Hungría bloquea la Ley de Restauración de la Naturaleza

El gobierno de Viktor Orban se suma así al grupo de países críticos representados por el Partido Popular Europeo (PPE).

El bloqueo impide que salga adelante la nueva ley de Restauración de la Naturaleza. / Nastco

Este lunes era un día clave para la protección del medio ambiente europeo. Los ministros de Medio Ambiente de los diferentes países de la UE estaban llamados a sellar un acuerdo histórico, la ley de Restauración de la Naturaleza. Una normativa clave que tendrá que esperar.

El motivo hay que buscarlo en un país. Hungría, que decidió en el último momento sumarse al grupo de países críticos con la ley, bloqueando así la mayoría necesaria para su aprobación. El país se suma así a Finlandia, Suecia, Países Bajos, Austria, Polonia, Bélgica e Italia, que habían manifestado sus dudas respecto al texto aprobado hace dos semanas.

La ley de Restauración de la Naturaleza estaba llamada a ser la primera normativa europea que buscaba proteger la biodiversidad y recuperar los ecosistemas del continente. Sin embargo, el Partido Popular Europeo (PPE) se opuso frontalmente a la medida, que aún así salió adelante por una pequeña mayoría que ahora se ha roto por parte de Hungría.

Entre los motivos para mostrar su rechazo, los países contrarios han esgrimido argumentos como su alto coste o el prejuicio para determinados sectores. “No podemos aceptar más cargas económicas y administrativas para el sector agrícola”, declaró  la viceministra italiana de Medio Ambiente, Vanna Gava.

“Vergüenza”, “desastre”…

En el lado contrario se sitúan los países que han apoyado con decisión la norma, como Alemania, Francia, Portugal, Estonia, Dinamarca o Irlanda. El representante de este último país ha asegurado que este bloqueo se trata de una “vergüenza” y una “desgracia” para la UE. El comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, también ha criticado la situación, y ha asegurado que Europa manda al resto del mundo una "señal desastrosa" que perjudica a la credibilidad de las instituciones comunitarias. "A la UE le faltará la herramienta más importante para cumplir con sus compromisos y obligaciones", denunció Sinkevicius. Además, el comisario cree que la UE corre el riesgo de acudir en octubre a la COP16 sobre la biodiversidad "con las manos vacías".

A partir de ahora, la ley entra en punto muerto

España, por su parte, también se ha mostrado abiertamente partidaria de la ley. La vicepresidenta española y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, advirtió antes de la reunión de que la credibilidad de la UE quedaría “gravemente afectada” si no salía adelante la nueva normativa. “No me cabe en la cabeza que Europa esté en condiciones, a estas alturas del partido, de dejar caer una iniciativa así”, apuntó.

A partir de ahora, la ley entra en punto muerto. Pero eso no significa que su articulado se entierre definitivamente. Bélgica, que ostenta la presidencia de turno de la UE, ha asegurado que trabajará para encontrar “posibles soluciones” que permitan desbloquear la ley.