La Tierra gira cada vez más despacio

Un estudio de la Universidad Técnica de Munich ha analizado la velocidad de la rotación terrestre.  

Demostrado: la Tierra gira cada vez más despacio. / photovideostock

Es algo que todos sabemos: la Tierra gira. Sobre sí misma y alrededor del sol, dando lugar a los días y los años, respectivamente. Pero desde hace décadas, los científicos saben también que cada vez lo hace más despacio. Una realidad que tiene una consecuencia: poco a poco, los días son cada vez más largos.

Ahora, un grupo de científicos de la Universidad Técnica de Múnich (TUM), en Alemania, ha medido esa ralentización. Lo ha hecho gracias a un láser subterráneo ultrapreciso con el que han podido medir la velocidad de la rotación terrestre. Es más, han llegado a una conclusión: dentro de 200 millones de años, un día podría durar 25 horas y no 24 como hoy.

La maquinaria utilizada por los responsables del estudio (TUM).

La maquinaria utilizada por los responsables del estudio (TUM). / Guadalupe Mestas

Del mismo modo, y sabiendo que en el pasado la Tierra giraba más deprisa que en la actualidad, los científicos han llegado a la conclusión de que hace 1.500 millones de años, en el llamado periodo Precámbrico, los días duraban 18 horas y 41 minutos. En la época de los dinosaurios, hace 66 millones de años, un día era más parecido al actual: en torno a las 23 horas.

El papel de la Luna

Pero, ¿cuál es el motivo por el que la Tierra gira cada vez más despacio, aunque sea de un modo imperceptible? La explicación reside en varios factores: de entrada, los incesantes movimientos internos de los componentes sólidos y líquidos del planeta. Pero también los cambios en la distribución de la masa terrestre y, muy especialmente, las interacciones gravitacionales con la Luna, tal y como han explicado investigadores.

Más allá del inevitable acortamiento de los días, el descubrimiento de los científicos alemanes tiene más aplicaciones. Ulrich Schreiber, profesor y director del estudio, ha explicado que “las fluctuaciones en la rotación no sólo son importantes para la astronomía, también las necesitamos urgentemente para crear modelos climáticos precisos y comprender mejor fenómenos meteorológicos como El Niño. Y cuanto más precisos sean los datos, más exactas serán las predicciones".