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Crítica de ‘¡Agua!’: una Chanel honesta más allá de ‘SloMo’
Análisis del álbum debut de la artista salida del Benidorm Fest y Eurovisión
Desde que devolvió la gloria a España en el Festival de Eurovisión, la expectación con Chanel ha sido máxima. Pocas veces había visto el nacimiento de un fenómeno en un periodo de tiempo tan corto. Pero eso consiguió ella tras el Benidorm Fest: ser una estrella en una era en la que por fin, en este bendito país, las divas del pop 'made in Spain' tenían una oportunidad. La mami llegó en el momento perfecto, pero sin las herramientas y el conocimiento necesario de esta industria. Se notaba que venía de otro mundo y, aunque la música formaba parte de su profesión, partía de cero en un mundo que va a toda la leche. Chanel ha vivido esclava del tiempo. No por ella, que prefería ir pasito a pasito en un lugar convulso y desconocido, sino por la gente que la descubrió y demandaba material. Más música. Más SloMo.
El primer disco de Chanel, ¡Agua!, se publica casi dos años después de su triunfo en el Benidorm Fest. Dos años en la industria de ahora son lo equivalente a una década, pero ella pidió paciencia, respeto, y…hasta ahora. En apenas unas horas llega un álbum de doce canciones que he podido escuchar al completo para escribir esta reseña. Una crítica en la que tengo que decir qué me parece y resolver la incógnita que sobrevuela entre algunos: ¿ha merecido la espera tanto tiempo? Para los que estén leyendo estas líneas esperando leer palabras como “catástrofe” o “despropósito” siento deciros que no va a pasar. Puede que ¡Agua! no sea el disco que muchos querían, pero dista mucho de ser un mal trabajo de presentación. Porque eso es precisamente el disco de Chanel, una carta de presentación que recoge los sonidos con los que la artista se siente a gusto, marcando un inicio prometedor en su carrera, a juzgar por lo increíblemente bien que suenan algunos de los temas más representativos. Pero voy al grano: las canciones. La chicha del asunto.
Clavaito sigue siendo la pista más interesante de ¡Agua!. En su momento fue una buenísima decisión orquestar esta colaboración con Abraham Mateo y marca uno de los vértices principales de este trabajo. Ojalá vengan más Clavaitos en el futuro. Ahora que no te tengo (feat FMK) podría ser perfectamente una continuación. También bachata, pero más pausada. No le pega una coreografía que podamos intentar replicar en la discoteca, y no importa. Gana con las escuchas y se disfruta casi tanto como Clavaito. El track número dos, Vuelta y vuelta, sigue la estela de Ping Pong. Son del tipo de canciones que amas u odias. Ruidosas, pero con gancho y que dan para perrear. Como Hasta que amanezca (feat Zé Felipe y Rocco Hunt), resultona y agradecida con aspiración internationally. Porque por mucho que digan, hacer twerking no pasa de moda y eso es uno de los estándares de este álbum: el disfrute y mover bien el culo.
El track número dos, Vuelta y vuelta, sigue la estela de Ping Pong. Son del tipo de canciones que amas u odias. Ruidosas, pero con gancho y que dan para perrear
Siguen sin convencerme LOKA y PM. No desentonan, pero de las opciones más urbanas/pop latin me quedo con la propuesta que ofrece Sin sal. Un tema más pausado y seductor. Mis dudas serias vienen con House Party y Lucky Me. Tengo mis más y mis menos con estos dos temas dosmileros. No terminan de encajar dentro del concepto y, si me pones a elegir, hubiera preferido no haber prescindido de TOKE para que SloMo tuviera más sentido – aunque fue el origen de todo – e, incluso, hubiera explotado más el mundo bachata. Y mira que Lucky Me tienen un no sé yo que yo qué sé que se queda, pero me hubiera tomado más tiempo para experimentar con estos sonidos y agruparlos en un futuro proyecto con un hilo conductor claro.
Termino con el último tema del disco y que le da nombre y sentido: Agua. Es la única balada que encontrarás y, tras escucharla varias veces, también puedo decir que es la canción más honesta. “A veces asfixiada por culpa del estrés, del interés y de la fama. Recuerdo que aspiraba a cumplir mis sueños para que no falte de nada…”. El arranque es toda una declaración de intenciones y Chanel aprovecha su corte épico para recordar que esta bugatti, además de bailar y cantar bonito, tiene voz para hacer lo que le dé la gana.
No hay una continuación natural a lo que desencadenaron 'SloMo' y 'TOKE'
Tal vez ¡Agua! no sea el disco debut que muchos esperaban de Chanel – no hay una continuación natural a lo que desencadenaron SloMo y TOKE –, pero es un buen comienzo si la propia artista lo siente suyo y, lo más importante, lo disfruta en el directo. A fin de cuentas, es uno de sus grandes valores y el reclamo de cara a la gente. Aunque yo todavía vivo esclavo del tiempo, me gusta que ella se haya tomado el suyo para asimilar la vorágine de lo que vivió y encontrar su yo artista sin obedecer a los tiempos que marca ahora la industria. Tiempo para hacer un disco que, guste más o guste menos, lo siente suyo y consigue trasladar eso al que lo oye. Un principio correcto para un futuro que, le rabie a quien le rabie, va a seguir despertando emociones y movimiento.
Adriano Moreno
Periodista de LOS40 y escritor. Me gustaría vivir en la película ‘Chicas malas’ y Russell Tovey lleva...