"Veo mucho guarro": Anna Castillo opina sobre los avances y la situación actual de la industria del cine

Anna Castillo tiene una nueva película en el catálogo de Netflix. Se llama Nowhere y es un thriller y un drama de supervivencia que sigue la aventura —o, mejor dicho, la pesadilla— de una pareja que naufraga a la deriva encerrada dentro de un contenedor.

Sobre este proyecto, el balance de su trayectoria (ahora que va a cumplir los 30) y los avances sociales en pro del feminismo dentro de la industria ha hablado la actriz en su visita al programa El Cine en la SER conducido por Pepa Blanes.

Castillo reconoce que ha sido lo más kamikaze que ha hecho nunca. "Cuando recibí el guion me pareció una oportunidad muy grande para ponerme a prueba a nivel emocional y a nivel físico. Yo me pasé el rodaje bastante enfadada (...) en el sentido de que era muy duro. Eran muchas horas sola y yo era la jefa de mi propio departamento, entonces tenía que luchar mucho. Todos los departamentos luchábamos para que las cosas salieran bien, pero yo tenía que luchar por mi departamento y era una peli tan técnica... Mucho más de lo que parece. Era un contenedor que se había construido encima de una piscina que se iba hundiendo a medida que iban pasando los días. Los ruidos, la cámara, el suelo, el agua... Todo era muy técnico. Mi organicidad y mis emociones estaban siempre muy condicionadas por lo técnico. Entonces, yo estaba enfadada", explica.

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Los cambios en la industria del cine, según Anna Castillo

En los últimos años, nos estamos moviendo hacia un punto de no retorno en cuestión de derechos sociales. Con movimientos como el #MeToo en Hollywood o el SeAcabó en el mundo del fútbol femenino, ¿sientes Anna Castillo que la industria del cine en España también ha cambiado?

"Yo creo que he llegado en un momento de la industria mejor que en los anteriores, pero yo sí he visto cosas y he vivido cosas como desagradables", admite sobre el momento en que debutó en la gran pantalla.

"No podría señalar un abuso concretamente, pero sí puedo señalar muchísimos comportamientos machistas de poder desagradables. Creo que por lo menos ahora, al ponerle nombre y al identificarlo, hay cierto pudor, y muchas veces, aunque sea teñido desde la risa, por lo menos ya se sabe que hay algo de esto que no está bien. Hablo desde la risa como esta cosa de ridiculizar nuestras exigencias o nuestra posición. Pero sí, veo avances, veo avance, pero también veo a mucho guarro", ha seguido su intervención.