Especial
México se muere de sed: el país sufre la peor sequía que se recuerda
El país norteamericano vive una situación trágica que podría agravarse con la llegada del verano.
Los habitantes de Jalapa del Marqués, en el estado mexicano de Oaxaca, no daban crédito a lo que veían sus ojos. Una iglesia del siglo XVI, que hasta ahora se encontraba bajo las aguas de la presa Benito Juarez desde su construcción en los años 60, emergía hasta la superficie. Los móviles no tardaron en inmortalizar la imagen: al fin y al cabo, muchos de los vecinos jamás habían visto el templo.
Más allá del singular recuerdo fotográfico, la situación del país es acuciante. Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el 72,3 % del territorio presenta algún tipo de afectación por la sequía, con el 41,86 % con sequía de severa a excepcional, y el 16,33 % con sequía moderada. De cara a que se aproxime el verano, se prevé que la situación sea aún peor. Quienes más sufren por la falta de agua son las familias más pobres. Las estadísticas hablan de que tres de cada diez hogares tienen problemas para acceder al agua potable.
Los llamados ‘tinacos’, grandes depósitos de 1.200 litros, cuestan ya 2.700 pesos (150 euros)
Entre las zonas más afectadas está la capital, Ciudad de México. En los últimos días, el precio del agua embotellada se ha disparado, hasta alcanzar niveles que han hecho cundir la preocupación entre los casi 23 millones de personas que viven en su área metropolitana. Los llamados ‘tinacos’, grandes depósitos de 1.200 litros, cuestan ya 2.700 pesos (150 euros). Y los de 450 litros, los más populares en las viviendas, están ya en 1.576 pesos, lo que al cambio equivale a 88 euros. Hace apenas unos días el precio era de 1070 pesos (59,79 euros).
La sequía también afecta a otros sectores. Especialmente a aquellos que requieren de grandes cantidades de agua. Con motivo del Congreso Internacional de la Carne 2024, que se celebró la semana pasada en la ciudad de Guadalajara, el director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Productores de Carne habló de una situación de “desesperación” entre los ganaderos del país, y alertó de la posibilidad de que los precios se disparen en un futuro próximo, e incluso de que la sequía afecte directamente a la disponibilidad de muchos productos de un sector clave en la economía mexicana.
Sobreexplotación, gestión e inversión
Pero, ¿a qué se debe esta extraordinaria sequía? El problema no es sólo que no llueva, aunque esa sea su principal causa. Según los expertos, existe una sobreexplotación de los recursos hídricos, especialmente por parte de la industria agroalimentaria. Además, la gestión de agua es deficiente, y acusa una falta de inversión en las infraestructuras. La deforestación también está produciendo una degradación de los ecosistemas, lo que altera el ciclo hidrológico. Y como denominador común, cada vez más evidente, el cambio climático y los impactos del fenómeno conocido como El Niño.
Las consecuencias de todo ello son de varios tipos: a los citados efectos ambientales, sociales y económicos se añaden otras de índole sanitaria, dado que la sequía aumenta el riesgo de enfermedades infecciosas, parasitarias y gastrointestinales, así como de intoxicaciones y alergias, debido a la contaminación y la escasez de agua.