Justin Bieber: cómo una infracción de tráfico abortó el macabro complot para asesinar a la ‘pop star’
El cerebro de la trama quería que las víctimas, incluido Bieber, fueran estranguladas con una corbata de cachemira
Esta es la historia del terrorífico plan que urdió la mente perturbada de un fan obsesivo, un criminal convicto. El espeluznante complot de lo que podía haber sido el ‘true crime’ del siglo y afortunadamente no lo fue. La policía lo abortó de forma casual. El 13 de Diciembre de 2012 el mundo quedó sobrecogido cuando leyó la noticia: “Descubierta trama para asesinar y castrar a Justin Bieber”. Sin embargo, no está claro que las tijeras de podar que encontraron en poder de los sicarios estuvieran destinadas a la estrella del pop.
Desde 2000, Dana Martin cumplía cadena perpetua en un centro penitenciario de Nuevo de México por el rapto y asesinato de una chica de 15 años en Vermont. Desde 2010 era fan de Justin Bieber y, como la mayoría de Beliebers, había acumulado infinidad de música de su ídolo en su mp3. 'Overboard' era una de sus canciones favoritas. Se obsesionó tanto con él que hasta se hizo un tatuaje en la pierna con la cara de la estrella canadiense, su nombre, la fecha 11 de Febrero de 2011 - la del estreno del documental 'Justin Bieber: Never say never' - y el título del filme.
El recluso, confinado en su celda las 24 horas del día por su propia seguridad, envió docenas de cartas manuscritas a Ellen DeGeneres, al estudio en el que hacía su show televisivo. Había escuchado que era amiga de Justin y que su ídolo no solía recibir correos de sus fans. Tenía la esperanza de que la popular presentadora se las hiciera llegar al joven artista, que entonces tenía 17 años. Pero su amor se transformó en resentimiento cuando ninguna de sus cartas recibió respuesta. En Mayo de 2012 escribió a DeGeneres quejándose del silencio de Justin y amenazando de que le haría algo "horrible".
Dana maquinó entonces un plan escalofriante. Había resuelto asesinar a Justin Bieber y para ello necesitaba ayuda. Y aquí entra en escena Mark Staake, un ex recluso a quien había conocido cuando en la prisión de Vermont. Le convenció prometiéndole una enorme suma de dinero y sólidos vínculos con la mafia. Y después de que hiciera el 'trabajo' le proporcionaría refugio en una multimillonaria finca familiar. Su sobrino, Tanner Ruane, se convirtió en el segundo títere del criminal Martin, quien también tenía el propósito de alcanzar notoriedad con un crimen de semejante envergadura.
Este era el truculento plan: Mark y Tanner capturarían a la 'pop star' coincidiendo con sus dos conciertos de la gira ‘Believe’ en el Madison Square Garden de Nueva York (28 y 29 de Noviembre). Según las cintas incautadas posteriormente por la policía con conversaciones telefónicas, la pareja había recibido meticulosas instrucciones. Hay una llamada de Dana a Tanner, de Noviembre de 2012 (obtenida por KOAT 7 News en Albuquerque, Nuevo México), en la que se le oye decir: "Mark va a estrangular a los pitbulls y tú los vas a castrar". Y describe cómo utilizar la corbata: "Atadla de verdad, muy fuerte… anudadla por delante... eso corta el oxígeno. Y después por detrás. Con eso se sella el trato”. En la grabación se escucha a Ruane: "Iremos a comprar tijeras de podar” o “Me vas a dar 5 de los grandes (5.000 dólares) por cada uno”.
Mark Staake y Tanner Ruanne emprendieron viaje desde Nuevo México a la Costa Este de Estados Unidos. Tenían previsto acercarse a recinto neoyorquino en el que cantaba Justin. Pero cometieron un fallo. Una infracción de tráfico. Se pasaron un desvío y dieron un giro en la dirección equivocada en Canadá. Les pararon los agentes de la patrulla fronteriza. Staake fue arrestado en ese momento por violar su libertad condicional. A Ruane le detuvieron después, en Nueva York, y encontraron, además de unas tijeras de podar, información con las últimas ubicaciones conocidas de las víctimas.
Tío y sobrino se enfrentaron a múltiples cargos por conspiración para cometer un asesinato. Según la declaración que figura en la orden de detención, Martin quería que las cuatro víctimas, incluido Bieber, fueran estranguladas con una corbata de cachemira, similar a la que él había utilizado para matar a la chica de 15 años. Las dos primeras debían ser castradas – pagaría 2.500 dólares por testículo. No obstante, no dice nada de hacer lo mismo con la tercera víctima, supuestamente Bieber. Según el documento, el objetivo final era "J.B", cuyo guardaespaldas, "M.B., debía ser asesinado el primero. Martin reveló a los investigadores que quería acabar con la vida del cantante por su fama y porque se había “encaprichado” con él.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop