Las corrientes oceánicas se están decelerando. ¿Qué implica?

Un nuevo estudio demuestra lo que venían advirtiendo numerosos científicos. El fenómeno conocido como AMOC afecta de manera directa al clima del planeta.

Los océanos están cambiando. / Getty Images/Diane Keough

Fue una de las películas más taquilleras del año hace dos décadas, en 2004. El director Roland Emmerich, que ya había triunfado con clásicos como ‘Stargate’, ‘Independence Day’ o ‘Godzilla’, estrenó ‘El día de mañana’, en la que planteaba una hipótesis pretendidamente científica: el cambio climático provocaba un brusco aumento del nivel del mar, violentas tormentas tropicales y caídas extremas de las temperaturas. La humanidad se enfrentaba a un desafío sin precedentes.

Aunque las tesis que dieron forma al taquillazo de Emmerich eran exageradas y carentes de rigor científico, no es menos cierto que el planeta está sufriendo cambios nunca antes vistos. Y algunos de ellos podrían tener consecuencias imprevisibles. Es el caso de las corrientes oceánicas, y más concretamente de AMOC, cuya evolución ha sido documentada por primera vez.

La fuerza del AMOC comenzó a diminuir de manera clara a mediados de los 90

AMOC son las siglas de Atlantic meridional overturning circulation, traducido al castellano como Circulación de vuelco meridional del Atlántico. Y aunque buena parte de la población desconoce su existencia y la función que desempeña, su importancia para la vida en el planeta es clave. AMOC posibilita que las aguas cálidas viajen hacia el norte en las capas más superficiales y las frías hacia el sur en las más profundas, transportando así los nutrientes que mantienen la vida del océano. Al mismo tiempo, es el mayor sumidero de carbono del hemisferio norte, por lo que juega un papel protagonista en la mitigación del cambio climático.

Esto está cambiando. Pese a que el flujo del AMOC se mantuvo estable y consistente desde 1955 hasta 1994, algo cambió a mitad de esa década. La fuerza del AMOC comenzó a diminuir de manera clara, y las corrientes se fueron haciendo poco a poco más lentas. Un fenómeno que se explica por el constante calentamiento de la superficie del océano.

Philip Thurston

Es lo demuestra en un estudio que acaba de ser publicado en la revista científica ‘Frontiers in Marine Science’, y que ha sido dirigido por el científico del Centro Interdisciplinario de Ciencias del Sistema Terrestre (ESSIC), Alexey Mishonov. Su trabajo ha consistido en examinar décadas de datos sobre la AMOC recogidos en el Atlas Oceánico Mundial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

Cambios impredecibles

"Si AMOC se ralentiza, el intercambio de calor se reducirá, lo que a su vez afectará al clima, haciendo que las zonas cálidas se calienten más y las frías se enfríen", ha asegurado Mishonov en un comunicado. Esta nueva dinámica de las corrientes oceánicas podría provocar “cambios climáticos globales, además de un aumento del nivel del mar o un serio impacto en los ecosistemas marinos”, añade el científico.

Preguntado por la posibilidad de que el mundo pueda sufrir un colapso como el que retrató ‘El día de mañana’, Mishonov es contundente. "Por supuesto, la mayoría de los científicos del clima no comparten estas fantasías de Hollywood, y nadie dentro de la comunidad científica cree que pueda suceder algo remotamente similar", asegura. "Sin embargo, la mayoría cree que una desaceleración sustancial de AMOC podría resultar en un cambio climático significativo que no se puede prever ni predecir. Por lo tanto, está plenamente justificado un mayor interés en la funcionalidad de AMOC".