Especial
La hoguera final de Álex y Marieta, de las más surrealistas que hemos vivido en ‘La isla de las tentaciones’
Muchos reproches, muchas lágrimas, muchas bromas y una complicada decisión final
“A ver qué me cuenta el ridículo”, así llegaba Marieta a su hoguera final en La isla de las tentaciones. Era el momento de reencontrarse, ahora sí, con Álex. Intentó hacerlo en su huida a Villa Playa, pero no lo consiguió. Ahora, tocaba ver si había solución o no para su historia que ha estado llena de vaivenes.
La cosa estaba complicada después de que ella cayera en la tentación con Sergio. Algo que provocó que su novio se dejara llevar con Gabriela, según ella, por rencor y venganza.
Ambos han mantenido relaciones sexuales con sus tentadores y tocaba ver si se puede superar algo así. Los dos estaban enfadados y decepcionados.
El reencuentro
Él llegaba pidiendo un abrazo que ella le negaba porque prefería hablar primero. No tardaron en llegar los reproches, ella le acusaba de actuar por venganza y él aseguraba que en dos días dejaba claro que no le quería de verdad. “¿Me has puesto los cuernos y me estás dando clases de lo que tengo que hacer?”, le preguntaba Álex que no entendía que Marieta defendiera que su conexión con Sergio fuera real y la suya, no.
Cuando intervenía Sandra Barneda para preguntar a Álex cómo había visto a Marieta, se quedaba sorprendida con la respuesta. “Está muy guapa, la que es guapa es guapa”, decía él. “¿Estáis flirteando?”, preguntaba, de nuevo, Sandra que no se creía lo que estaba sucediendo. Pero no, era un espejismo.
Juntos vieron las imágenes de sus respectivas infidelidades y continuaron los reproches. Parecía imposible el entendimiento, claro que con esta pareja nunca se sabe y llegó uno de los momentos más emotivos de esta edición cuando se dijeron las cosas a la cara y con el corazón.
El momento más emotivo
Una nueva vuelta de guion cuando él aseguraba que necesitaba cariño y ella reconocía que tenía razón, que ella no había sabido dárselo.
“No sé dar cariño y me esfuerzo todos los días por darle cariño y no es porque no me salga, es porque no sé dar cariño, es que no sé dar cariño”, admitía entre lágrimas. Y luego llegaba el tema de las patillas. “Me gustas tú con patillas, no todas las que tengan patillas”, le decía él.
“Cuando me das un abrazo, lo haces tan pocas veces, que cuando lo haces, se me para el p*to mundo”, le decía él y ella se rompía y le pedía disculpas. Ahí llegaba el abrazo más sincero entre ellos.
Llegaba el momento más cómplice entre ellos en el que lograban bromear entre ellos sobre quién tenía la mecha más corta y en el que ella admitía que le había echado mucho de menos y le pedía perdón por el daño que le hubiera podido hacer.
“Estaba enamorado de ti sin conocerte. Te conocí y me enamoré más y más y más, de ver que no querías pasar tiempo conmigo, aunque fuera por trabajo y rallarme. De querer hacer todo contigo y no poder. Te he dicho desde el primer momento que necesitaba cariño y no me lo has podido dar, ¿qué hago yo ahora?”, decía Álex.
Ella, por su parte, no dejaba de repetir lo mucho que le quería y admitía que nunca había dejado de estar enamorada de él, “me he equivocado y ya está”. Se pedían perdón.
La decisión final
Llegaba el momento de responder a la gran pregunta. Marieta dejaba claro que se quería ir con Álex. Él, sin embargo, le explicaba que no podía perdonarla lo que había hecho. “Me faltan muchas cosas contigo, muchas más de las que yo me pensaba”, decía antes de admitir que quería seguir conociendo a Gabriela porque cree que de verdad le valora y le da lo que necesita. “Me voy con Gabi”, decía dejando a Marieta con la boca abierta.
“Hasta el último momento haciéndome daño, di que sí”, decía ella que no podía creerse la decisión de su chico. “Es surrealista”, decía mientras veía entrar a Gabriela, “anda que no vas a llorar poco ni nada”.
“Tú sabes que lo que tenemos nosotros es real, sabes que la quiero, pero que no le puedo perdonar lo que ha hecho. Hay muchas cosas que tenemos en común tú y yo y he decidido irme contigo”, le decía a su nueva chica a la que no dudaba en abrazar.
Marieta se levantaba para irse, “les deseo lo mejor, pero esto me parece ridículo”. Le tocaba a Gabriela contestar a la pregunta de cómo quería abandonar la isla y lo tenía claro, “en La isla de las tentaciones he vuelto a recuperar la ilusión, y algo muy importante, que es darme cuenta de que el amor sí que existey tú me haces muy feliz y siento que me encantaría que conocieran a una Gabriela en convivencia, pero fuera”.
Tras esa declaración de amor, Marieta regresaba para explicarle a Gabriela que “mi novio es un dependiente emocional, no sabe estar solo. Eres la chica que le ha dado cariño, pero pronto te va a dar la patada porque no va a aguantar el ritmo de vida que tú llevas porque no lo aguanta de nadie”.
Se iba convencida de que esto era un comienzo para ella y que su ex la había dejado por rencor, “ha cambiado estas patillas por una rubia de palo, venga, pa’ Murcia”.
Sin duda, una montaña rusa de emociones que tiene pinta de que continuará siendo así el próximo miércoles en el reencuentro seis meses después.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...