Coachella resucita a No Doubt, que vuelve después de casi 10 años sin pisar los escenarios

El mundo de la música no para de sorprendernos y esta semana, quienes crecimos en los noventa, hemos conocido uno de los regresos más excitantes de 2024: la vuelta de No doubt, nueve años después de dar su último show en directo, que fue en 2015. Ahora, el festival Coachella los ha devuelto a los escenarios como uno de sus platos fuertes, por lo que veremos a Gwen Stefani, Tony Kanal, Tom Dumont y Adrian Young de nuevo juntos.

Conocidos por éxitos como Just a girl o Don't Speak, la banda redefinió las reglas del juego en los noventa con una apuesta contundente y un estilo propio que iba del ska al pop-punk, pasando por el reggae y el dancehall. El caso de No Doubt es curioso porque no triunfaron con sus primeros discos. El boom vino con el fabuloso, Tragic Kingdom (1995), el tercer trabajo de la banda y el álbum que lo cambiaría todo. De eso han pasado casi treinta años.

Unos inicios complicados

La banda, formada en el condado de Orange (California) en 1986, tuvo unos inicios muy erráticos. El germen lo pusieron Eric Stefani (hermano de Gwen) y John Spence, pero este último se suicidó tan solo un año despúes crear la formación, en 1987. Tras el duro golpe, el grupo se disolvió, pero decidió continuar con el proyecto, aunque no fue hasta 1992, ya con Gwen liderando la parte vocal y habiendo sumado a Tony Kanal en el bajo, cuando llegaría su álbum de debut homónimo vía Interescope Records. Fue un fracaso comercial enorme y la gira de presentación siguió por el mismo camino.

Para entonces, Gwen y Tony habían consolidado su relación y, aunque que al principio la llevaron en secreto para no desestabilizar a la banda, terminó siendo parte esencial del grupo hasta que en 1994, Tony decidió ponerle fin. La ruptura amorosa fue lo mejor que le pasó a No Doubt, pues tras una dura discusión, Gwen Stefani transformó su rabia en canción. Había nacido Don't Speak, una balada desgarradora y uno de los mayores éxitos de desamor de los noventa.

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Don't Speak y Just a Girl, canciones que lo cambiaron todo

A raiz de esa discusión acalorada, surgió el estribillo de Don't Speak. Sus versos eran realmente contundentes y reflejaban a la perfección el dolor que sientes cuando alguien decide cortar contigo. Ese abismo, ese vacío y eso a lo que no te quieres enfrentar. Cantaba Gwen: "No hables / Sé lo que estás diciendo / Así que, por favor, deja de explicarlo / No me lo digas, porque duele". Así contó ella, en una entrevista para The Independent, cómo surgió la letra de la canción: "Fui con mi hermano Eric al garage. Muy irritada por la situación, me senté con él a reescribir todos los versos". Entonces fue cuando nació la letra que ahora todos conocemos".

Siguiendo la estela de Don't Speak, Gwen Stefani dio forma a otra de las grandes canciones de aquel disco magestuoso. Just A Girl, en la que la artista dice sentirse atrapada, cautiva: “Cuando escribí ‘Just A Girl’ era muy inocente”, dijo para la revista Vogue en 2020. "Pero iba de ese momento en el que te das cuenta del poder de ser mujer, pero también de la vulnerabilidad de ser mujer, y de las cosas que no puedes hacer por si te pones en peligro o por si la gente no te toma en serio".

Pero no solo esas canciones, el disco entero, tema a tema, era una carta abierta sobre la relación y ruptura de la pareja entre Stefani y Kanal. En este contexto, Gwen se erigió en toda una riot girl, quizás sin ser conciente de ello. Pero lo peor estaba por llegar para ambos: pegarse una gira extensísima (que duró 27 meses) separados en lo sentimental, pero juntos como compañeros de grupo y exponiendo su relación sobre el escenario.

El éxito de Tragic Kingdom se dilató en el tiempo y en febrero de 1999 la RIAA certificó el disco con la distinción de diamante. Además, la banda llegó a estar nominada a varios premios Grammy, aunque por este disco no se llevaron ninguno. Fue en 2000, al lanzar su cuarto álbum Return of Saturn, cuando llegó el reconocimiento de la industria por la Academia de Grabación, consiguiendo dos gramófonos por los singles Hey Baby y Underneath It All. Después llegaría Rock Steady (2001) y varios discos recopilatorios que dejaron a la banda en barbecho compositivo durante años.

En 2009 se volvieron a reunir y anunciaron nuevo material, que se lanzó finalmente en 2012. El álbum Push and Shove se conviritó en el último disco de estudio de No Doubt como banda, y aunque contaba con buenos singles como Settle down, este trabajo no tuvo gran recorrido. En 2015 dieron su último concierto como grupo y un año después, Stefani estaba centrada en su carrera como solista llegando a lanzar This is What the Truth Feels Like. Mientras, Dumont, Kanal y Young formaron una banda llamada Dreamcar junto al cantante de AFI, Davey Havok.

Su reunión para Coachella, casi 10 años después de su último concierto, supone un hito histórico para la música. De momento, este regreso es puntual, pero quién sabe si No Doubt está cocinando una gira internacional para satisfacer la nostalgia de todos los que disfrutamos con su música a finales de los noventa.