Especial
París quiere protagonizar una revolución verde
Las autoridades de la capital francesa planean eliminar un 40% de asfalto y plantar 170.000 árboles de aquí a 2026.
El área metropolitana de París es la mayor aglomeración urbana de la Unión Europea. Una gigantesca extensión de casi 19.000 kilómetros cuadrados en la que viven más de 13 millones de personas. Y un lugar en el que, como ocurre en la práctica totalidad de las grandes ciudades del planeta, el asfalto es el protagonista y rey indiscutible.
Esa realidad podría estar en vías de cambiar de manera radical. Las autoridades de la capital francesa han puesto encima de la mesa una de las estrategias de transformación urbana más ambiciosas que se recuerdan en el país galo. El nuevo Plan Local de Urbanismo (PLU) contempla la creación de unas 300 hectáreas nuevas de espacios verdes de aquí a 2040, al tiempo que se elimina un 40% del asfalto de la ciudad. El objetivo: dejar de ser “una ciudad radiador, para pasar a ser una ciudad oasis”, tal y como ha explicado el concejal de Transición Ecológica, Dan Lert.
El objetivo: dejar de ser “una ciudad radiador, para pasar a ser una ciudad oasis”
Para llevar a cabo su plan, y con la mirada puesta en los próximos Juegos Olímpicos, que acogerá en el verano de 2024, París quiere mirarse en el espejo de Londres. La capital británica es una de las urbes con más parques del mundo: cuenta con un total de 370 zonas verdes de más de ocho hectáreas, lo que le llevó a ser distinguida en el año 2019 como la primera Ciudad Parque Nacional del mundo. En total, en Londres hay 36 reservas naturales, además de miles de jardines comunitarios y una serie de marismas y humedales que dan refugio a centenares de especies.
Más bicis, menos coches
Cambiar de raíz la fisionomía de París para convertirla en una ciudad más amable ha sido uno de los ejes fundamentales de la política de la alcaldesa, la socialista Anne Hidalgo, en el cargo desde 2014. Nacida en San Fernando (Cádiz), Hidalgo ha combatido la presencia en las calles de los vehículos más contaminantes y ha apostado con decisión por el transporte público y la bicicleta como alternativas de movilidad sostenible. Actualmente París, la ciudad cuenta con más de 350 kilómetros de carriles bici, en una política enfocada a convertir la ciudad en 1000% bike-friendly que se ha acelerado en los últimos años.
Los árboles contribuyen de manera decisiva a mejorar la calidad de vida en las ciudades. De entrada, absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno al realizar la fotosíntesis. Además, actúan como filtros naturales, atrapando partículas finas y reduciendo la presencia de contaminantes en el ambiente. Durante los días más calurosos del verano son esenciales para mitigar el llamado efecto “isla de calor” que genera el asfalto.
Al mismo tiempo, las zonas verdes son refugio y hábitat para una gran variedad de especies de aves, insectos y otros animales, por lo que contribuyen a mantener la biodiversidad en las ciudades. Y está demostrado que juegan un papel esencial en el bienestar de los ciudadanos, ya que reducen el estrés, mejoran el estado de ánimo y promueven la actividad física al incentivar las actividades al aire libre.