Así afecta el plomo de los cazadores a los animales

Un estudio de SEO/Birdlife desvela que todas las aves silvestres están afectadas por plumbismo por culpa de ingerir este material, lo que a su vez se traslada a otras especies. 

El plomo de los cazadores, un problema para el medio ambiente. / Yves Adams

El plomo presente en la munición de los cazadores es una de las grandes amenazas para la biodiversidad. Y pese a que en España su uso en humedales está prohibido desde 2001, su presencia sigue siendo generalizada: basta dar un paseo por cualquier coto de caza para encontrarlo.

En el caso de nuestro país, hablar de cotos es hablar de una extensión más que gigantesca: alrededor de un 86% del territorio español forma parte de algún coto de caza. Se estima que actualmente se liberan cada año unas entre 5.000 y 6.000 toneladas de plomo en la munición de los cazadores. Un metal altamente peligroso que está presente en cada rincón de España.

El 86% del territorio español forma parte de algún coto de caza

Ahora, un estudio llevado a cabo por la organización ecologista SEO/Birdlife ha medido los impactos que tiene ese material en la naturaleza, los animales y, en consecuencia, también en la salud humana. El estudio, llamado 'El plumbismo en aves terrestres en España: La contaminación por la munición de plomo más allá de las zonas húmedas' ha llegado a una conclusión que resulta, cuanto menos, preocupante: todas las aves silvestres estudiadas están afectadas de plumbismo.

De 20 especies de rapaces analizadas, 12 presentaban niveles letales

Las primeras en ingerir el plomo son las llamadas aves granívoras, como las palomas o las perdices. Pero también se ha encontrado plomo en 20 especies de rapaces, 12 de las cuales presentaban niveles letales. En tres especies (buitre leonado, azor y águila real), las prevalencias de intoxicación letal están por encima del 10%. Ésta última especie, uno de los grandes emblemas de nuestra geografía, es la más afectada, con el 13,2%.

El Águila Real es la rapaz más afectada.

El Águila Real es la rapaz más afectada. / Csilla Zelko

Todo este plomo se queda, claro está, en la carne de caza. Según el estudio, "alrededor del 50% de las piezas de caza menor y alimentos procesados con carne de caza mayor superan los niveles máximos de plomo establecidos por la UE para carne".

La resistencia de los cazadores

La Comisión Europea tiene en su agenda decidir próximamente sobre la restricción a la munición de plomo para todo tipo de caza y el tiro deportivo en el exterior, además de los pesos de plomo usados en la pesca, a propuesta de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA). Sin embargo, a pesar de que la ECHA emitió su dictamen sobre la prohibición hace ahora un año, la Comisión Europea aún no ha publicado una primera propuesta.

Los cazadores, reticentes a abandonar el plomo.

Los cazadores, reticentes a abandonar el plomo. / Yves Adams

A ese retraso ha contribuido la presión del lobby de los cazadores, que aseguran que 1 de cada 4 cazadores dejará de cazar si se hace realidad la prohibición total de las municiones de plomo y al menos el 30% lo hará con menos frecuencia, según un estudio de la Federación Europea de Deportes de Tiro (ESSF).

La caza sigue siendo un colectivo poderoso. España es el segundo país europeo en número de licencias, con 743.600, solo superado por Francia. Y aunque se ha producido un notable descenso en el número de ellas desde que en 2005 se sobrepasara el millón, la actividad cinegética sigue siendo un motor económico de primer orden, que mueve cada año en España en torno a 6.500 millones de euros y genera unos 200.000 empleos.

En el otro lado están las víctimas de la actividad: cada año mueren abatidos unos treinta millones de animales en todo el estado español. Además según la Guardia Civil, en los últimos catorce años se han producido al menos 794 víctimas de accidentes de caza, con 63 muertos y 483 heridos, sin contar con los datos de Catalunya y Euskadi.