A Barry Keoghan, el protagonista de ‘Saltburn’, estuvieron a punto de amputarle un brazo

Su historia es una de esas que daría para una película

Barry Keoghan. / Christopher Polk

Si hay una película que ha perturbado a muchos esta Navidad ha sido Saltburn. De hecho, Murder on the Dancefloor, su tema principal, se ha convertido en la canción más escuchada en el Reino Unido. Pero si hay alguien que ha despertado mucha curiosidad es su protagonista, Barry Keoghan que estuvo nominado en los Globos de Oro donde sorprendió con su look con el traje que lució de Pharrell para Louis Vuitton.

Este irlandés tiene 31 años, se ha convertido en un sex symbol y tiene una vida que bien podría dar para una película. Pasó su infancia con una madre heroinómana que falleció cuando él tenía tan solo 12 años. Los siguiente siete años, tanto él como su hermano, fueron pasando de familia en familia adoptiva, un total de trece.

Eso sí, los hermanos siempre permanecieron unidos. De hecho, fue su hermano el que le incitó a probar como actor. Él se veía más como futbolista o boxeador. Pero vio el anuncio de un casting en la calle y decidió presentarse y ahora ha participado ya en 30 películas.

En el amor, tampoco le ha ido mal. El año pasado rompió con la madre de su hijo de la que se distanció tras el rodaje de Saltburn. Después se le relacionó con Sabrina Carpenter, aunque nunca se confirmó que estuvieran juntos.

La enfermedad

Su vida está plagada de sucesos que darían para una serie. Por ejemplo, ha contado que, en 2022, antes de comenzar a rodar The Banshees of Inisherin, la película por la que fue nominado a los Oscar, fue hospitalizado y una infección casi le cuesta la amputación de un brazo.

Le diagnosticaron fascitis necrotizante, también conocida como ‘enfermedad carnívora’, una infección bacteriana y potencialmente mortal que se come la piel, los músculos, los nervios, la grasa y los vasos sanguíneos alrededor de una herida infectada. Eso sí, no dio detalles de cómo llegó a este punto.

Fue en ese momento cuando los médicos barajaron la posibilidad de amputarle el brazo. Él estaba preocupado y les preguntó si iba a morir. “Bueno, no lo sabemos”, le respondieron. Aun así, no parecía excesivamente preocupado, o eso le pareció al director de la película, Martin McDonagh que fue a visitarle al hospital.

“Estábamos sólo a cuatro días del rodaje y su brazo estaba hinchado. Pero él dijo: ‘Sí, no, voy a estar bien, te veré el martes’", recoge la entrevista de GQ para este mes de febrero. Y así ocurrió. Ahora conserva una cicatriz en el brazo y tiene una prometedora carrera por delante.

Y aunque vive en Londres, donde está su hijo, le está cogiendo el gusto a andar por Los Ángeles.

Cristina Zavala

Periodista enamorada de todo el entretenimiento....