, la atención exclusiva de más de 10.000 personas con solo dos instrumentos, el de su voz y el de la cuerda percutida. A veces, una estrella no necesita nada más para brillar con luz propia.
Siguieron una versión lenta de La canción que no quiero cantarte, que acabó en éxtasis con el estribillo de Ave María de David Bisbal; su ya imprescindible cover de Fiebre de Bad Gyal; y un homenaje a sus padres, que estaban de celebración por partida doble.
"No es solo mi concierto de fin de gira, sino que el aniversario de mis padres, que también están aquí hoy. Celebran 34 años de casados y esta canción siempre me la cantaba después de la ducha cuando era pequeña y me ponía las cremas...", dijo a modo de preludio de su siguiente tema. Así dio paso a Piel canela, de Antonio Machín. "Felicidades, mamá y papá. ¡Os quiero mucho!", exclamó al finalizar.
Y antes de comenzar un nuevo acto, Amaia interpretó la "primera canción que compuse nada más salir de OT", que nunca salió, pero que podremos escuchar en La Mesías, la serie de Los Javis en la que ha participado como parte del elenco principal y que se estrena este mismo otoño en Movistar+. "No tiene título, pero yo la llamo El árbol", explicó.
Nostalgia estival y morriña por Pamplona, también en la capital
Aunque muchos de los que asistimos a este concierto fin de gira en Madrid no somos naturales de Pamplona, Amaia nos trajo un trocito de su casa a la capital para hacernos testigos de lo mucho que quiere a su tierra. Hizo una interpretación impecable de Yamaguchi —"no, en japonés no, que se me ha olvidado. Mejor en español, contestó a alguien de la audiencia—, nos puso la piel de gallina con su poderoso rango vocal acompañada por Víctor Martínez, el guitarrista que participó en la grabación de estudio de la canción. Finalizó con un silbido nítido y potente que provocó el asombro y la locura de las más de 10.000 personas que estábamos allí reunidas.
Hubo tiempo para escuchar temas del primer disco, como Todos estos años, que compuso "cuando me mudé de Pamplona para empezar a vivir en Barcelona" y es una dedicatoria a sus amigos, de los cuales cuatro estuvieron ayer junto a ella para vivir este hito en su carrera. Del mismo modo, la pamplonica se enfundó su guitarra para tocar, junto a su banda, los acordes de Nuevo Verano, "ya que estoy muy nostálgica al final del verano y es una canción que viene muy bien para este momento", declaró.
Otra canción muy veraniega, que en este caso no concordaba con el cambio de estación que estamos viviendo, que aún así cantó ("porque un poco de sexo siempre viene bien") fue Sexo en la playa junto a Alizzz. El cantante y productor salió al escenario para mostrarnos el buen rollo que existe entre ambos y, por supuesto, para poner el toque más descarado a una velada especialmente emotiva. Juntos, también interpretaron una canción que "no hace falta presentación": El encuentro.
Rojuu se sumó al concierto para interpretar junto a Amaia por primera vez Quiero pero no. Con capucha y un parche en el ojo, el joven saltó y bailó de un lado a otro, intercambiando movimientos cómplices con nuestra indiscutible protagonista.
Amaia no es Amaia sin su naturalidad ante los fallos técnicos
Seamos sinceros. Un concierto de Amaia no es un concierto de Amaia si no reconoce con total normalidad y naturalidad los errores o posibles fallos que estén sucediendo durante su actuación. Si otros en su lugar intentarían disimular o arreglar la situación de forma sutil sin llamar mucho la atención, ella prefiere hacerlo saber a viva voz, porque ya se lo comentó su padre antes del concierto: "Este tipo de errores te conectan mucho más con el público". Eso mismo dijo a sus fans cuando, antes de empezar una nueva canción del setlist, señaló que no paraba de escuchar fuertes ruidos e interferencias en sus in-ears.
Lo mismo ocurrió en el momento del famoso bis. "Soy una despistada", afirmó con resignación, despertando la risa de los presentes. Y es que se dio cuenta tarde de que, antes de interpretar Yo Invito, tendría que haber presentado a su magnífico grupo de músicos, formado por Miquel Sosperra (bajo), Paula Vegas (teclado), Aleix Bou (batería) y Amaia Miranda (guitarra); así como avisar de que el concierto estaba llegando a su fin.
La recta final del concierto corrió a cargo de nuevas versiones, muy personales y únicas, a piano: Perdona (ahora sí que sí) en solitario (sin Carolina Durante); y Cuando zarpa el amor, de Camela. Tras este momento, Amaia nos invitó a bailar e intuimos perfectamente lo que estaba a punto de pasar. Primero, Rigoberta Bandini apareció por sorpresa para interpretar el dúo Así bailaba. Y, segundo, Samantha Hudson hizo lo propio para darlo todo en La canción que no quiero cantarte.
La pamplonica ofreció a su público una última canción, no sin antes desear "poder dar otro concierto en el Wizink pronto, porque la vista desde aquí es increíble. Sois los mejores". A modo de colofón final, el confeti saltó por los aires mientras sonaba Quedará en nuestra mente, una afirmación tan cierta que este show es lo único en lo que hemos podido pensar desde que Amaia nos dio las gracias por venir.
Ana Escobar Rivas
Redactora de LOS40. Tu enciclopedia de memes de confianza. Soy la queso (la que sobrevive a base de...