El "COVID de las vacas" preocupa a los ganaderos
La Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) se transmite por un mosquito. Ya hay más de 200 focos por toda España.
Rumiantes machos, mayores de 24 meses y de producción extensiva. Ese es el perfil de los animales que están sufriendo la epidemia de Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (conocida por las siglas EHE) que trae de cabeza al campo español. Una alerta sanitaria a la que muchos han bautizado ya como “el COVID de las vacas”, sobre todo por la alta mortalidad que provoca: uno de cada cuatro animales contagiados fallece a causa de la enfermedad.
Los datos apuntan en esa dirección: el pasado día 25 de octubre, último en el que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación actualizó los datos, había en España 226 focos de EHE, repartidos por las principales Comunidades Autónomas de la mitad norte de la península. Galicia, Asturias, Navarra, Aragón, Castilla y León, La Rioja y Catalunya han reportado casos. En total, se han infectado 4.726 vacas desde la aparición del brote, el pasado mes de septiembre.
Hoy por hoy, se sabe que el EHE no tiene repercusiones en humanos.
La enfermedad se transmite por un mosquito, y produce trombosis, fuertes hemorragias y cuadros inflamatorios severos. En su origen, antes de representar un problema para el ganado bovino, afectaba a ciervos, corzos y gamos. Las ovejas también se infectan, aunque raramente tienen síntomas, mientras que las cabras están demostrando una gran resistencia a la enfermedad. Hoy por hoy, se sabe que no tiene repercusiones en humanos.
Sin vacunas
Aunque existen dos tipos de vacunas frente a la EHE en Japón y Estados Unidos y los científicos tienen abiertas varias líneas de investigación, en Europa aún no existe una vacuna registrada. Por ello, no es previsible contar con una vacuna a corto ni medio plazo.
En el sur de Francia también se han multiplicado los casos
Desde la Unión Europea ya se han tomado las primeras medidas. Las salidas de animales vivos a otros Estados miembros de la UE están restringidas. De acuerdo con la normativa vigente, los bovinos sin síntomas pueden salir de las zonas afectadas a zonas libres previa desinsectación de animales y vehículos.
Pese a esa precaución, la EHE ha dado ya el salto a Francia. En el sur del país se han multiplicado los casos, lo que ha generado una gran preocupación entre los ganaderos galos. Mientras tanto, la Comisión Europea ha afirmado que no tiene previsto adoptar medidas adicionales en relación con la enfermedad.