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Las 4 interesantes diferencias entre la serie 'El caso Asunta' de Netflix y el crimen real
La serie de Netflix se basa en un caso real y, aunque es bastante fiel a lo ocurrido, ha optado por cuatro decisiones para mejorar la ficción
El caso Asunta ha llegado a Netflix siguiendo la estela de El cuerpo en llamas que, primero estrenó una docuserie sobre El crimen de la Guardia Urbana - dentro de Crims- y después recreó la historia con una ficción protagonizada por Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez.
El éxito de esta apuesta augura que, tras el documental de El caso Asunta: operación Nenúfar (de Atresplayer), ahora la serie protagonizada por Candela Peña y Tristán Ulloa también despierte el interés de miles de suscriptores de la plataforma.
En este segundo caso, el creador del documental y de la serie es el mismo: Ramón Campos, por lo que es uno de los mayores conocedores de los entresijos, secretos y detalles del crimen. Con él hablamos de cómo le convenció Candela Peña para interpretar a una Rosario Porto totalmente lo contrario a ella.
Pero también le preguntamos por la necesidad de hacer una ficción, tras haber hecho un documental tan completo (que recomendamos desde aquí). A lo que él nos respondió lo siguiente:
"Tras ver el documental mucha de gente que no había querido hablar se puso en contacto conmigo. Me explicaron situaciones que yo no había podido entender con el documental. Vi una luz en instantes que eran oscuros. Teníamos tanta información que nos planteamos hacer una ficción ya que esa gente no quería hablar en público".
Por lo que en la ficción encontraremos más información que en el documental, pero también "algunos personajes y escenas que han sido ficcionados por motivos creativos y para preservar la intimidad de sus intervinientes".
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Así que descubrimos las diferencias entre el caso real y lo que vemos en la serie:
- La existencia de los dos guardia civiles: los personajes interpretados por María León y Carlos Blanco no existieron como tal. En realidad fueron hasta 6 o 7 los encargados de investigar el caso. Pero para la ficción era más cómodo que lo que vivió todo ese grupo se redujera solo a dos.
- La vida personal del juez y los guardias está ficcionada: lo mismo ocurre con el juez interpretado por Javier Gutiérrez y su vida personal. Como la de los guardia civiles, está ficcionada.
- Vicente, el amante de Rosario Porto: es una de las piezas clave del caso pero en el documental nunca quiso ni aparecer. En la ficción se ha logrado recrearlo, como las situaciones que provocó ante la investigación.
- El ritmo más acelerado de la trama: Al ser una serie, se necesita un ritmo acelerado para mantener al espectador con interés. La realidad es que tanto "las tramas judiciales y policiales han sido ficcionadas con el fin de adecuarse al ritmo narrativo de la serie", como apuntan en cada capítulo. La realidad es que la investigación policial fue mucho más larga y el juicio se prolongó hasta cuatro semanas.
Paula Hergar
Periodista, redactora de LOS40 y mocatriz. Crecí creyendo que vivía en una serie de televisión y todo...