As1one, la primera boyband palestina-israelí que pide el fin de la guerra
Seis chicos de diferentes orígenes han construido un grupo cuyo fin no es político sino musical y humanitario
Imagen de As1one en su perfil oficial de Instagram / Instagram As1one
"No queremos ser políticos. Solo queremos ser humanitarios". La frase la ha pronunciado As1one, una nueva formación que muy pronto podría realizar su debut discográfico pero que ya empieza a acaparar portadas y titulares de los medios especializados y generalistas de todo el mundo. ¿La razón? Sencillamente el hecho de que se trata de la primera formación palestina-israelí de la historia.
En un momento nada sencillo para ellos (amigos y familiares han muerto tanto en los ataques del 7 de octubre como en el posterior ataque sobre la franja de Gaza, Líbano y Cisjordania) sus 6 integrantes demuestran que se puede y se debe vivir en paz y que la guerra tiene que acabar cuanto antes.
En un completísimo reportaje de la revista Billboard conocemos a Son Sadik Dogosh, Neta Rozenblat, Aseel Farah, Nadav Philips, Niv Lin y Ohad Attia. 6 chicos de orígenes palestinos y judíos que han conformado un proyecto que lleva más de dos años en marcha de la mano de los ejecutivos musicales Ken Levitan y James Diener.
El objetivo de estos dos vereanos de la industria no era otro que el de formar un grupo como BTS pero surgido en Oriente Medio y que pudiera capitalizar el éxito a nivel mundial como ha hecho la banda de K-Pop. Después de un arduo trabajo de reuniones, caza de talentos, campus musicales y decisiones personales y profesionales, el resultado es la banda As1one cuyo debut discográfico está a la vuelta de la esquina.
Su primer trabajo ha cobrado vida entre los estudios Abbey Road de Londres y varios estudios en Los Ángeles donde han colaborado con compositores y productores como Jenna Andrews, Stephen Kirk, Justin Tranter o Y2K. De momento la revista musical estadounidense asegura que tienen casi una decena de canciones pero de momento no hay fecha de lanzamiento.
En su tierra natal sigue muriendo gente por el conflicto. Y de hecho estuvieron a punto de dejarlo todo para volver a casa: "Al principio, nos sentimos muy mal por no poder hacer nada, por no poder ayudar a nuestras familias y amigos en Israel. Pero luego, cuando lo piensas, realmente te das cuenta de que tenemos una misión y que podemos ser útiles. Podemos mostrárselo al mundo" asegura Attia.
"Los momentos más difíciles fueron durante las sesiones. Me hablaron de dos amigos que fueron asesinados, a Niv le contaron sobre amigos suyos que fueron asesinados; muchos de nosotros descubrimos cosas realmente horribles durante esa sesión, sin mencionar que ahora hay toda una guerra en curso" explica Rozenblat. "¿Cuánta locura es recibir abrazos de amigos palestinos cuando mis amigos israelíes murieron?" asegura Lin. "Pero esta es nuestra historia".
Y más allá del posible éxito, el poderoso mensaje que manda el grupo es que si ellos pueden convivir, se puede convivir en paz. Todo el proceso ha sido registrado por cámaras en lo que será un documental en cinco episodios producido por James Carroll. Porque entre medias del horror, todavía hay un pequeño hilo de esperanza...
"No hay manera de describir lo mal que te sientes. Tu primer instinto es regresar y estar con tus amigos y familiares. Luego, unos días después, te das cuenta de que no hay mejor servicio para el mundo que el que estamos haciendo, y eso simplemente nos da un propósito más grande. No queremos ser políticos, solo queremos ser humanitarios".
