Uno de los concursantes de ‘El conquistador’ se abre la cabeza en la última prueba de inmunidad
Tiene que ser atendido por los sanitarios del programa
Este lunes veíamos una nueva entrega de El conquistador en TVE. Tras la disolución de las Atabey, solo quedan dos equipos en lucha: los yocahu y los corocote. Y esta semana se volvían a enfrentar en una prueba de inmunidad.
Los que han visto el programa en ETB conocen de sobra la prueba de las esferas, más conocida coloquialmente como la de las esferas. En este caso, los principales jugadores eran los hermanos. Por parte de los rojos Miguel y Daniel y, del equipo contrario, Finito y Keroseno.
Cada una de las parejas tenía que meterse en una esfera metálica gigante y desde ahí, ir guiando a sus compañeros de equipo por un circuito. El hándicap, es que tan solo ellos podían ver.
Una prueba competida
Desde el primer momento, los yocahu se pusieron en cabeza mientras que los corocote les seguían de cerca, casi pegados. De hecho, era tal la cercanía que en más de una ocasión golpearon a alguno de los miembros del otro equipo. Eso sí, cada vez que les pedían que frenaran, intentaban hacerlo para no dañar a nadie.
Hubo un momento en el que ambos equipos se despistaron y se equivocaron en el camino a seguir. En ese momento, los corocote tomaron ventaja. Ya solo quedaba una última rampa. Y ahí llegó el choque de equipos. Los azules intentaron subirse en la primera rampa, pero llegaron los rojos aplastándolos. “Me la pela, vamos a por todas”, contestaron cuando les pidieron que parara para no dañar a nadie. Una frase que luego trajo debate.
Finalmente, los azules les cedieron la rampa y se fueron a la otra. Acabaron perdiendo la prueba por error matemático a la hora de dejar la esfera vertical. Algo que sí conseguían los rojos, logro que les permitía abrir la esfera para que uno de los hermanos saliera nadando a por la bandera.
El accidente
Mientras conseguían la bandera, la esfera que seguía sobre la rampa se les caía y golpeaba a algunos de los chicos del grupo. De hecho, a Puma le empezaba a sangrar la cabeza, aunque eso no le impedía celebrar la victoria con sus compañeros.
Eso sí, después tenía que ser atendido por los servicios médicos que acababan dándole unos puntos en la brecha que se había hecho. Lejos de quejarse, lo único que pedía es que se lo dejaran bonito.
Volvía con los suyos quitándole importancia y asegurando que sería una batalla más que contar y pidiendo a los suyos que no lo tuvieran en cuenta porque se encontraba bien. Además, su equipo había ganado y eso era para celebrarlo.
Si alguien todavía duda de lo extremo de este programa, que vea imágenes como estas.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...