Especial
Jessica Bueno se reencuentra con su madre en 'GH Vip' y le hace una petición: "La manita relajá"
Una noche de emociones donde todos los concursantes reciben a alguien
Después de más de dos mees de convivencia, 71 días en concreto, los concursantes de Gran Hermano Vip se han reencontrado con sus familiares a los que tanto echan de menos.
Jessica Bueno se situaba frente a un espejo en la sala de las ilusiones y aseguraba que desde que entró a ahora se ve más segura de sí misma y con más fuerzas para compartir sus opiniones que son tan válidas como las de sus compañeros.
Para ella, esta experiencia ha sido el descanso metal que necesitaba para desconectar de su día a día, un campamento de invierno que está disfrutando al máximo.
En el espejo se reencontraba con la imagen de su tía que le daba muchos ánimos. “Sé fuerte que todos estamos muy orgullosos de ti, de cómo eres y aguanta que todos estamos bien”, le decía. Y claro, las lágrimas eran inevitables.
Junto al espejo había un armario con ropa de sus niños. “Los echo tanto de menos, me hacen tanta falta, necesito sentirles y verles”, aseguraba.
No les vio a ellos, pero sí a su madre que salió de ese armario mágico para decirle que aprovechase su campamento que cuando acabé ya no habrá más. Y le aseguró que los niños están bien. Le explicó que, si su familia de sangre era grande, la que tenía fuera lo era muchísimo más todavía que la quiere y la adora.
Finalmente, Jessica preguntó por Pablo. “Pablo, bueno, ahí está, en casa, todo bien”, contestaba su madre entre risas. Eso sí, le decía que “la manita relajá”. “Pero mamá, que no ha pasado nada”, le aclaraba su hija. “Eso lo sé yo como que te he parido”, le decía su madre convencida.
Luitingo y su familia
Hubo más reencuentros, cada uno de ellos tuvieron su sorpresa, incluidos a los que han salido y vuelto a entrar. Luitingo se reencontró con su hermano, pero antes, aseguraba que en este tiempo “he aprendido de ciertos errores. Los sentimientos a flor de piel, alegría constante, muy emocionado con todo e intentando ser mejor persona a cada segundo”, decía Luis sobre lo que ha cambiado en estas semanas”.
Su hermano le daba ánimos y él derramaba muchas lágrimas. En el armario se encontraba con su guitarra y la tocaba mientras su padre hacía lo mismo desde una jaula.
Pilar y su hermana
Alba Llori, una delas grandes revelaciones del programa y carne de cañón de próximos realities, subió a Guadalix para hablar con su hermana. “Fuerza, sabemos que está siendo muy difícil”, le decía y le recordaba que si está dentro es porque la gente la ha votado y no porque nadie haya pagado.
Dio gracias al team naranja por haberla acogido y le recordó que su historia se había acabado, que no se olvidase de eso. “Me está tocando vivir unas situaciones, con lo que soy yo…”, le decía a su hermana. También se reencontraba con su perrito y se le iban todas las penas.
Los apoyos de Laura
Laura Bozzo estaba especialmente feliz tras salvarse de la expulsión. Una felicidad que aumentó tras ver a través de la pantalla a su hija Alejandra, desde Miami, diciéndole cosas bonitas. “Mis hijas son mi vida, son mi motor, son mi fuerza. Ale es mi bebé, así grandota, estamos amarradas y yo vivo muy pendiente de ella”, explicaba sobre sus hijas.
No era la única sorpresa. Al ritmo de la sintonía de su programa en Latinoamérica entraba Karina con bailarines de samba para darle una sorpresa. Parece que se le habían ido todos los dolores ahora que solo visita la casa y no tiene que quedarse. “Es mi hermana española”, aseguraba Laura.
Y había más. También a través de la pantalla recibía un mensaje enérgico de Álex Canniggia que le aseguró que uno a uno iban a ir sacando a todos los del equipo azul y le pidió que no se enojara tanto.
La emoción de Carmen
Carmen Alcayde recibía una llamada de teléfono muy especial. Una voz calmada que le dejaba claro que le gustaba que se relacionase con toda la casa. “Nos estáis dando un concurso con muchas emociones”, le decía. Ella no dejaba de gritar y llorar desesperada por no poder hablar con ella porque era una grabación.
Sonaba otro teléfono en la habitación azul y corría rauda para que no se cortara la llamada. Se volvía loca escuchando las voces de sus hijos, aunque mantenía la calma para no perderse nada. Ya cuando se cortaba el mensaje tiraba el teléfono y se tiraba al suelo desbordada por la emoción. “Lo necesitaba”, decía sin parar de llorar, “qué bonito ha sido, lo más bonito de mi vida que me ha pasado”.
La tercera llamada llegaba de su hermano Pedro que no solo hablaba al teléfono, sino que se presentaba en la casa. Nada más verle se lanzaba a sus brazos. “El hombre de mi vida”, aseguraba.
El resto de encuentros
Albert Infante se reencontraba con la camisa que llevó a Got Talent con olor al perfume de su madre que también aparecía después en el armario para demostrar la buena relación que hay entre ellos. Le pidió que fuera buena persona, que cuidara a Laura y que siguiera como ahora hasta el final. Aunque la emoción total llegaba cuando escuchaba a su abuela Maravillas con la que había tenido algún desencuentro. La última sorpresa fue poder presentar a su madre a Laura Bozzo.
Naomi veía un vídeo de su perro Stich, por cierto, muy parecido al de Pilar. Aparecía en el ascensor y se volvía loca con su “ratita”. Con él se iba a la habitación azul donde se encontraba con alguien cercano. Le pedía que siguiera soltando sus cuatro verdades, que siguiera contando sus cosas a la cámara y que nada de bajones.
Michael recibía unos tuppers con comida de mamá y aseguraba que lo compartiría con sus amigos. También se reencontraba con su hermana y tras un abrazo infinito, aparecía también su madre. “El deseo más grande de toda mi vida”, aseguraba entre lágrimas y abrazo conjunto entre los tres.
Sin duda, una noche de emociones fuertes que les cargará las pilas en esta recta final del programa.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...