35 años de ‘El mar no cesa’, el influyente debut de Héroes del Silencio

El 31 de octubre de 1988 salía a la venta el primer disco de la banda zaragozana. Tras él, ya nada volvería a ser lo mismo en el rock español.

Héroes del Silencio, en sus primeros años.

Una guitarra con fuerte presencia de chorus, un sonido marcadamente ochentero que bebía de los grupos británicos de post punk que venían del Reino Unido (The Cure, Echo & the Bunnymen, The Smiths o los primeros U2) y una línea de texto inicial que se convertiría en un clásico instantáneo: “Por fin he encontrado el camino que ha de guiar mis pasos”.

No sabemos si por aquel entonces Enrique Bunbury y los suyos creían haber encontrado el camino. Pero de lo que no hay duda es de que aquel era el primero de una serie de pasos que convertirían a la banda zaragozana en una leyenda del rock español. Quizá una zancada. Era 31 de octubre de 1988, y ‘El mar no cesa’, el primer disco de Héroes del Silencio, veía la luz para cambiarlo todo.

Leyendas a orillas del Ebro

Los miembros de Héroes del Silencio no eran unos desconocidos en la escena de la capital aragonesa. Pese a su juventud, ya habían pasado por bandas como Zumo de Vidrio, Proceso Entrópico, Modos o Edición Fría. Pero fue finalmente en Héroes donde cada uno encontró su sitio: Enrique Bunbury a la voz, Juan Valdivia a la guitarra, Joaquín Cardiel al bajo y Pedro Andreu a la batería. Juntos grabaron un EP que rompió moldes a mediados de 1987, ‘Mar adentro’, que contenía tres canciones: la que daba nombre al EP, ‘La lluvia gris’ y ‘Héroe de leyenda’.

La icónica portada de 'El mar no cesa'.

La icónica portada de 'El mar no cesa'.

Para grabar su disco, la compañía discográfica EMI les había puesto una condición: que vendieran 5.000 copias de aquel sencillo. ‘Mar adentro’ fue mucho más allá: se despacharon 30.000 copias, lo que dio a la banda la posibilidad de entrar a los estudios Hispavox de Madrid. Al frente, al igual que en el caso del sencillo, estuvo el argentino Gustavo Montesano, un miembro destacado de la Movida madrileña, componente de Olé Olé y cazatalentos de EMI. Junto a él, otra pieza clave a los mandos técnicos, Roberto Durruty.

El sonido de ‘El mar no cesa’ es, para muchos, su gran handicap. Se sabe que los miembros de la banda no acabaron satisfechos con el resultado final, marcado en exceso por las tendencias del momento. Y sin embargo, eso no resta ni un ápice de valor a las canciones. Incluso el propio Enrique Bunbury ha confesado en alguna ocasión que ‘Mar adentro’ es una de las mejores canciones que jamás ha escrito.

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Una banda única

El resto del conjunto también funcionaba a la perfección: brillaban con luz propia ‘Hace tiempo’, ‘Agosto’, ‘Flor venenosa’, ‘Olvidado’, ‘El estanque’ o ‘Héroe de leyenda’, procedente de su primera maqueta y que acabaría convirtiéndose en otro de los grandes clásicos de la banda. En directo, Héroes demostraban ser una maquinaria perfectamente engrasada, con una base instrumental sólida como pocas y un líder que, como si de un Jim Morrison a la española se tratase, no dejaba a nadie indiferente con su energía sobre el escenario, su poderosa voz de barítono y sus letras entre lo críptico y lo poético. Había nacido un mito.

Héroes del Silencio grabarían otros tres discos antes de separarse definitivamente: ‘Senderos de traición’ (1990), ‘El espíritu del vino’ (1993) y ‘Avalancha’ (1995). Sus canciones lograron traspasar fronteras e incluso se convirtieron en un fenómeno en países como Alemania e Italia, donde vendieron centenares de miles de copias y protagonizaron giras multitudinarias. Y a día de hoy siguen siendo reverenciados como uno de los grupos más singulares e influyentes de la historia de la música en España. El grupo supuso, también, la iniciación de la prolífica carrera posterior de Enrique Bunbury, un artista inquieto como pocos. Hoy, 35 años después de aquel debut, toca volver a disfrutarlo.