A los mandos: así es la vida de los técnicos de sonido
Entrevistamos a profesionales de un gremio al que no siempre se le da la visibilidad que merece, pese a ser personas esenciales para que disfrutemos de la música en directo.
Un concierto, un festival o cualquier evento que se precie. En prácticamente cualquier sitio en el que la música sea protagonista, allí hay un técnico de sonido. Profesionales que, a menudo desde la sombra, hacen un papel esencial para que todo funcione Y personas de las que mucha gente sólo se acuerda cuando las cosas van mal.
“El técnico es como el entrenador de fútbol: si se gana el partido, gana el equipo; si pierde, pierde el entrenador, que en este caso es el técnico. Porque la gente va a un concierto a disfrutar”. Quien habla es el salmantino Koke Díez, un veterano de las música en directo que ha trabajado tanto en algunas de las salas de conciertos más emblemáticas de Madrid, como Siroco o Wurlitzer Ballroom, como al servicio de infinidad de bandas con las que ha salido de gira. Además, Koke es uno de los fundadores de Metropol Studios, donde han grabado artistas como C. Tangana, Aitana, Mala Rodríguez, Reels B o Kiko Veneno, entre otros.
"Este no es un trabajo al uso: no tienes un horario de ocho horas de lunes a viernes, y a menudo entra en conflicto con tu vida personal"
¿Qué habilidades ha de tener un buen técnico de directo? Koke lo tiene claro. “Por un lado tienes que tener un gran amor por tu profesión. Has de ser consciente de que este no es un trabajo al uso: no tienes un horario de ocho horas de lunes a viernes, y a menudo entra en conflicto con tu vida personal. También diría que tienes que estar todo el rato intentando aprender: este es un puesto muy tecnológico que requiere un reciclaje continuo. Hay mucha gente muy válida que se queda atrás por no prestar la debida atención a este aspecto”.
Goli Méndez trabaja como técnico de sonido en Lanzarote, donde vive. Y a lo que comenta Koke, añade: “Lo fundamental es tener buen oído para la música: no es necesario tocar un instrumento o conocer a fondo la teoría musical, aunque esto ayude mucho, pero sí entender la importancia de cada elemento en los distintos estilos musicales. Al mismo tiempo, una buena dosis de paciencia y psicología ayudan mucho a la hora de trabajar con las personas que forman una banda: los técnicos tenemos que ganarnos su confianza y conseguir que se encuentren a gusto sobre el escenario”.
Cada vez más mujeres
Lo que sigue pareciendo un hecho innegable es que son pocas las mujeres que se encuentran tras los controles. La madrileña Elisa Lorenzo es una de ellas: desde muy pequeña supo que quería dedicarse a esto: “Desde siempre he sabido que quería tener contacto con la música y el arte. Canalizarlo hacia la música en directo fue un poco más difícil, pero llevo grabando mi voz en estudio desde los 10 años más o menos, así que siempre he tenido predilección por ello”. Tras estudiar la carrera de Comunicación Audiovisual dio el salto a la FP de sonido, y hoy ha hecho de ello su profesión.
Hoy, Elisa tiene claro que lo que más le gusta de su trabajo es “estar en constante crecimiento, avanzando y aprendiendo todo el rato. Trabajo en una empresa que igual hace el Granito Rock como hacemos unas jotas: te acabas volviendo todoterreno. ¿Lo que menos me gusta? Que en el caso de los directos en la calle dependes del clima. Y que la temporada fuerte es verano y Navidad: calor extremo y frío terrible. También añadiría que montar y desmontar tampoco me hace mucha gracia”, ríe.
"Vivimos en un mundo machista, y este sector no es mejor ni peor que otro”
¿Hay machismo en este mundillo? “Vivimos en un mundo machista, y este sector no es mejor ni peor que otro”, reflexiona Elisa. “A lo largo de los años me he encontrado de todo. Lo más habitual es un constante paternalismo: gente que da por hecho que no sabes cosas, que no puedes cargar peso… tengo infinidad de historias que contar sobre esto, claro, al igual que todas las chicas que trabajamos en el sector. Pero lo importante es que cada vez somos más y cada vez será más normal”, vaticina.
Otro aspecto a tener en cuenta son las condiciones económicas de los trabajadores del gremio. “En mi caso, reconozco estar bastante ‘pelao' de pasta”, reconoce Goli. “Eso sí: aunque al principio cuesta entrar en el mundillo, una vez coges experiencia no suele faltar trabajo”. En opinión de Koke, “las cosas están mejor que hace unos años: se han notado las movilizaciones que se hicieron cuando empezó la pandemia. La mayoría de las empresas han entendido que las condiciones en las que trabajaban muchos técnicos no podían seguir manteniéndose. Ahora hay más poder de negociación y tenemos las espaldas un poco más cubiertas. Eso sí: el 90% de los técnicos somos autónomos. Hay muy pocos técnicos en plantilla. Por eso la gran mayoría tenemos que diversificar y trabajar en muchos proyectos distintos”.