Especial
Aerosmith sufrió la más repugnante y escatológica venganza de su equipo
Ninguno de los componentes de la banda lo supo hasta mucho tiempo después
Los miembros del equipo de sonido de Aerosmith estaban tan hartos, que maquinaron un plan. Utilizaron las lonchas de mortadela del catering de la banda como papel higiénico. La venganza de los despechados fue repugnante. Sin paliativos.
El mundo del rock rebosa de historias increíbles de ‘chicos malos’ que personifican los excesos. ‘Rockstars’ que cultivaban su notoriedad a base de extravagantes caprichos o de un apetito insaciable de destrucción y escándalos. Siempre presente su abuso de drogas y alcohol. En la cúspide del desenfreno del ‘rock and roll way of life’, no pueden faltar los intérpretes de 'Crazy' o de 'Dream on'. De hecho, Aerosmith se ganó a pulso los apelativos de ‘Chicos Malos de Boston’ o ‘Gemelos Tóxicos’ (en referencia a su cantante líder, Steven Tyler, y a su guitarrista, Joe Perry). Alcanzaron su ebullición en los 70, en la primera década de su carrera.
Ellos mismos han contado que contrataron a un 'roadie' cuyo único trabajo era proporcionarles cocaína durante sus conciertos. La variedad de sustancias estupefacientes que consumían era impresionante. Paralelamente a este estilo vida ‘tóxica’, los Aerosmith - grandes estrellas con grandes personalidades – iban dejando un reguero de destrucción, de gestos ofensivos… y de enemigos. Hasta dentro de su propio equipo, entre los que trabajaban para ellos en las giras, había un montón de gente enfadada.
Las ‘travesuras’ de Aerosmith eran difíciles de manejar, especialmente por parte del personal encargado de que sus conciertos transcurrieran sin problemas. Planearon uno de los casos de venganza más impactantes en la historia del rock. Algo que ninguno de los componentes de la banda supo hasta mucho tiempo después. La represalia de los ‘despechados’ se hizo a escondidas, furtivamente. Y fue repugnante.
Y si lo sabemos es porque Steven Tyler, en su libro de memorias ‘Does the noise in my head bother you?’, de 2004, lo contó. Y lo hizo así: “Descubrí años después (a través de la confesión de un miembro del personal) que cuando los técnicos se cabreaban con la banda se limpiaban el culo con la mortadela y la ponían de nuevo en la bandeja de los fiambres”.
De esta manera, el equipo de sonido tenía sus propios métodos de lidiar con las excentricidades del grupo y cada vez que les hervía la sangre, se acercaban sigilosamente al catering y utilizaban el embutido como papel higiénico. Con el mismo sigilo, volvían a poner las lonchas en el plato… ya ‘aderezadas’. Lo extraño es que ninguno de los componentes de Aerosmith, jamás se diera cuenta.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop